Oscar Rivera Luna*

La tormenta de fuego que asoló a Los Ángeles California en pleno invierno boreal fue estimulada por ventarrones secos de hasta 161 kilómetros por hora e incineró seres humanos, animales vegetales, viviendas, colegios… causando atroces sufrimientos a 179.000 evacuados. Los incendios de Eaton y Palisades quemaron más de 15.000 hectáreas, causaron 27 muertes, desaparecieron 31 personas, destruyeron 12.000 casas y edificios.

El fuego se propagó rápido y arrasó barrios enteros en cuestión de horas o minutos. El siniestro recuerda las premoniciones de Victoria Butler la escritora negra de Pasadena que describió los estragos del fuego en California desde 2003. Estos incendios, los 74.500 fuegos ocurridos en La Amazonía en 2024, el río atmosférico que se desplomó sobre Valencia y Málaga España debido al choque violento de vientos Árticos fríos y vientos cálidos del Mediterráneo y muchos fenómenos extremos en el planeta nos demuestran a diario la gravedad del caos climático con temperaturas que son impredecibles.
Reiterados incendios en páramos de Colombia, activados por pirómanos insensatos anuncian el infierno de temperaturas insoportables y sufrimientos que estamos creando con los excesos de emisiones de gases de efecto invernadero GEI del modelo productivo devastador de ecosistemas y el fanatismo

Empezando 2025 vivimos una crisis total; el déficit global de agua, virus mutantes atacan nuestro sistema inmunológico, bacterias resisten a los antibióticos, enfermedades fungosas afectan frutas, hortalizas y avanza la hambruna global. Pero el mayor problema es la negación de la dirigencia mundial. Los dueños del planeta viven enzarzados en una guerra feroz y controversia por controlar la economía global, desconocen la existencia de una amenaza climática. Invitan a invertir más en armas y producir con mayores quemas de hidrocarburos. Estimulan excesos de emisiones de GEI, combustibles fósiles; petróleo, gas y carbón y explotarlos en selvas lluviosas, en pantanos, en arrecifes costeros a pesar de las advertencias reiteradas del IPCC de la ONU, del caos y desastre climático permanente.

Insisten en enviar cohetes al espacio sideral, en usar misiles hipersónicos, en amenazar a quien no cumpla sus mandatos. Se vanaglorian de la inteligencia artificial, sin importarles un comino que agudizará la mentira, el desorden, el caos social y el desempleo hasta extremos desconocidos. Desprecian las necesidades de miles de millones de personas. Reprimen a emigrantes que huyen de las guerras, la inequidad, la miseria y hambre de los pobres del mundo y al tiempo hablan de libertad, democracia y derechos humanos.

La cúpula económica embriagada de poder persiste en la competencia feroz para controlar el mercado global, en la producción de armas más destructivas. Las amenazas con sanciones, imposición de mayores aranceles y agresiones en el preludio de la autodestrucción final. Lo denunció Claudia Sheinbaum, la presidenta de México en la cumbre del G7. Millonarias invenciones bélicas convencionales y nucleares, misiles hipersónicos, artefactos nucleares con el despilfarro de 2,4 billones de dólares en dos años. Contrasta con la casi imposible colecta de 350.000 millones de dólares en 10 años para la adaptación y la mitigación del calentamiento global, en favor de 8.000 millones de habitantes de la tierra. Con la triste pobreza de los recursos físicos y humanos para apagar las tormentas de fuego, atender al déficit global de agua y la hambruna global. En Colombia, 300 municipios han vivido durante decenios sin cuerpo de bomberos. En el Valle del Cauca tuvimos un presupuesto anual de 200 millones para los cuerpos de bomberos del departamento en 2024.
El objetivo de grandes medios del mundo es confundir a los lectores cautivos demostrando lo ideal de vivir en guerra permanente; intervenir en asuntos internos de las naciones vecinas. Insistir en lo imposible de realizar una transición energética para reducir los impactos del calentamiento. No aceptan las advertencias de científicos climáticos sobre altas temperaturas que ocurrieron en años 2023-2024; de hasta 1,57 grados Celsius sobre el promedio global en la era preindustrial. No informan que el metano CH4 tiene 80 veces más capacidad de calentamiento global que el carbono CO2 y alcanzó un 59% de mayor contenido en la atmósfera. Pocas personas saben que los N2O óxidos nitrosos de la urea, tienen 296 veces mayor capacidad de calentamiento global que el carbono y alcanzan 18% de mayor contenido en la atmósfera. El desprecio por los indicadores demuestra que la amenaza es mayor ante la indolencia social e insensibilidad climática.

Existen ejemplos de adaptación y mitigación del cambio climático poco conocidos en el mundo; reforestación masiva para adaptación al calor en millones de hectáreas de México. 1500 millones de árboles plantados en Filipinas. Los 11.000 millones de árboles plantados en Corea del Sur. La muralla verde del desierto de Gobi en China. La franja verde creada en Senegal Mali, Burkina Faso, Nigeria, Chad, Sudán, Etiopía, Djibouti y Eritrea para atajar el avance del desierto Sahara sobre el Sahél Africano y la cuenca Mediterránea. Iniciativas que podríamos emular. En Noruega, Dinamarca, Finlandia, Suecia, transforman fuentes de energía para el transporte público, orientan la agricultura e industria hacia 0 carbono. La alternativa obligada es reducir las emisiones de carbono de cada habitante y país, adaptar el territorio a los extremos climáticos para ser menos vulnerables. Reducir la huella de carbono CO2e de cada habitante de la tierra. No se resuelve hablando de la amistad, libertad, defensa de la democracia y al tiempo promoviendo el uso de armas químicas, biológicas y nucleares, sembrando dolor en comunidades inermes.

Debemos prevenir los desastres climáticos, afrontarlos informando la verdad y organizando las comunidades de la aldea global ante la realidad del clima y el déficit global del agua, en la tierra, no en el planeta Marte. Vivimos una especie de pausa en el calentamiento. En medio de la Torre de Babel creada por la desinformación masiva, la humanidad necesita una estrategia seria y coherente ante la amenaza inmediata del calentamiento y la hambruna global. Luchar por la vida en todos los ecosistemas de la tierra. Obrar en armonía con la naturaleza y con la sociedad, transitando en contravía del mensaje delirante de la guerra comercial, las amenazas, la xenofobia, armas letales y la autodestrucción.

*OSCAR RIVERA LUNA. Agrónomo, ecólogo y trabajador incansable por la defensa de la vida y los derechos de los oprimidos en Colombia y el mundo.

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