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Asunción, 18 ago (PL) Los 31 artistas extranjeros y nueve paraguayos enrolados en un Festival Latinoamericano de Arte en la Calle prosiguen hoy su llenado de murales en paredes de edificaciones del Centro Histórico de esta capital.

Latido Americano es el movimiento iniciado en Lima en 2012 con el objetivo de convertir la ciudad en una inmensa galería, donde el público puede apreciar la creación de piezas artísticas.

El festival rescata el sentido de la calle como espacio de intercambio comunicativo, con la participación de expertos en grafiti y muralistas de múltiples países del continente.

Por primera vez se trasladó este evento a Paraguay para celebrarlo durante todo el mes de agosto, en esta ciudad como homenaje a su aniversario 479 fundacional.

Descubriendo el Paraguay es el tema central y tiene como centro describir la flora, fauna e identidad de la Asunción precolombina, según las autoridades de la municipalidad cuando hicieron el lanzamiento oficial.

Entonces, el intendente Mario Ferreiro destacó cómo esa iniciativa dará color y vida a la capital mediante el arte urbano, inspirado en la localidad y sus calles.

Por su parte, el artista urbano Oz Montanía, uno de los organizadores, señaló que hace más de tres años se decidió traer el festival a este país, pero recién ahora pudo concretarse.

Montanía alabó el alto nivel de los extranjeros participantes y cómo gracias a la tecnología existente se pintan murales en edificios de hasta 10 plantas.

De esta forma, expresó, quienes salieron de Asunción a principio de mes y retornan a finales se toparán con un ambiente diferente.

El paraguayo Marcos Cubas fue el iniciador de una obra y, por supuesto, el primero en acabarla, un muro pintado en la Manzana de Rivera, centro cultural al cual está integrada, entre otros locales, la biblioteca pública municipal Augusto Rora Bastos.

Allí dijo que su mural busca representar un poco la parte de Asunción vista a orillas del río Paraguay, en el cual se aprecia la naturaleza, la comunidad indígena, un pedazo de tierra que se convierte en la ciudad y un yacaré (caimán).

El festival es excelente para llenar de color la ciudad, algo que le hacía falta, y con eso se abre culturalmente hacia toda Latinoamérica al recibir a artistas de otros países, opinó Cubas.

arc/jf