París, 30 ene (Prensa Latina) Los sindicatos franceses opuestos a la reforma de la jubilación impulsada por el gobierno anunciaron hoy la realización el 6 de febrero de la novena jornada de movilizaciones contra la iniciativa.
Apenas unas horas después de marchas que llevaron a las calles a cientos de miles de personas, de acuerdo con los organizadores, y a unos 100 mil, según el gobierno, la Intersindical llamó a nuevas protestas para exigir la retirada del plan de implementar un sistema universal de pensiones por puntos.
El movimiento integrado por la Confederación General del Trabajo (CGT), Fuerza Obrera (FO), la Federación Sindical Unitaria (FSU), los Solidarios y organizaciones juveniles y de estudiantes reiteró en un comunicado su reclamo de una mejor distribución de la riqueza creada por los trabajadores, que los beneficie a la hora de la jubilación.
Mientras el gobierno insiste en que habrá más justicia con su reforma, la cual se convirtió en proyecto de ley la semana pasada tras el visto bueno del Consejo de Ministros, sus detractores denuncian que será devastadora para el bolsillo de los retirados y únicamente favorable para los intereses financieros.
En ese sentido, los sindicatos calificaron en su nueva convocatoria de histórica, por su fuerza, duración y apoyo de la opinión pública, la huelga que comenzó el 5 de diciembre, y estimaron que la iniciativa gubernamental ‘es más frágil que nunca’.
Además del respaldo mayoritario al paro por la población, reflejado en diversas encuestas, recordaron las críticas del Consejo de Estado al texto que el 3 de febrero entrará en la Asamblea Nacional, donde el oficialismo tiene un claro dominio.
Las marchas del 6 de febrero seguirían a las celebradas el 5, 10 y 17 de diciembre y el 9, 11, 16, 24 y 29 de enero, cuando cientos de miles de personas protestaron en esta capital y otras ciudades francesas.
Este jueves comienza una conferencia para buscar la vía de financiación de la reforma, foro organizado por el gobierno tras su decisión de retirar de manera provisional la polémica edad de equilibrio de 64 años, decisión que puso de su lado a los sindicatos reformistas, liderados por la Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT).
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