Su niñez y adolescencia la vivió con sus abuelos y tíos maternos, al tiempo que su madre desarrollaba diversos trabajos en procura de darle lo mejor. Sus estudios primarios y secundarios los realizó en el Colegio El Carmelo de la Congregación Las Carmelitas, donde nutrió su espíritu de toda esa sensibilidad social que la ha acompañado siempre.
En las misiones que ellas adelantaban conoció de la teología de la liberación, hoja de ruta permanente en sus proyectos, que además, la puso a definir si se iba como monja, socióloga o trabajadora social, al final optó por esta última en la Universidad Pontificia Bolivariana.
Fue alcaldesa de Apartadó, Antioquia, 1995-1997. Candidata al Senado 2002-2006 y Senadora en el período del 2010. Directora del Instituto Distrital de la Participación y Acción Comunal. Integrante de Colombianos y Colombianas por la Paz. En 1979 se radicó en Medellín y entró a estudiar Sociología en la Universidad Pontificia Bolivariana, donde cursó dos semestres y se trasladó a la carrera Trabajo Social, donde se vinculó como voluntaria socorrista a la Cruz Roja Colombiana y al Grupo de Derecho Internacional Humanitario.
Se graduó el 22 de febrero de 1985 tras realizar la monografía «Experiencia Comunitaria en la Reconstrucción de Cajibío», después del terremoto de ese pueblo Caucano en 1983. Trabajo al lado de Gabriel Jaime Giraldo, gerente del INURBE en 1990, que le permitió viajar un año después a Israel donde realizó varios cursos en Rehabilitación Comunitaria. Al renunciar regresó a la capital Antioqueña donde ingresó a la Empresa Antioqueña de Energía, integrada hoy a EMP.
A finales de 1993, José Noé Ríos, consejero presidencial para el Urabá, la nombró como directora del programa de vivienda para esa región. Varios frentes sociales y partidos postularon su nombre que fue inscrito el 25 de agosto de 1994 como candidata única. Su plan consertado con la comunidad tenía como objetivo fortalecer la convivencia, seguridad ciudadana, protección de los derechos humanos y ante todo, como reducir a su mínima expresión la violencia que tenía azotada a toda esa región.
El 30 de octubre de 1994 fue elegida como alcaldesa de Apartadó con una votación de 7.119 y un abstencionismo del 80%. De la mano de la esperanza que tenían los habitantes y el obispo Isaías Duarte Cancino se dio apertura a un diálogo abierto con todos los protagonistas de esa problemática social. En 1995 viajó a Suiza, Holanda y Gran Bretaña en compañía del entonces gobernador de Antioquia Álvaro Uribe Vélez y el Comisionado de Paz Daniel García-Peña, en la búsqueda como siempre lo ha hecho, de una misión observadora que sirviera de garante en el cumplimiento de los Convenios de Ginebra y el Derecho Internacional Humanitario, hecho que generó el primer desencuentro entre ellos, debido a que la alcaldesa buscaba de los organismos internacionales, el gobernador insistía hablaba de una intervención armada que permitiera la llegada de fuerzas extranjeras.
La cooperación internaccional fue vital para los proyectos sociales, pero ningún gobierno se le midió a la veeduría que pedía a gritos esa región. Esta gestión volvió visible y fuera del país, una situación que cubrió de muerte no solo a ese municipio sino a Colombia. Que cobró además, la vida de 17 funcionarios de esa alcaldía. El debate de las Convivir, cuya legalidad aún es tema de controversia en un país, donde es más fácil matar que hablar de vida. Eso se volvió para ella y su administración un riesgo total, al abrirsele varias investigaciones al tiempo, que luego de un tortuoso proceso, la Fiscalía Regional no encontró los méritos suficientes para abrirle un proceso como tal.
«El ser testigo de varias masacres, donde murieron más de mil personas, le dio un carácter tan perverso que la volvió sospechosa», hecho que la llevó a entregarle a la JEP sus investigaciones y a la vez, se declarara víctima de persecución y muerte política. Todos sus aportes buscan esclarecer el enrarecido ambiente que no aparecer la verdad como debe ser, situación que no es nueva para ella, porque durante 23 años o más, ha dejado sus testimonios para tal fin.
Ha vivido en carne propia el destierro por haberse enfrentado a la «élite paisa», que solo construye poder para un reducido grupo, liderado por Álvaro Uribe Vélez. Ganó en el 2008 el Premio Nantes, reconocimiento que volvió visible todo lo que ha hecho para bien de las comunidades de su región, que la llevó además, a ser consultora e investigadora de la Unesco durante dos años. Como víctima del crimen de odio su investigación «Geografías de la guerra y territorios de resistencia: el caso de la Comunidad de Paz de San José de Apartadó», tesis en Geografía, en donde desnuda los poderes locales de lo económico y político que llevan a consolidar la violencia en la Región del Urabá.
Es crítica cuando se habla solo de Guerrilla, Paramilitares y delincuencia común, dejando de lado a las empresas que con su músculo económico, muchas de ellas, financian a unos y a otros. Conoce al dedillo como se «descampesinó» a su región, al desaparecer, despojar, desterrar y exiliar a la gente del campo. Ha vivido la descalificación y el daño político en grado sumun, solo por atreverse a contar las verdades que vivió. Sus argumentos servirán para aclarar por qué los modelos de desarrollo están plagados de unos males tan peores como las propuestas de mejorar, entre ellas, el desplazamiento, violación destrucción de modelos alternativos económicos para las diversas comunidades.
Ha sufrido en carne propia la muerte política y laboral, por ser una mujer incómoda a la que buscan siempre marginar y silenciar. Todos los días lucha, para que haya las garantías necesarias ante los cambios que debe darse al interior de Colombia. La juventud del Urabá no sabe hacia donde caminar, porque sus abuelos y padres están cansados de padecer el acoso de malos gobiernos y la crisis social que produce el narcotrafico y los grupos que se pelean las rutas de ese flagelo.
Cree en el instrumento de la memoria como dadora de vida, el recordar propicia un sufrimiento que es clave para darle vida a la muerte, hecho que ayuda a resucitar opciones, salidas y verdades. Todo eso está en el libro que a cuatro manos escribió con Mabell Sandoval «Gloria Cuartas, por qué no tiene miedo», en donde todas esas muertes que están en su cuerpo, resucitan cada vez que habla fuerte que es como una herida abierta que la agiganta para contar muchas verdades que la región del Urabá y Colombia saben, pero que se enmudecieron al ver como las instituciones flaquearon ante el poder y caminan de la mano del político de turno que con su dinero lo compra todo, al tiempo qu ella narra a todo pulmón con pelos y señales, el tránsito vivido por las masacres de «El Aracatazo», «Los Kunas», «La Galleta», y la del «Bajo del Oso», testimonio de una realidad violenta de la Colombia sin dolientes, donde un mercenario vale más que la labor de la gente buena»-Fercahino

Gloria Isabel Cuartas Montoya nació el 18 de junio de 1960 en Sabaneta, Antioquia. Padres Maria Eugenia Montoya y Josué Cuartas. #vocesenoposición
