Por Randy Saborit Mora
Guatemala, 24 ene (PL) Conocedores guatemaltecos y cubanos de la obra de José Martí dialogarán hoy sobre la trascendencia del pensamiento de quien dedicó su vida a actuar en defensa de los pueblos latinoamericanos y caribeños, y apostó por el equilibrio del mundo.
El Café Literario, programado por la embajada de Cuba en Guatemala, es una de las actividades que se desarrollarán hasta el 28 de enero próximo, día del cumpleaños 160 del más universal de los cubanos.
Martí, quien no se avergonzó del delantal indio de su madre América, dejó muchos recados en su ardua labor en pro de la integración latinoamericana.
Con la capacidad de ver más allá de su siglo XIX se refirió en uno de sus textos publicados en la revista La América, en enero de 1884, «a aquellos que son en espíritu, y serán algún día los Estados Unidos del Sur», al definir a América Latina y el Caribe.
La institucionalización de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) en Venezuela, el 3 de diciembre de 2011, en el bicentenario de la declaración de su independencia, contribuiría a materializar el sueño martiano de una América unida desde México hasta Argentina y Chile.
A más de un año de la creación de la Celac, está previsto que en los próximos días Santiago de Chile reúna a los jefes de Estado y de Gobierno de los 33 países independientes de América Latina y el Caribe que conforman esa comunidad.
Cuba asumirá la presidencia de esa organización a partir de febrero del 2013, en el año del 160 aniversario del natalicio Martí, quien en carta al director de La Opinión Nacional de Caracas, Fausto Teodoro de Aldrey, expresó el 27 de julio de 1881: «De América soy hijo, a ella me debo».
No fueron palabras al viento, aquellas escritas por un joven de 28 años, pues su hacer periodístico fue siempre a favor de los pueblos de la región latinoamericana y caribeña.
Su labor como organizador del Partido Revolucionario Cubano contribuyó a preparar la guerra para independizar a Cuba y Puerto Rico, y así equilibrar el área al sur del río Bravo, en México.
Quizás la esencia está en convertir las palabras de Martí en actos transformadores de fe por toda la América que en la actualidad apuesta por una mayor integración, sin invitar a la fiesta a la sección norte del continente.
Sus consejos traspasan los tiempos, como los sintetizados en su medular ensayo Nuestra América, con más de 120 años de lozanía; publicado en La Revista Ilustrada de Nueva York y en El Partido Liberal de México, el 1 y 30 de enero de 1891, respectivamente.
«El vino, de plátano; y si sale agrio, Âíes nuestro vino!», manifestó el aguzado periodista en aquel artículo medular de su creación profesional, en el cual abogó por la defensa de los valores autóctonos de las naciones de Latinoamérica y el Caribe.
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