MENSAJE DE FIN DE AÑO
Terminamos el año 2022 llenos de esperanza y con grandes expectativas para la ciudadanía colombiana. El histórico proceso de transición política se inició con el despertar de la movilización social y popular, junto con la llegada el pasado 7 de agosto. de un gobierno de izquierdas que simboliza el sentir popular. El gobierno de Gustavo Petro y Francia Márquez representa un cambio profundo y democrático en el rumbo político del país.
Es una oportunidad para tomar la ruta de la Paz, la consolidación de una verdadera democracia, de superar los niveles de desigualdad, de potenciar mejores condiciones de vida para la juventud y de proyectar la justicia ambiental y de género como criterio de desarrollo y de buen vivir, entre otras cuestiones. Son grandes los retos y desafíos que afronta el nuevo gobierno. ya que la administración de Duque dejó en cuidados intensivos la economía del país, un déficit fiscal que supera el 7%, sumado al déficit en cuenta corriente del 5%, el incremento de la deuda externa equivalente al 65% del PIB. una 12.53% de incremento de la inflación, en buena parte efecto de la crisis de capitalismo global.
En medio de este panorama es acertado la aprobación de la reforma tributaria que potencia el apoyo a los sectores marginados y afectados por la crisis, así como el incremento del gasto social, la reducción de la nómina parasitaria del Estado, junto con la protección y el incentivo del empleo con una concertada alza del salario mínimo, paso inicial hacia un salario digno en medio de la inflación y el forcejeo con sectores de la burguesía que quieren descargar el peso de la crisis solamente en las y los trabajadores. Resaltamos la supresión de algunos factores que se indexaban. lo que permite que algunos productos y servicios (peajes, notarias, matrículas, arriendos, etc.) que estaban «amarrados» al mínimo. no podrán subir de precio a este ritmo. donde Fenalco y los grandes comerciantes siempre se habían beneficiado con el incremento automático en sus ganancias y se verán obligados a negociar el alzar con otros criterios.
Es indudable que la firma del acuerdo de paz entre las FARC-EP y el Estado colombiano demostró que la salida negociada al conflicto armado es una necesidad imperiosa para lograr la apertura democrática y la movilización social, como lo planteó el Partido Comunista hace más de cuarenta años. en su XIII Congreso. El uribismo desconoció e intentó echar atrás el Acuerdo Final de Paz. lo que, sumado al asesinato de más de trescientos cincuenta firmantes. los entrampamientos judiciales inspirados por el ex Fiscal Néstor Humberto Martínez con la complicidad de la DEA. los pasos fallidos en contra de la JEP y de los integrantes del equipo negociador de la antigua insurgencia. los incumplimientos, entre otros, dan cuenta de cómo se planeó destruir un deseo nacional de paz y la reconciliación de los colombianos.
Un sector de la antigua insurgencia decidió retomar las armas. sumándose a otros grupos que no se acogieron a lo firmado en la Habana, producto, esencialmente. de la desconfianza hacia la clase política colombiana. Resaltamos la actitud de los firmantes de paz que han enfrentado desde la lucha política la falta de compromiso del Estado en materia de implementación: su esfuerzo ha hecho posible que aspectos importantes de lo acordado por las partes, se haga posible. A este panorama se sumó la suspensión de los diálogos con el ELN, pues el desconocimiento de los protocolos de negociación firmados entre el Gobierno Nacional y esta insurgencia derivó en el agravamiento del bloqueo criminal en contra de la Cuba socialista. Esta y otras situaciones dan muestra de la nula voluntad política del gobierno saliente para cumplir con la paz.
Es cierto que aún queda un camino largo para conseguir la paz con justicia social. no obstante. estamos viviendo un momento único en el cual se debe avanzar en la implementación de los acuerdos y abrir las puertas a la solución política y negociada con los grupos armados dispuestos a un acuerdo de paz, en donde el diálogo y el cumplimiento de lo acordado deberán destacarse, avanzando así en las reformas que propone el programa de gobierno del Pacto Histórico. con las cuales se atacarán muchos de los problemas que dieron origen al conflicto armado. Resaltamos la iniciativa de los diálogos regionales vinculantes, con base en la participación efectiva de las comunidades en los territorios y las organizaciones sociales, campesinas y cocaleras, a efectos de consolidar un gran Acuerdo Nacional que permita inspirar las bases del Plan Nacional de Desarrollo.
En proceso es fundamental la creación de un capítulo específico sobre la paz, los acuerdos de paz y su implementación completa, que son parte integral de la institucionalidad desde las reformas constitucionales y legales de 2017. Insistimos en que este es el momento de apoyar, desde el trabajo político de masas. las reformas sociales del gobierno, las cuales se debatirán en el congreso en el primer semestre del 2023, dentro de las cuales están las reformas política, agraria, salud, pensional y laboral. Debemos impulsar el soporte popular de apoyo al Plan Nacional de Desarrollo; al paquete de las reformas sociales; al cumplimiento de la implementación al Acuerdo de Paz; al incentivo económico a las madres cabeza de familia y adultos mayores; a la creación de gestores de paz en cabeza de la juventud y las medidas para lograr la libertad de las y los presos políticos y del movimiento social.