Imagen activaWashington, 6 sep (PL) El presidente estadounidense Barack Obama está equivocado o mal asesorado sobre el presunto uso de armas químicas en Siria por parte de las autoridades de esa nación del Levante, según muestran hoy algunas evidencias.

El sitio Mint Press News publicó el 29 de agosto que rebeldes y residentes en la región de Ghouta Oriental, al este de Damasco, acusaron al príncipe saudita Bandar bin Sultan de proporcionar armas químicas a un grupo insurgente vinculado a al-Qaeda para buscar una justificación y acusar al gobierno de Bashar al-Assad.

Esa publicación señala que Washington y sus aliados apuntan al lado equivocado, ya que Occidente no está interesado en el examen de pruebas en contra de Siria y desde muy temprano, el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, dijo que es un juicio claro para el mundo, al-Assad es culpable, sentenció.

Médicos, incluso miembros de bandas armadas y familiares de las víctimas en Ghouta creen que ciertos rebeldes recibieron armas químicas a través del jefe de inteligencia saudita, el príncipe Bandar, y fueron los responsables de llevar a cabo el ataque.

En el escenario de los hechos del presunto ataque gubernamental, Abu Abdel- Moneim, padre de uno de los miembros de las bandas armadas fallecido en la acción, afirmó que no fue el gobierno el que causó la tragedia y describió las armas facilitadas como una «estructura de tubo» , mientras que otros eran como una «enorme botella de gas».

Dijo que su hijo y los otros que preparaban la acción murieron durante el ataque con gases químicos. Asimismo otros rebeldes dijeron que los promotores del ataque no los orientaron bien. «No sabíamos que eran las armas químicas. Nunca nos imaginamos que eran las armas químicas», dijo uno de los entrevistados.

Según un artículo de Business Insider, escrito por el periodista Geoffrey Ingersoll, el príncipe saudita, víctima de un atentado en julio de 2012, trabajó para justificar la agresión contra Siria.

En ese sentido, el diario The Independent, del Reino Unido, señaló que fue la inteligencia de Riad la que primero habló de la utilización por el gobierno de Damasco del gas sarín, en febrero, para facilitar la acción de los aliados occidentales.

Por otra parte, diversos análisis indican que los únicos beneficiarios del uso de los artefactos químicos son los rebeldes, en retroceso ante la ofensiva del Ejército Árabe Sirio, y favorecidos ahora por una probable intervención liderada por Washington.

La televisora CNN informó hace varios meses que la Casa Blanca y algunos de sus aliados están usando contratistas de defensa para entrenar a rebeldes sirios sobre cómo utilizar armas químicas en Siria.

Ya desde entonces altos funcionarios estadounidenses comenzaron a fabricar el actual escenario cuando advertían que el gobierno sirio «podría usar sus arsenales de armas químicas contra la rebelión armada que trataba de derrocarlo», algo que Damasco negó con vehemencia y reiteradamente.

Meses atrás la cancillería siria en una carta al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon manifestaba su preocupación acerca de la noticia difundida por los medios de comunicación de que algunos de los países que respaldan el terrorismo y los terroristas podrían proporcionar a esos elementos armas químicas.

La denuncias sirias tenían fundamento si se tiene en cuenta que el propio presidente Obama impulsó la campaña este año cuando durante un discurso en la Universidad Nacional de Defensa advirtió al presidente sirio no utilizar el presunto arsenal químico.

«Hoy quiero dejar absolutamente claro a al-Assad y aquellos bajo su mando: El mundo está observando», dijo Obama. El uso de las armas químicas es y sería totalmente inaceptable. Por la utilización de esos artefactos habrá consecuencias y tendrán que rendir cuentas, dijo.

Por otra parte, expertos de Rusia dieron a conocer esta semana un informe de 100 páginas demostrando que rebeldes opositores «estaban detrás de un ataque con gas sarín mortal en un suburbio de Alepo a principios de este año.»

En las últimas semanas informes de prensa de periodistas de la Associated Press y del corresponsal de la BBC Dale Gavlak, que sitúan la autoría del ataque químico en mano de los rebeldes, han recibido una atención prácticamente nula en Occidente.

Hay contradicciones evidentes y el presidente Obama pudiera estar «equivocado» o mal asesorado a la hora de justificar un ataque contra Siria.