Un sueño que aún tenemos que lograr hacer realidad

Por: Juan Hernández Machado, / miembro de la Unión de Historiadores de Cuba

Cuando el 28 de agosto de 1963, el Dr. Martin Luther King, Jr., paladín de los derechos humanos, pronunciara su icónico discurso en el Memorial Lincoln de la ciudad de Washington D.C., enfatizaba que aún la vida de los negros en los Estados Unidos era perturbada por la segregación y la discriminación.

Llamó a no perderse en el valle de la desesperanza y dijo tener un sueño: que un día esta nación se levante y viva el verdadero significado de su credo, que todos los hombres son creados iguales.

Su actitud  en defensa de los afros descendientes en los Estados Unidos le costó la vida al Dr. King.

Y es que la violencia contra los afros estadounidenses se institucionalizó desde los siglos XVIII y XIX, dio origen al surgimiento y desarrollo del Ku Klux Klan y a las llamadas leyes de JimCrow en aquel nefasto período en que con la consigna “separados pero iguales” se promovía la segregación racial en las instituciones públicas de los Estados Unidos contra la que luchaba el movimiento por los derechos civiles que encabezara el Dr. King.

El racismo entronizado en los estados del sur de la nación mejoró un poco, las acciones del Klan disminuyeron, los negros pudieron ocupar cualquier asiento en un autobús y no solo los limitados a ellos como anteriormente, y hasta ha habido un presidente negro en los Estados Unidos.

Sin embargo, van a cumplirse 60 años desde ese discurso del Dr. King y ahora nos encontramos el racismo extendido con nuevas modalidades y formulaciones a todo el país.

Diferentes investigaciones sobre la violencia en Estados Unidos -que es proyectado por sus dirigentes como el modelo de democracia en el mundo- y fundamentalmente la violencia policial, arrojan que los afroamericanos tienen tres veces más posibilidades de ser objeto de dicha violencia, incluyendo la muerte, que los blancos.

Un estudio de la Universidad de Washington publicado en la revista The  Lancet plantea que entre 1980 y el año 2018 la policía estadounidense estuvo involucrada en la muerte de miles de personas (aunque muchas aparecen en los records policiales como accidentes y homicidios), fundamentalmente negros.

Las estadísticas muestran una ligera disminución durante los dos mandatos de Barack Obama, pero se incrementaron de nuevo a partir del ascenso al poder del republicano Donald Trump y no han disminuido con la llegada a la Casa Blanca del demócrata Joseph Biden.

Esa violencia motivada por cuestiones raciales fue calificada en la década del 80 del siglo pasado como “delito de odio” y al final del siglo vimos que la misma se extendió a todo lo que pareciera árabe y musulmán, pero ese es un tema a tratar en otro trabajo.

Los crímenes de odio se incrementaron en un 18% entre el año 2015 y el 2018. Pero, paradójicamente, también se ha producido un incremento de la violencia policial contra los afros descendientes, a pesar de que al final de los procesos investigativos, cuando se realizan, los ejecutores blancos reciben sanciones menores o son absueltos.

Veamos algunos de los ejemplos más significativos en los últimos años:

  1. Marzo de 1991: Los Angeles, California. Varios agentes de la policía, después de perseguir a alta velocidad a un auto conducido por el ciudadano negro Rodney King, logran detenerlo, bajarlo y lo golpearon con sus bastones en más de 50 ocasiones, provocándole 11 fracturas y otras lesiones.

El encubrimiento de los culpables provocó disturbios que dieron lugar a que se declarara el estado de emergencia y se llamara a la Guardia Nacional en un episodio que dejó más de 50 muertos y pérdidas materiales millonarias. Los 17 policías que fueron testigos de la golpiza no fueron molestados en lo absoluto y de los cuatro ejecutores, dos años después del incidente, dos fueron absueltos y los otros dos recibieron el peso de la ley…! treinta meses de prisión !.

El final de la historia, algo similar a lo ocurrido con muchos de los implicados en el asesinato del presidente John F. Kennedy, es que Rodney King, a los 47 años de edad, fue encontrado muerto en la piscina de su casa. La policía determinó que no hubo lesiones obvias en su cuerpo y el caso fue cerrado.

  • Febrero del 2012: Sanford, Florida. Trayvon Martin, joven negro de 17 años de edad, se le hizo sospechoso al capitán de vigilancia de vecindario George Zimmerman tras salir de una tienda donde había comprado unos bocadillos. El capitán llamó a la policía para reportar el sospechoso y le indicaron que permaneciera en su vehículo, pero momentos después se escucharon disparos, Martin estaba muerto y Zimmerman alegó que fue en defensa propia.

Zimmerman fue absuelto en el juicio que se le hizo y aunque no era un miembro efectivo de las fuerzas policiales, por sus relaciones con estas y por la decisión absolutoria, este caso generó fuertes protestas populares en los Estados Unidos.

  • Julio del 2014: Nueva York, Nueva York. Eric Garner, negro de 43 años de edad, fue derribado en el piso por el agente policial Daniel Pantaleo por sospechar que vendía drogas. Varios agentes lo inmovilizan en el suelo y Garner, que era asmático, les dijo que no podía respirar, pero no lo soltaron y le provocaron la muerte por ahogamiento un poco más tarde. Un médico forense dictaminó que había sido un homicidio.

En diciembre de ese año, el jurado que investigaba el caso decidió no incriminar a Pantaleo, lo que provocó serias protestas en Nueva York, Washington, Filadelfia y Oakland. Finalmente, en agosto de 2019, no se presentaron cargos federales contra Pantaleo quien fue despedido de la policía. Por su parte, las autoridades de Nueva York indemnizaron a la familia de Garnet con casi seis millones de dólares para dejar el caso zanjado.

  • Agosto de 2014: Ferguson, Missouri. Michael Brown, joven negro de 18 años de edad, quien estaba desarmado, fue ultimado por doce balazos disparados por el agente policial Darren Wilson, quien no fue enjuiciado por decisión de la comisión que investigó el caso, lo que provocó serías manifestaciones de protestas y enfrentamientos con la policía que provocaron que se decretara el estado de emergencia en St. Louis y la detención de más de 60 personas. Al igual que el caso anterior, las autoridades de la ciudad de Ferguson acallaron las protestas familiares con una indemnización.
  • Octubre de 2014: Chicago, Illinois. El agente policial Jason Van Dyke mató a Laquan McDonald, joven negro de 17 años de edad (la autopsia reveló que le dispararon en 16 ocasiones) por portar un cuchillo y haber consumido drogas. Testigos del hecho declararon que el joven, aunque drogado, estaba a unos tres metros de distancia de la persona más cercana y no representaba un peligro para nadie. Las autoridades de la ciudad resolvieron con la familia al darle una indemnización millonaria.

Sin embargo, Al publicarse el video más de un año después del asesinato, cientos de manifestantes protestaron en Chicago y se produjeron enfrentamientos con la policía.

Van Dyke fue llevado a juicio y sentenciado a seis años y nueve meses de prisión por el asesinato de McDonald. No obstante, se conoció posteriormente que cuatro agentes encubrieron a Van Dyke, pero no se presentaron cargos contra ellos. Y en octubre de 2019 un informe del inspector general de Chicago, reveló que el encubrimiento de ese asesinato incluyó a 16 agentes y supervisores de la policía.

  • Abril de 2015: Baltimore, Maryland. El negro Freddie Gray le resulta sospechoso a la policía quien trata de capturarlo y él, temeroso, comenzó a correr. Finalmente fue capturado y le encontraron un cuchillo en un bolsillo. Lo trasladan en una camioneta especial para transportar prisioneros hasta una estación de policía, pero posteriormente lo llevan a una clínica de traumatismo donde los doctores declaran que sufría una lesión medular mortal. Gray falleció una semana después.

A fines de mes la policía de Baltimore reconoció que Gray no recibió atención médica oportuna. Durante su funeral, las calles de Baltimore se inundaron de los miles de personas que protestaron por su asesinato, lo que motivó que el gobernador de Maryland declarara el estado de emergencia y llamara a la Guardia Nacional para contener los disturbios.

En mayo, el jurado que investigaba el caso acusó a seis policías: un teniente, una sargenta y cuatro agentes de la muerte de Gray. Los juicios se celebraron entre noviembre del 2015 y julio del 2016 y todos los acusados fueron absueltos.

Ese mismo año una investigación del Departamento de Justicia encontró que el Departamento de Policía de Baltimore tenía tasas desproporcionadas de detenciones, registros y arrestos de afro americanos, así como uso excesivo de la fuerza contra ellos y contra menores y discapacitados mentales.

  • Mayo de 2020: Minneapolis, Minnesota. El ciudadano negro de 46 años de edad, George Floyd, que trabajaba como guardia de seguridad en un restaurante, fue asesinado el 25 de mayo por el agente policial Derek Chauvin quien le puso su rodilla en el cuello durante más de ocho minutos, impidiéndole respirar, a pesar de los continuos llamados de Floyd, que era sospechoso de haber pagado con un billete falso de veinte dólares en una compra que hiciera.

La respuesta popular fue similar a la de casos anteriores, extendiéndose los disturbios y enfrentamiento con la policía a varias ciudades estadounidenses. El final del principal implicado y de sus tres colaboradoresfue también similar…¿Quién tuvo la culpa? El negro ese, como es ya la práctica en ese país de todo lo malo que sucede.

  • Agosto de 2022. Columbus, Ohio. Donovan Lewis, de 20 años de edad, fue abatido  en su cama por el policía blanco  Ricky Anderson, de la unidad canina, quien tenía en ese entonces tres décadas de experiencia dentro del cuerpo policial. La policía se presentó en casa de Lewis con una orden de arresto por presuntos cargos de manejo indebido de un arma de fuego, violencia doméstica y agresión. Al abrir la puerta de la habitación de Lewis, Anderson disparó, explicando posteriormente que lo hizo porque el primero levantó la mano y parecía tener algo en ella. El video que circuló sobre este hecho contribuye a considerar el mismo como “una ejecución”, dada la experiencia del oficial actuante.
  • Enero de 2023. Memphis, Tennessee. Tyre Nichols, de 29 años de edad, empleado de Federal Express y  padre de un niño de cuatro años de edad, fue  detenido por  manejar de forma descuidada, le aplicaron gas pimienta para detenerlo, trató de escapar y fue  apaleado brutalmente por cinco policías- paradójicamente, también negros. Falleció pocos días después debido a los graves daños internos causados por la golpiza. Los cinco policías fueron despedidos y acusados de asesinato y otros delitos relacionados con el caso. La evidencias de los videos sobre la escena demuestran que la víctima planteaba no haber hecho nada y la acción inicial de los policías fue muy agresiva para hacerlo descender de su vehículo y detenerlo.

El Movimiento “Las vidas de los negros importan” cobró mayor importancia a partir de esos incidentes del año 2014, pero es necesario recordar estas palabras del Dr. King en el discurso que antes mencionamos: “No podemos marchar solos. Y mientras marchamos, debemos hacer el compromiso de que siempre marcharemos adelante. No podemos retroceder”.

Desafortunadamente, el sueño del Dr. King no está al alcance de la mano todavía y solo la unidad de los afros estadounidenses con todos los hombres y mujeres de bien en ese país, de cualquier color de la piel, origen y credo, para actuar sobre los órganos de decisión a nivel de pueblos, ciudades, distritos, estados y a nivel nacional, podrá provocar un cambio real en esta situación.

Tan es así, que este último incidente donde los perpetradores son cinco oficiales negros demuestra el grado de enajenación y racismo existente en las fuerzas policiales estadounidenses son ellos pueden sentirse por encima de sus hermanos y actúan de una forma desmedida desde el inicio de las acciones.

Ha quedado más que demostrado que en Estados Unidos el juego de demócratas y republicanos es solo eso: un juego. Con cualquiera de ellos  en el poder, la población afro estadounidense ha sufrido bastante y sigue sufriendo, por lo que es necesario cambiar el orden de las cosas y lograr que estos ciudadanos no sean más de segunda o tercera categoría, sino iguales que todos los demás.

Esto se demuestra  cuando valoramos las aventuras estadounidenses por el mundo (Iraq, Libia, Somalia, Afganistán,  por solo mencionar unas pocas de las últimas) encontramos que una buena parte de las bajas estadounidenses, entre muertos y heridos, son esos mismos negros que valen poco en su país pero que sí son buenos para servir de carne de cañón.

Enero del 2023

BLOG DEL AUTOR: Juan Hernández Machado