Por: David Ravelo Crespo
Barrancabermeja, Santander.

Ante el trato displicente y peyorativo del ilegítimo presidente Duque contra la Senadora Aída Avella Esquivel, es necesario decirle a este troglodita que esta valiente e ilustre mujer tiene una excelente hoja de vida.

Nació el 23 de enero de 1949 en Sogamoso Boyacá.
Es pedagoga y psicóloga de la Universidad Nacional de Colombia.
En 1991 fue elegida a la Asamblea Nacional Constituyente.
De 1992 a 1996 fue concejal de Bogotá.
El 7 de mayo de 1996, fue víctima de un atentado criminal, donde se utilizó una bazuca, logró sobrevivir.

Para salvar su vida estuvo en el exilio durante 17 años y regresó al País. Siendo elegida en el año 2018 Senadora de la República por la lista Decentes Unión Patriótica.
Actualmente es la presidenta de la Unión Patriótica.
A través de la poesía Mapuche, Kallfv Mapu, Tierra Azúl, hoy le rendimos un homenaje a ese gran ser humano, a esa valiente mujer.

LA SEÑORA VIEJA

Qué memoria la suya, Señora Vieja,
sus piés de luma firmes bien plantados,
su columna de pellin sin una queja
y su vestido de roble rojizo
descolorido por los años que se han ido
y un tejido de alerce en su cabeza.

Permítame que sea yo, Señora Vieja,
quien le rinda este homenaje sin destreza,
no baje la mirada ni se haga la lesa;
si yo sé que cuando joven
brillaba como joya con toda su belleza.

Usted, Señora Vieja, era vigía,
de la chacra, los trigales y las ovejas.
Con los amoríos de verano
latía más fuerte su corazón de cereza
y una gota de rocío
más de una vez mojó su nobleza.

Once chiquillos fueron los descendientes.
Qué complicidad tan candente, Señora Vieja,
déjeme decirle que la admiro, Señora Vieja,
porque usted nunca bajó la cabeza.