POR: ÓSCAR RIVERA LUNA


El grave desplome de millares de toneladas de suelos rojos en Rosas Cauca es el más grave en medio siglo de derrumbes y remoción en masa, en la geografía nacional casi siempre ligados a errores en el sistema vial en áreas montañosas. Accidentes relacionados con diseños y el manejo de las aguas lluvias y formas de construcción de muchas vías de montaña. Con sus taludes rectos, casi verticales, que al saturarse las vertientes de humedad acumulan el peso de las aguas lluvias y tienden a recuperar sus ángulos de reposo.

Los pesados suelos se desploman sobre las vías por la ley de la gravedad, buscando su geomorfología natural. Influyen las deficiencias en estudios de suelos, hidrogeología y manejo de aguas lluvias. Largos procesos de pastoreo, de talas forestales, de erosión patas de vaca causan infiltraciones en las vertientes; reptación, aguas arriba y aguas abajo de los trazados viales y van gestando los derrumbes y los desplomes masivos de la tierra suelta, desastres y dolor con pérdidas de vidas humanas.

A finales del 2022; treinta y cuatro personas fueron sepultadas por un derrumbe en la vía de Pueblo Rico Risaralda hacia Condoto e Istmina en el Choco. Al desplomarse la vertiente saturada de una montaña sobre el bus de pasajeros que viajaba por una vía construida en suelos frágiles con mínimos taludes. Es otro episodio luctuoso ocurrido en el escenario selva, por lluvias extremas y un sistema vial de montaña construido con trampas letales.

Ahora el desastroso derrumbe de Rosas ocurrió sobre la vía Panamericana, aisló a comunidad Nariño-Cauca de Colombia, desalojó a 700 familias campesinas de sus viviendas y parcelas amenazadas por remoción en masa. Causa pérdidas de miles de millones de pesos por hortalizas y alimentos perecibles descompuestos y corte de comunicación. Es verdad que existen fallas geológicas vivas, pero el derrumbe estimulado por la crisis climática global se pudo prevenir. Es necesario cumplir la ley 1523 de 2012 que ordena elaborar los mapas de riesgo de los municipios y realizar acciones antes de que ocurran desastres. Valoración precisa de las amenazas y mitigación de la vulnerabilidad, en defensa de la vida humana. Antes de que los errores del sistema vial activen los fenómenos naturales; por la erosión, filtraciones, diseños de vías construidas sin taludes, con obras de arte hidráulico deficientes y una buena dosis de indolencia.

Tardarán tres meses en remover la masa de tierra desplomada en Rosas Cauca, y obedece a lo mismo de siempre: a los cortes verticales en el sistema vial de montaña en tramo de suelo frágil, pendientes agudas, con filtraciones en las vertientes. Que no se detectan o no se corrigen durante años, en áreas de suelo frágil. En Rosas Cauca se actuó con celeridad humanista para evitar víctimas, y la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo evacuó a la población, evitando muertes de los viajeros, campesinos habitantes y sus familias.

Pero este nuevo desastre vial causa graves trastornos al pueblo colombiano. Deben existir planos digitales de riesgo en los municipios y en los departamentos. Monitoreados por la UNGDRD para identificar, valorar y prevenir las amenazas. Mitigando la vulnerabilidad al riesgo de desastres; antes de ocurrir derrumbes y avenidas torrenciales. Para realizar acciones previas al suceso y controlar la estabilidad vial en Colombia. Las lluvias sistemáticas excesivas que castigan al país durante un año largo destaparon los graves errores cometidos en el manejo de vertientes y ecosistemas. Con más de 130000 kilómetros de vías, especialmente en Bogotá- Villavicencio, Medellín a la Costa Atlántica y en todo el país Andino.

Los colombianos necesitamos un catastro del sistema vial con la ubicación precisa de áreas vulnerables y las comunidades amenazadas. Ahora existe sensibilidad y condiciones mentales para diseñar y construir vías de montaña en plena armonía con el agua, el suelo, las especies de flora y fauna y especialmente con la vida y necesidades de los seres humanos.