Por Alberto Pinzón Sánchez *
Hoy 16 de marzo, el cotarro político colombiano amaneció alborotado debido a un discurso “típico” del presidente Petro ayer en Puerto Resistencia, Cali. Según la prensa agitada, porque se ha abierto la puerta a una Asamblea Nacional Constituyente. Obviamente también yo, que había mantenido un prudente silencio escrito en espera de las realizaciones prometidas y compartidas, también me he visto concernido. Paso a explicarlo:
A fines del 2001, durante mi pertenencia a la Comisión de Personalidades (Notables) en el proceso de paz del Caguán entre las Farc- Ep y el gobierno de Pastrana; abanderé por escrito y hablado (y no me avergüenzo de repetirlo) dos consignas básicas: 1)El desmonte (obvio) del Paramilitarismo y 2) la necesidad de una Asamblea Nacional Constituyente amplia, popular y democrática que, corrigiera la estrechez y el neoliberalismo contrainsurgente de la Constitución del 91, la que había dejado por fuera a la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar, con el aleve ataque militar a Casa Verde, ordenado por la dupla neoliberal Gaviria-Pardo Rueda. Propuestas que me granjearon el odio tan cerrero de la cúpula narco paramilitar (Castaño- Mancuso- y el señor de las sombras en campaña presidencial de ese año), que me costaron el doloroso exilio forzado a Europa, y que soporto resignadamente hasta el día de hoy.
En el 90, la coordinadora Simón Bolívar atravesaba una crisis severa, bien conocida por la Inteligencia Militar Contrainsurgente y por la nefasta dupla de los hermanos Pizarro; uno en Casa Verde, y el otro, en los conciliábulos de la paz del Gavirismo, que se comunicaban entre sí a través de un joven y diligente “chasqui”, que braveaba con un chopo oxidado 38 en el cinto y se hacía llamar Aureliano. El otrora comandante Navarro, quien jugó dentro del M19 el mismo papel que posteriormente en el 2016, jugó la tripleta de las tres eles en la disolución de las Farc. En el 2001, fue uno de los primeros (secundado por la plana mayor de su grupo incluido el actual presidente Petro) en atacar nuestra propuesta de la ANC, por considerarla extemporánea, ya que, según ellos, era la misma banderola arrugada de siempre, enarbolada por las Farc y además, ya existía la democrática y omnímoda Constitución del 91.
Durante mi Comisión en los Notables, recibí la invitación de Enrique Santos Calderón a que lo visitara en las oficinas del poderoso diario EL Tiempo, para que le explicara personalmente mis propuestas, reunión que, como ya lo he relatado, terminó cuando después de oírme, Enrique se retiró diciéndome (todavía recuerdo sus palabras) “pero la guerra viene”, cerrando la puerta de su despacho. Claro, enseguida vino el ataque concertado de todo el Bloque de Poder y de los tres poderes de su democracia: Desde el Ejecutivo, el Comisionado de Paz de Pastrana. Desde el Legislativo Luis Guillermo Vélez y el bravucón Vargas Lleras y, desde la Fiscalía el simpático Luis Camilo Osorio, todos a una, al unísono desde su tribuna propagandística atacaron mis propuestas dejándolas en el vacío político.
23 años después, los puentes de Colombia han visto correr demasiada agua bajo los puentes y es muy difícil recogerla toda en un pequeño recipiente escrito. Sin embargo, como condensación deseo basarme y citar dos de los más recientes análisis sobre la ACTUAL realidad sociopolítica colombiana, pues hoy, inmediatamente después de conocido el discurso del presidente Petro, nada menos que el leguleyo vocero del Santismo, Humberto de la Calle, al parecer en representación de toda la clase dirigente, en un comunicado de su agencia publicado en su cuenta de X, rebate “jurídica y contundentemente” la propuesta presidencial (que más parece amenaza para que se realice el Pacto en las Alturas, que viene proponiendo desde su campaña presidencial, e intentando darle forma con una gobernanza, con una serie de tránsfugas del Bloque dominante)
Escribe así el ex vicepresidente De la Calle: “La causa que alega el Presidente para convocar una constituyente es la imposibilidad de cumplir la Constitución, según su propio dicho. El argumento es débil. Si fuese cierto, no es la Constitución la que hay que cambiar sino la forma de gobernar” … (@DeLaCalleHum)
1- El 18 del pasado mes de febrero, el profesor universitario de ciencia politica Francisco Toloza, escribió un interesante artículo analítico en la revista Raya, que recomiendo leer nuevamente donde analiza los casi dos años del gobierno de Petro, así:
La ruptura es del régimen. Tras 18 meses de gestión de Gustavo Petro ha quedado claro que las particulares limitaciones del nuevo progresismo latinoamericano tienen en Colombia un cuello de botella aún más estrecho: el inveterado y hasta hoy invicto régimen político, quizás el único sobreviviente -pese a sus obvias mutaciones- de los llamados estados oligárquicos que predominaron hace más de un siglo en nuestro continente. Subsisten los rasgos antidemocráticos, elitistas y autoritarios, así como continúan vigentes quienes históricamente se han beneficiado de este régimen. Pero la novedad es que está preñado en su seno de un inédito ejecutivo reformista que lo compele a su más virulenta reacción. Es un régimen en ruptura, pero que sigue rigiendo. Persiste, pero no intacto.
El pasado 8 de febrero el presidente denunciaba una ruptura institucional, y la derecha alertaba sobre amenazas dictatoriales. Ni lo uno ni lo otro. Las instituciones del régimen están funcionando para la preservación de éste; y lo que sería un necesario quiebre institucional no parece estar hoy en la agenda presidencial. El gobierno del Pacto Histórico se halla sitiado por el régimen político colombiano, esa síntesis de instituciones formales e informales, reglas de juego y persistentes factores reales de poder, que han hecho de nuestro país el único en la región que no haya defenestrado ni una sola vez en 200 años a su bloque hegemónico. Por más oxímoron que parezca, la mayor contradicción política actual en el país es entre el ejecutivo y el régimen político, sustentada en que, si bien Petro ha querido ser una alternativa dentro del régimen, el irreformable régimen político colombiano impide su necesaria renovación. Por tímidas e inocuas que parezcan las apuestas reformistas del actual gobierno bien pueden representar una grieta insalvable para un régimen resquebrajado por las tensiones en el bloque de poder y su tradicional hermetismo.
La misma victoria de Petro es impensable sin la larga crisis del régimen remozado de manera gatopardista en 1991. Un bloque hegemónico capaz de imponer presidencias en las urnas casi ininterrumpidamente durante dos siglos tuvo que acudir primero a un advenedizo Duque en 2018 que profundizó su decadencia y luego fue incapaz de cohesionarse en una candidatura viable en 2022. La alternativa fascistoide que representó el uribismo no logró la plenitud de consensos en su momento, y el desgaste del conflicto armado interno obligó a la búsqueda de acuerdos de paz a pocos años que se prometían victorias militares. Hay anacronismos evidentes en el sistema electoral, la representación política, el ordenamiento territorial y los espacios de participación ciudadana, por solo mencionar algunos elementos, en los que podrían coincidir analistas de todo el espectro político….
….. como en las épocas del Frente Nacional, el régimen post 91 también ha echado la llave al mar para evitar su transformación. Expertos en usar la categoría “régimen” como epíteto contra gobiernos o Estados a los que descalifican, los medios de información no usan el término para referirse al régimen en nuestro país y usan edulcoradas fórmulas entre las que predominan la de las “instituciones”, o la “institucionalidad” entre las que obviamente se excluye la protesta y la participación directa. Desde el régimen sólo se reconoce al añejo poder constituido, que de forma más descarada la derecha llama “la democracia más antigua de América”, manteniéndose fiel a su crónico miedo al pueblo. Con este espíritu de cuerpo no parece hacer falta por ahora el “golpe híbrido”, porque su componente más blando de lawfare y bloqueo institucional arrancó antes que el actual gobierno.
El debate abierto supera el rumbo del actual gobierno. Más allá de voluntades individuales estamos frente una posibilidad histórica ante la decadencia del régimen que desde cuando menos hace 70 años no entraba en tensión con un ejecutivo de turno. Las salidas reales no van a salir dentro de las actuales reglas del juego diseñadas por el mismo régimen para su perpetuación, como no vinieron en su momento de la Constitución de 1886. Los límites jurídicos siempre pueden ser sobrepasados por las realidades políticas. Sin duda la propuesta del Acuerdo Nacional podría y debería incluir una ruta ante esta ruptura del régimen, así como la consolidación de la denominada paz total comprende inevitablemente pensar en alternativas a la crisis. Pero para que ello sea posible, no se puede repetir la historia de hace 7 décadas haciendo del necesario consenso un pacto elitista y excluyente, sino por el contrario gestando la más amplia participación de aquellos sectores que justamente han sufrido el marginamiento de este régimen y se les ha negado su voz en el poder constituido. La solución a la crisis no está en la santificada “institucionalidad” sino en el constituyente primario”. https://revistaraya.com/francisco-toloza/576-la-ruptura-es-del-regimen.html
Contradicción principal de “intentar cambiar el Régimen dentro del Régimen” que coincide, con mi opinión de enderezar el jorobado con sobijos, sustentada en el último párrafo de artículo de Rebelión.org: Sobre la Cruel Incertidumbre:…Para finalizar, debo agregar que Colombia, país parte integrante del Microsistema del Imperialismo global descrito, donde a contracorriente con esta realidad, se intenta, desde un gobierno autodenominado progresista, enderezar un jorobado con sobijos, es decir, donde la contradicción esencial entre el desarrollo acelerado de las Fuerzas Productivas capitalistas choca abiertamente con las caducas Relaciones de Producción condensadas en el Régimen político dominante, lo que se pretende corregir con “inciertas” e inocuas reformas que salven el capital, sin recurrir a las resistencias populares y al constituyente primario, no puede ser una excepción a nada. Y así, volvemos a estar en el terreno de lo incierto” https://rebelion.org/sobre-la-cruel-incertidumbre/
2-El otro análisis sobre el que deseo basar esta opinión, es el importante, extenso e inquietante estudio de la ONG, CORE (Conflict Responses), sustentada por la embajada de Canadá en Colombia, titulado “Las disidencias de las Farc-EP. Dos caminos de una guerra en construcción” que se puede y se debe consultar en https://www.conflictresponses.org/disidencias-de-las-farc-ep-dos-caminos-de-una-guerra-en-construccion-partes-1-y-2/ Cuya principal conclusión, que el mismo título describe después de un prolijo y minucioso análisis, donde explica el avance y expansión sostenidos de las llamadas “disidencias de las Farc-ep”, cristaliza, la guerra en construcción, en los últimos párrafos (pág. 62) así:
…” Otro asunto clave es entender qué tanto los intereses económicos de los grupos armados definen su estrategia militar y con qué fines. Casos del vínculo entre lo económico y lo militar abundan. Por ejemplo, la reorganización y movimiento de las varias unidades para establecer un corredor para el tráfico de marihuana desde el norte del Cauca hacia Brasil, por parte del “EMC”, sería un caso. La importancia que el “EMC” le ha dado a mantener el control del Cañón de Micay y lograr el control de todo Argelia (Cauca), según numerosas fuentes, es motivado por un interés de controlar los cultivos de coca, los cristalizaderos y las rutas del tráfico hacia el Pacifico. Los esfuerzos por controlar el Pacífico nariñense por parte de la Segunda Marquetalia SM, también están vinculados claramente al narcotráfico y a la minería ilegal.
Está claro que, el dinero obtenido por las unidades de estos grupos genera un desincentivo para negociar la paz de verdad y para dejar las armas o salir de los conflictos armados. Una estrategia de negociación que no considere este punto, difícilmente tendrá éxito con cualquiera de los dos grupos”. Fin del Informe.
¿Es acaso, esta conclusión la que plantea serias dificultades legales y políticas a la gestión de la Paz Total de la nueva Fiscal, señora Camargo? Quien según la prensa es una persona bastante ligada a la segunda persona con más poder en Colombia, el ministro de defensa Iván Velásquez. https://www.las2orillas.co/una-pupila-del-mindefensa-con-quien-ha-trabajado-dos-decadas-llega-a-la-fiscalia/
O ¿será así mismo, otra de las razones subyacentes para motivar el discurso presidencial en Cali?
Así las cosas, ante la falta de nueces para realizar verdaderamente una tal ANC que después de dos años de revolver el sancocho sin resultados a la vista (porque no existen dos capitalismos, uno malo dirigido por el señor de las sombras y sus muchachos, y otro bueno progresista), entregue a las bases populares y al movimiento social, que si tiene las nueces necesarias, la posibilidad real y efectiva de resolver la actual contradicción que pretende enderezar el jorobado con sobijos reformistas imposibles de realizar “ con la actual manera de gobernar” (De la Calle tuitixt)
Propongo pues, como un homenaje al recuerdo de la gran Piedad Córdoba, nuestra compañera en esa Tarea, retomar sus contundentes propuestas políticas sobre una verdadera ANC popular y democrática.
Anexo trino del doctor De la Calle.

♦♦♦
*Alberto Pinzón Sánchez

BLOG DEL AUTOR: Alberto Pinzón Sánchez
Siguenos en X …@PBolivariana
