Bloqueo en El Viajano (Sahagún, Cordoba)

Autor: Helmer García Salgado.

Para entender acertadamente el reciente bloqueo de la troncal que une a Antioquia con la Costa Caribe, en los puntos del puente sobre el río San Jorge en municipio de La Apartada y en El Viajano en el municipio de Sahagún, hay que tomarlo en la perspectiva de lo que ha ocurrido en los dos últimos años en la subregión de la Mojana del departamento de Sucre.

Lo primero que se ha de advertir es que obstrucción de la vía pública es ilegal (Artículo 353A C.P.) pues está afectando el orden público y social; además en una subregión externa a la Mojana. Lo cual deja de manifiesto que sin carreteras importantes  que obstruir esta subregión ha estado sensiblemente abandonada durante los últimos 30 o 20, desde que el vicepresidente Gustavo Bell Lemus la mencionó como despensa agrícola en su discurso de posesión de Pastrana. De hecho en reciente tuit el ex presidente Álvaro Uribe acepta que el uribismo aplazó las soluciones durante mucho tiempo en esa sub región.

 Retomando la línea del tiempo en el caso concreto de Cara ‘e gato, en noviembre de 2020 la Gobernación de Bolívar intervino ese punto por erosión en la zona, lo cual constituyó una primera alerta (Ver enlace: https://www.facebook.com/watch/?v=688785948438404). Una segunda alerta para el gobierno de Iván Duque llegó a principios de marzo de 2021 por parte del alcalde San Jacinto del Cauca debido al debilitamiento del dique. El 31 del mismo mes la UNGRD anunciaba la intervención con obras de mitigación (Ver enlace: https://www.facebook.com/watch/?v=822577401691494) las cual resultaron ser insuficientes y poco efectivas pues finalmente el 28 de agosto de 2021 el río Cauca rompió como se temía inundando toda la ecoregión. Es decir, pasaron nueve meses en los que el gobierno de Iván Duque, por medio de la UNGRD, hizo gala, en el asunto de Cara ‘e gato, de la ineptitud por la que se hizo celebre en la historia nacional.

Nuevas contrataciones y nuevas obras se sucedieron. No ajeno a las obras en ejecución, el 28 de febrero de 2022 el gobernador de Sucre, Héctor Olimpo Espinosa, celebraba que se estaba a horas de cerrar definitivamente el desbordamiento en el río Cauca y daba gracias al presidente Duque y la UNGRD (Ver: https://notisincelejo.com.co/gobernador-de-sucre-sobrevolo-e-inspecciono-obras-en-caregato/

¿Qué pasó? ¿Por qué se volvieron a inundar gravemente los caseríos y pueblos de la subregión Mojana?  La Contraloría General de la Republica y el nuevo director de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), Javier Pava Sánchez, encontraron una serie de irregularidades en la contratación de las obras, especialmente salió a relucir el caso del contratista CFD Ingeniería S.A.S., cuyo representante legal es Carlos Francisco Díaz-Granados Guerra cuya firma tiene sede en Santa Marta y que concentraba 23 proyectos que sumaban en total más de medio billón de pesos (Ver: https://portal.gestiondelriesgo.gov.co/Paginas/Noticias/2022/UNGRD-presenta-balance-de-presuntas-irregularidades-en-la-entidad.aspx) Como sus apellidos lo indican ese ingeniero está vinculado familiarmente a los clanes políticos de los Díaz-Granados del Magdalena y los Guerra de la Espriella en Sucre. Así que en cuanto al tema de la contratación se debe dar espera a que se hagan efectivas las pólizas de cumplimiento y las investigaciones penales que adelanta la Fiscalía General de la Nación.

LAS ELECCIONES.

Teniendo en cuenta que se realizaron varias elecciones a nivel nacional entre 2021 y 2022 Pero ¿Cómo fue posible que semejante problemática haya pasado inadvertida para los políticos de los partidos tradicionales en el sur de Sucre y en general los municipios de la ecoregión denominada Mojana? La respuesta es que los dineros que debían ir Cara ‘e gato estuvieron lubricando las maquinarias de los partidos de derecha afectos al gobierno de Iván Duque.

El 28 de noviembre de 2021 se eligieron en todo el país las Juntas de Acción Comunal, que en esta región del país están fuertemente politizadas. Varios alcaldes de la Mojana y el bajo San Jorge incidieron en la conformación de los nuevos dignatarios comunales a favor de uno u otro candidato. El 5 de diciembre de 2021 con las elecciones para los Consejos locales y municipales de Juventud en el país se repitió a mayor escala las malas mañas del clientelismo de los partidos tradicionales. A pesar de que la jornada electoral que estuvo marcada por el abstencionismo a nivel nacional, extrañamente Sucre registró la más alta participación, por lo cual sacó pecho su gobernador en sus redes sociales. Ya antes se había ufanado por que el departamento fue “ejemplo nacional” con la inscripción del mayor número de listas (Ver: https://www.facebook.com/HectorOlimpoE/posts/pfbid0E5LausfdBkjfyCHGAMjsTfGBoeWacKM5rVyaWKWp8V7SDiUxd9S2ET9yTrXDBLQul), por su puesto fue gracias a que se movilizaron decididamente en ese sentido. 

Luego siguieron las elecciones parlamentarias de marzo de 2022, en las que los partidos tradicionales de derecha se impusieron merced a la compra de votos y otras prácticas clientelistas. La votación para las listas alternativas fue ínfima en todo el departamento de Sucre, especialmente al sur de este. En la primera y segunda vuelta presidencial de 2022 la votación mayoritaria en los municipios que componen la subregión mojana (Guaranda, Majagual y Sucre) fue favorable para los candidatos de la derecha, como lo fue en las presidenciales de 2018 cuando ganó Iván Duque. Esta ha sido la única parte del departamento de Sucre en la que el actual presidente Gustavo Petro siempre ha perdido en elecciones, lo cual configura esta subregión en un feudo del uribismo, y sin embargo, un feudo abandonado a su suerte, donde predominan los grandes terratenientes, el testaferrato hacendatario y rezagos del paramilitarismo. De hecho las únicas masacres registradas en el departamento de Sucre por litigios de tierras se sucedieron en la mojana sucreña. El 25 de enero de 2018 en lo que se conoce como la masacre de La Guaripa y el 24 de octubre de 2020 por la masacre de Caño Viloria.

PALABRAS VIOLENTAS.

 Es precisamente de este feudo electoral de la derecha y extrema derecha de dónde parte la primera amenaza de paro contra el primer presidente de izquierda de Colombia. En sus primeros días como presidente Gustavo Petro aterrizó en pleno centro de la mojana para visitar a los damnificados por el invierno en las veredas Las Candelarias y El Cauchal, zona rural de San Benito Abad. Allí Gustavo Petro puso de relieve la inequidad en la posesión de las tierras productivas de la Mojana y anunció que habría un gravamen de valorización para sus propietarios por las obras en Cara ‘e gato que podrían compensar con entrega de tierras para los campesinos sin tierra. Este anunció no fue bien recibido, como era de esperarse entre los terratenientes acostumbrados a no pagar ni por el pasto natural y el agua que le proporcionan las ciénagas, ni por las tierras baldías apropiadas ilegalmente.

Así como se hicieron “vacas” en todas las subastas ganaderas de la región para recolectar fondos para la campaña de Federico Gutiérrez, en la subasta ganadera de San Marcos se llevó a cabo el 24 de septiembre una primera reunión del gremio ganadero y agricultor para oponerse a los designios del gobierno progresista. Así, reunión tras reunión se fue amalgamando los actores más reaccionarios de la sociedad rianosabanera denominada Mojana, que con el evidente auspicio del gobernador de Sucre y de los alcaldes de la misma, se dieron en llamar ‘Pacto por la Mojana’, un pacto por arriba, sin participación popular, en oposición al Pacto Histórico. El 20 de noviembre de 2022 lanzan su grito de guerra anunciando que se tomarían el puente San Jorge en el municipio de La Apartada. El bloqueo de la vía pública se logró sofocar por medio de un acuerdo al que se llegó en Montería el 22 de noviembre entre la Viceministra del Interior para el dialogo social, igualdad y derechos humanos con los integrantes del “Pacto por la Mojana”. Exultantes por la legitimación que les daba dicho acuerdo, en entrevista radial en la emisora Chipilín Estéreo el 23 de noviembre de 2022 uno de sus voceros dijo con evidente léxico que evoca tiempos más oscuros: “también hay que reconocer el bloque que se hizo a nivel regional, yo estoy muy impresionado, yo estoy agradecido con todas las personas que nos acompañaron que hicieron parte de los grupos que no se deben desarmar, debemos mantenernos unidos, esto ha sido producto de la presión de la sociedad civil”. Igualmente, animados por ese acuerdo estuvieron a punto de hacer fracasar el Dialogo Regional Vinculante que se llevó a cabo en San Marcos el 26 de noviembre con presencia de la Ministra de Medio Ambiente Susana Muhammad.

Es así que el 18 de enero se lanzaron a obstruir una vez más la troncal, según los voceros del movimiento de manera indefinida hasta que el Gobierno de Gustavo Petro no haga la voluntad de un centenar de personas, entre los cuales son varios quienes se perfilan como candidatos a alcaldías y concejos de la subregión Mojana.

Mientras el gobierno nacional entrega recursos a las familias damnificadas por quinientos mil pesos, ellos sostienen que es un gobierno que es indolente y se burla de la gente. Mientras el gobierno nacional entrega recursos para hacer ollas comunitarias para paliar el hambre de los más pobres, los bloqueadores de vías dicen que el gobierno quiere matar de hambre a la gente. Mientras el gobierno nacional ha privilegiado el dialogo y la concertación, para evitar la intervención del Esmad y la Fuerza Pública como primer recurso, la violencia y el derramamiento de sangre era lo primero en los gobierno uribistas; y sin embargo los bloqueadores de vías acusan de forma grosera y reiterada al gobierno nacional de hacer de Colombia una “potencia mundial de la muerte”, lo cual es una tergiversación maliciosa del lema insignia del Plan Nacional de Desarrollo. En suma, se acusa de todos los males heredados de décadas de desidias de los gobiernos de derecha a un gobierno de izquierda que aún no cumple un semestre. 

En esos ires y decires, entre la población autóctona del municipio de La Apartada crece el descontento social que rechaza el paro y el bloqueo de la vía que es la única que dinamiza su economía, especialmente después que los camioneros al ver que solo ellos eran los retenidos atravesaran sus vehículos para no dejar pasar a los motociclistas. Igual está sucediendo en El Viajano, municipio de Sahagún y en Montelibano. Los cordobeses de esos municipios de tierras altas alejadas de la Mojana, habitantes ajenos a los fenómenos de inundaciones no entienden por qué se vinieron a perturbar su vida social quienes deberían hacerlo desde sus respectivos territorios. 

Autor: Helmer García Salgado.