Lautrec: Un París antiguo resucita en La Guaira

La brisa salada acaricia las paredes coloridas del Casco Histórico de La Guaira, un lienzo urbano que renace tras años de olvido. Entre calles empedradas y fachadas restauradas, una luz cálida invita a entrar en un espacio singular: Lautrec, una tienda de antigüedades que no solo vende objetos, sino historias. Su nombre, un guiño al genio francés Henri de Toulouse-Lautrec, el cronista de la Belle Époque, ya anuncia la magia que aguarda en su interior.

Ivette, la mente inquieta y apasionada detrás de este proyecto, nos recibe con una sonrisa cálida y ojos brillantes que parecen contener la esencia misma de las piezas que atesora en su tienda. Pero más allá del nombre, la tienda Lautrec es un faro de cultura en La Guaira, atrayendo a gente de todos los rincones y estratos sociales. La motivación detrás de este emprendimiento va más allá del comercio; su anticuaria busca fomentar la economía circular y abrir una ventana al mundo del coleccionismo para los guaireños, en un esfuerzo por revitalizar el Casco Histórico de La Guaira y convertirlo en un destino turístico de renombre.

Pero, ¿qué piensa la gente de La Guaira sobre las antigüedades y el arte decorativo? Ivette sonríe y confirma que, en su experiencia, la curiosidad y el interés son vastos y diversos. «Hemos recibido visitantes de todos los niveles culturales, todos fascinados con los objetos que ofrecemos», asegura. No importa si alguien llega por simple curiosidad o por una verdadera pasión por el coleccionismo, en Lautrec encuentran un espacio donde cada pieza tiene una historia que contar.

Hablar con Ivette es adentrarse en un relato de esfuerzo, pasión y sueños. La experiencia de contribuir a la reconstrucción de La Guaira, a través de su tienda y su arte, la llena de satisfacción. «La gente comenta que hacía falta un negocio así en el Casco Histórico, y esa retroalimentación nos anima a seguir adelante», comparte con entusiasmo.

Claro, su camino no ha sido fácil. «La obra de recuperación de la parte de la casa que nos aloja fue un gran desafío», admite Ivette. «Parece que no le daban crédito a que lo dirigía una mujer, y completar la obra en una economía inflacionaria es un desafío constante. Lograr que nos visiten arquitectos, decoradores y diseñadores de interiores para proyectos en la tienda es otro gran reto».

Sus planes futuros incluyen seguir enriqueciendo la oferta cultural del estado. «Queremos que la ciudad tenga mayor variedad de atracciones culturales para cultivar el alma de sus habitantes y ayudar a cerrar heridas abiertas por tragedias pasadas», afirma con esperanza. Para ella, cada pieza vendida, cada visitante que cruza la puerta, tanto locales como extranjeros, puedan encontrar algo que se puedan llevar a casa, un pedacito de historia, un recuerdo tangible de su paso por La Guaira.

Por: Asiul Alejandro González

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