Por: Juan Hernández Machado*, miembro de la Unión de Historiadores de Cuba.

En el mundo, en sentido general, y en el moderno en particular se crean estereotipos que identifican a países, pueblos, instituciones, grupos de personas y otros.

En esto de crear estereotipos las antiguas metrópolis, los países capitalistas desarrollados y, en particular, los Estados Unidos de América, son especialistas. Según sus conveniencias e intereses van desarrollando sus campañas de propaganda, que de tanto repetir un concepto logran que el mismo se fije para largo tiempo.

Así surgió la invencibilidad de sus fuerzas armadas, hasta que el fracaso de Bahía de Cochinos en Cuba en 1961, la guerra en Vietnam en la década de los años 70 del pasado siglo, el desastre de Somalia, en la década de los años 90 y los 20 años inefectivos en Afganistán demostraron lo contrario, que los Marines también corren…y bastante; y que el súper armamento yanqui puede ser derrotado.

Y si no, analice lo que los hutíes de Yemen han logrado contra la poderosísima marina yanqui en los últimos meses, a pesar de que ese país está siendo destruido desde el año 2015 por los estadounidenses y sus aliados regionales, pero los cohetes y drones salen de donde quiera y allá van los buques de guerra insignes a retirarse para no ser golpeados y para reabastecer de municiones cuando en un santiamén acabaron con sus reservas sin poder detener la avalancha coheteril yemenita.

Y esto a un costo billonario para los contribuyentes estadounidenses que son, al final, quienes pagan todas las guerras del imperio.

Las campañas de propaganda, para poder  crear el estereotipo, sobredimensionan los aspectos positivos de la  parte que quieren beneficiar y los negativos de la parte que quieren perjudicar.

Y ese es el caso de Israel, el aliado por excelencia yanqui en el Medio Oriente, que desde 1948 ha estado bajo la sombrilla protectora de Washington y ha recibido su apoyo en todos los frentes posibles para enfrentarse a sus vecinos árabes y destruir la aspiración del pueblo palestino de tener su propio Estado y poder vivir libre en su antiquísima tierra.

En los últimos dos años la principal campaña (des)informativa- que en realidad es de propaganda- de los estadounidenses y sus aliados ha girado sobre “el monstruoso ataque terrorista de Hamas y la Yihad Islámica contra el inocente Estado de Israel el 7 de octubre del año 2023”.

Esa fue la Operación Inundación de Al-Aqsa, realizada en el aniversario 50 de la guerra del Yom Kipur, sobre la que en comentarios anteriores publicados en este mismo sitio analizamos sus orígenes.

Ese día el movimiento islámico Hamas lanzó más de 3,500 cohetes desde Gaza contra diferentes objetivos militares de Israel y  zonas lejanas como Tel Aviv y Jerusalén. Según el gobierno israelita, el 90% de los mismos fue interceptado por el sistema de defensa aérea Cúpula de Hierro, que llegó al límite de sus capacidades.

Además, usaron drones y cuadricópteros armados con explosivos contra las torres de vigilancia así como contra las ametralladoras automáticas de Israel a lo largo de la frontera con Gaza.

Según informó el gobierno de Israel, fueron 1,139 los muertos por los ataques palestinos, de ellos 373 militares y policías, mientras que 251 personas fueron llevadas como rehenes a la Franja de Gaza.

¿Era Israel tan inocente como lo presentan? ¿No fueron ellos los causantes de la reacción de Hamas por años de exterminio, maltratos, robos de tierra y otras atrocidades contra el pueblo palestino?

Ahí está la historia. Solo vea un mapa de las tierras ocupadas por los palestinos en 1948 cuando surgió el Estado de Israel, y otro con las tierras que ocupan hoy, fraccionadas entre la Franja de Gaza y Cisjordania.

Si eso no es robo, escarnio, discriminación y deseo de eliminar al pueblo palestino de los lugares que le pertenecen y ocupan desde hace más de mil años, entonces el sol no alumbra todos los días.

Sea cual fuere la respuesta a esas preguntas, que lógicamente serán dadas según la posición sobre el conflicto que tenga la persona que las expresa,  lo cierto es que ha sido difícil, como siempre en casos como este, encontrar la verdad histórica pese a la campaña desinformativa de turno, pero poco a poco esta va saliendo a flote.

Al margen de que en el momento de las acciones algunos efectivos de Hamas hayan sobrepasado las misiones que tenían y cometido acciones reprochables contra civiles, situación que puede suceder en todo enfrentamiento armado entre dos partes aún cuando no sea la política oficial de una de ellas,  hay un hecho se va conociendo más con el pasar del tiempo: la mayor parte de los lugares atacados por Hamas eran militares o paramilitares, no simplemente civiles como ha anunciado el régimen sionista.

Y es que varios de esos lugares eran kibuts o asentamientos de colonos israelíes en tierras robadas a los palestinos. Y queda claro que esos colectivos se constituyen en milicias, tienen sus cuerpos de seguridad, están armados y en innumerables ocasiones han actuado por cuenta propia contra los palestinos, como han estado haciendo recientemente contra los que habitan en Cisjordania.

Y esa forma de actuar no es nueva ni responde a algo emitido por el Estado de Israel después de fundado en 1948.

Tan temprano como el 25 de agosto de 1933, después de varios meses de negociaciones entre la Federación Sionista de Alemania, el Banco Anglo- Palestino (que era dirigido por la Agencia Judía) y las autoridades económicas de la Alemania Nazi, se firmó el acuerdo de Haavara, para facilitar la emigración de los judíos alemanes a Palestina.

Haavara era una compañía comercial creada por la Organización Sionista Mundial para comerciar con el gobierno alemán de Hitler. Como dicha compañía se hizo cargo del traslado de los judíos a Palestina, el acuerdo recibió su nombre.

En vista de que  la organización sionista mundial se comprometió a colaborar con los nazis, estos permitieron a los judíos alemanes salir hacia Palestina, pero antes debían dejar sus posesiones en Alemania.

De esa forma, unos 60 mil judíos de buena posición económica fueron a Palestina amparados en ese acuerdo que fue favorecido por el propio Hitler, y por Heichman y Himmler, dos de los artífices del Holocausto que posteriormente provocara el exterminio de seis millones de judíos.

ImagenGoebbels se entusiasmó tanto por el acuerdo que mandó a acuñar una medalla conmemorativa que tiene por una cara la estrella de David y por la otra la cruz Gamada.

Pero lo que nos interesa de este acuerdo es que antes de partir hacia Palestina, esos judíos fueron preparados en 40 centros de entrenamiento que se establecieron en Alemania, en los que recibieron adiestramiento rural para la fundación de los futuros kibutz, a la vez que recibían entrenamiento militar para convertirlos en una fuerza de choque capaz de enfrentar y desalojar a los palestinos de su tierra. Se conoce que muchos de ellos pasaron a integrar posteriormente las organizaciones paramilitares sionistas Irgún y Haganah.

Y tan es así, que en una parte de las investigaciones hechas por el gobierno de Tel Aviv sobre los acontecimientos del 7 de octubre, se destaca como positivo en el enfrentamiento a los efectivos de Hamas, la intervención de civiles armados del kibutz Nirim y de los miembros de su escuadrón de seguridad. Este kibutz se encuentra en la franja de seguridad establecida por Israel alrededor de la Franja de Gaza a partir del año 2005.

Estos fueron algunos de los otros lugares atacados el 7 de octubre.

Sderot, ciudad del Negev Occidental, con una población de 24 mil habitantes, situada a menos de un kilómetro de la Franja de Gaza, albergaba la central de policía que se ocupaba de toda la región. Fue atacada por 41 palestinos.

En el análisis hecho posteriormente por las autoridades de Israel se determinó que hubo fallos en la defensa y en la preparación militar para enfrentar ese ataque; la ciudad no tenía defensa perimetral activa previo al mismo. El equipo de seguridad, de 22 efectivos,  no tenía fusiles de asalto y estaba mal equipado.

El gobierno reportó la muerte de 55 personas: cinco soldados, 11 policías, dos bomberos y 37 civiles

El kibutz Nir Oz, en el sur de Israel, por su parte, fue fundado en 1955 como un asentamiento de la Brigada Nahal, muy cercano a la Franja de Gaza.

Mientras, la Base Nahal Oz, cercana a las ciudades de Sderot y Netivot, es aledaña a la Franja de Gaza. Allí radica el kibutz del mismo nombre. El enfrentamiento en ese lugar fue considerado por las autoridades de Israel como el peor en la historia de los combates de las fuerzas armadas de su país, llamadas por ellos Fuerzas de Defensa de Israel (FDI). De los 162 soldados presentes en la base a la hora del ataque, murieron 53 y una buena parte de los exploradores de esa unidad fueron hechos prisioneros por los efectivos de Hamas.

Esta base se encontraba a 800 metros de la valla divisoria con la Franja de Gaza. La arrogancia de la dirigencia israelí les impidió considerar que la misma pudiera ser atacada por los palestinos. Las investigaciones posteriores demostraron que las militares   exploradoras basadas en el lugar informaron sobre el inminente ataque, pero su esfuerzo fue en vano porque no fue escuchado.

Eso fue confirmado, según la propia prensa hebrea,  por las soldados Liri Albag (19 años), Karina Ariev (20 años), Daniella Gilboa (20 años) y Naama Levy (20 años), después de ser liberadas por Hamas como parte de la tregua alcanzada con Israel, cuando dijeron a sus familiares que llevaban meses informando de avistamientos sospechosos dentro del enclave palestino y las autoridades israelitas no actuaron.

Otra queja reportada por la prensa israelí fue la de la mamá de un sargento caído en combate ese día, hecha  a la Comisión Civil de Investigación, porque los oficiales israelitas se escaparon por las ventanas y dejaron a las mujeres soldados abandonadas a su suerte.

Base militar de Reim, sede de la División de Gaza, cerca de la frontera con la Franja. A menos de cinco horas de iniciadas las acciones del 7 de octubre, los efectivos de Hamas habían logrado el control de la misma, de donde tomaron a varios soldados israelíes como rehenes. Ese mismo día las FID, con nuevas fuerzas, recuperaron el control de la base.

El paso o cruce de Erez, es un paso fronterizo entre Israel y la Franja de Gaza, al norte de la misma. Limitado a los palestinos que responden a la Autoridad Palestina, a los ciudadanos egipcios y a cooperantes internacionales. Es administrado y custodiado por el ejército de Israel.

Unos 120 efectivos de Hamas irrumpieron en dos oleadas en este puesto y lo controlaron, ocasionándole nueve muertes a la guarnición del mismo, así como llevándose tres soldados como rehenes.

Investigaciones posteriores demostraron que los soldados del cruce tuvieron, al menos, veinte minutos para enfrentar el ataque según señales que se presentaron pero no aprovecharon ese tiempo de forma correcta, motivando que no se pudiera proteger correctamente el lugar, informó a la prensa israelí el   coronel Gidi Kfir-El , quien estuvo al frente de la investigación.

Por su parte, se habla mucho del ataque palestino contra el Festival Supernova. Este es un evento cultural que se desarrolla desde el 2001 con el objetivo de unir las diversas culturas mediterráneas, cambiando de sede en cada ocasión.

La edición del 2023 fue organizada por una empresa de Tel Aviv y tuvo lugar a cinco kilómetros de la Franja de Gaza, cercano a los kibutz Reim y Orim. Tenía como objetivo celebrar el festival judío de Simjat Torá e incluyó a unas tres mil personas de todo el país, con edades que fluctuaban entre 20 y 40 años, así como ciudadanos estadounidenses, británicos, mexicanos, chilenos y tailandeses, entre otros.

Lo fundamental en este caso es que no existió la debida coordinación entre la policía, el ejército y los organizadores del festival, por lo que no se garantizó la debida seguridad al mismo, descansando solo en el cuerpo de seguridad del evento. La policía aprobó su realización el 20 de septiembre sin consultar a los militares a pesar de la cercanía de la sede del festival a la Franja de Gaza.

Un general israelí admitió ante los familiares de las víctimas que el ejército había fracasado totalmente ese día al no dar la debida protección a sus ciudadanos.

Por otra parte, contradiciendo la información oficial del gobierno sionista de que este fue un objetivo priorizado de los palestinos de Hamas para causar muertes dentro de la población civil, la prensa nacional reflejó posteriormente parte  de las conclusiones de la policía basada en sus investigaciones e interrogatorios a los participantes en el festival, donde aseguraban que Hamas desconocía la existencia del mismo,  que lo encontró de forma accidental y decidió atacarlo.

Tan es así que también divulgaron que medio centenar de supervivientes presentaron ante un tribunal de Tel Aviv una demanda, por valor de unos 50 millones de euros,  contra el Ministerio de Defensa y las FDI por negligencia en la protección y defensa de los asistentes al festival.

La prensa nacional también conoció y divulgó que el Contralor del Estado, Matanyahu Englman, había hecho una investigación,  que se puede considerar más imparcial porque no proviene de los estamentos militares propiamente dichos, antes de los acontecimientos del 7 de octubre

Esta reveló que, después de hacer visitas sorpresivas a ocho puestos avanzados de las FDI, se detectaron  fallos graves en la protección de la frontera norte con la Franja de Gaza; los soldados de reserva carecían de armamento adecuado;  en ocasiones hubo que cancelar diferentes patrullas por la mala calidad de los vehículos, y los soldados entrevistados se quejaron de no tener la orientación adecuada para enfrentar un peligro similar al  que enfrentaron el 7 de octubre.

Luego de intensas discusiones en el seno del gobierno israelí sobre quienes harían la investigación centralizada  sobre los sucesos del 7 de octubre de 2023, finalmente hubo una por parte de la inteligencia militar y otra por parte de las FDI.

La Base Aérea de Palmahim fue la sede de una reunión de más de 600 oficiales, encabezados por el jefe del Estado Mayor de las FDI, los principales generales así como los jefes de batallones y otras unidades que participaron en los combates del 7 de octubre de 2023 para analizar las conclusiones de la investigación sobre esos hechos.

Posteriormente esas conclusiones fueron presentadas a los habitantes de las comunidades del Néguev occidental que habían sufrido los ataques de los combatientes islámicos palestinos.

Los investigadores  de las FDI hicieron  un  análisis exhaustivo de cuatro aspectos principales:

  1. La valoración que tenían las FDI sobre Hamas en los últimos diez años. Y concluyeron que los dirigentes israelíes estaban convencidos de que la valla fronteriza era suficiente para detener a los combatientes islámicos, debido a la alta tecnología con la que fue construída y los diferentes puntos de detección de actividad y de fuego automático que se establecieron.
  2. La efectividad  de la inteligencia militar. Sus dirigentes consideraron que las informaciones que surgían sobre posibles ataques de los islamistas eran poco realistas, lo cual resultó ser un grave error de apreciación.
  3. El deficiente proceso de inteligencia y toma de decisiones que ocurrió en la víspera del 7 de octubre. Las FDI recibieron algunas señales de actividad muy inusual por parte de Hamas, pero no actuaron como debían haber hecho, dejándolas pasar sin acción alguna.
  4. El proceso de mando y control de las principales unidades que enfrentaron los ataques de los islamistas entre los días 7 y 10 de octubre. Se concluyó, de forma definitiva, que la División de Gaza fue totalmente neutralizada y derrotada durante varias horas el mismo 7 de octubre y que el Estado Mayor actuó de forma tardía para detener los ataques.

Luego de reflejar de forma precisa y detallada cuál fue la situación en cada lugar atacado el 7 de octubre del 2023 y los días siguientes, las principales conclusiones de la investigación fueron:

  1. Hubo una mala apreciación por parte de las FDI y el gobierno sobre la capacidad de Hamas y sus intenciones, pues un ataque como el realizado debe haber llevado más de dos años de preparación y no fueron capaces de conocer con antelación la organización del mismo.
  2. Existieron fallos garrafales en la labor de la  inteligencia militar que no fue capaz de detectar   las señales de preparación de una acción de tal envergadura, ni de interpretar aquellas que fueron recibidas en algunos puntos cercanos a la frontera con la Franja de Gaza la noche antes del inicio de las acciones.
  3. La respuesta de las FDI para enfrentar al enemigo que atacó diferentes lugares fue tardía, incompleta y descoordinada tanto a nivel operativo como estratégico.
  4. Las FDI no garantizaron  una adecuada  protección a la población civil de los lugares atacados.  

Mientras  se producían esas reuniones con los residentes en los lugares de las acciones, hubo declaraciones de importantes jefes militares que fueron recogidas por la prensa nacional y reafirman las conclusiones anteriores.

Por ejemplo, se conoció que el mayor general Yaron Finkelman, jefe del Comando Sur de las FDI, solicitó a la Dirección de Inteligencia Militar (DIM) que dudara de que el movimiento Hamas estuviera disuadido de no atacar a Israel.

Un canal televisivo israelí dio a conocer que posteriormente la unidad de la DIM encargada de analizar la conducta del grupo islamista concluyó que disturbios provocados por Hamas en la zona fronteriza antes del 7 de octubre tenían el objetivo de obtener ventajas políticas y económicas, pero no representaban un serio peligro. Y esa consideración fue aceptada por todos los niveles sin más cuestionamiento.

Por su parte, el coronel  Haim Cohen, jefe de la Brigada Norte en la División Gaza, manifestó a la prensa que antes del 7 de octubre de 2023 había propuesto lanzar una ofensiva contra Hamas pero fue rechazado por los mandos superiores, que consideraban que el movimiento islámico estaba disuadido y sus intenciones eran lograr beneficios civiles y no continuar la guerra.

Como resultado de todas estas investigaciones y admitiendo su responsabilidad en todo lo que salió mal por parte de las FDI, los principales cargos en  las mismas, en la inteligencia militar y en las grandes unidades involucradas en las acciones contra el ataque del movimiento islámico Hamas presentaron sus respectivas renuncias.

Entre ellos se encontraban el jefe de Estado Mayor de las FDI, teniente general Herzi Halevi;  el jefe del Comando Sur, mayor general Yaron Finkelman; el general de división Aharon Haliva, jefe de la inteligencia militar; el general de brigada Avi Rosenfeld, jefe de la División de Gaza; el mayor general Oded Basiuk, jefe de la Dirección de Operaciones, y el coronel Haim Cohen, entre otros.

De forma consecuente con su soberbia imperial, el gobierno de Israel, después de violar en numerosas ocasiones la tregua que había logrado con el movimiento islámico Hamas y que permitió que este entregara un número de rehenes del 7 de octubre, mientras Israel devolvía un buen número de prisioneros palestinos que languidecían en sus cárceles, inició, el 18 de marzo pasado,  una campaña aérea sorpresiva sobre la Franja de Gaza.

Hasta el momento se reportan cerca de dos mil palestinos muertos, más del doble de heridos y la continuación de la destrucción de la Franja, la que, junto con la decisión de prohibir la entrada de alimentos, medicinas y otros insumos para la población civil de ese territorio, tiene el objetivo  de presionar a Hamas para que libere al resto de los rehenes pero sin ajustarse a las condiciones de la tregua inicial  que implicaban un fin de los enfrentamientos, la retirada total  del ejército israelí de Gaza    y el regreso de todos los gazatíes que emigraron debido a la guerra, entre otras medidas importantes.

Pero la tozudez del primer ministro Benjamín Netanyahu y los dirigentes de línea dura que lo apoyan enfrenta la oposición de hasta sus principales comandantes militares y, lo fundamental, de esa tropa que ha estado sorportando la peor parte de los estragos de la guerra en los últimos 18 meses.

El nuevo jefe del Estado Mayor de las FDI, teniente general Eyal Zamir, ha advertido al gabinete que hay escasez de tropas, que las existentes están cansadas y que Hamas dista mucho de estar destruido y acabado como proclaman algunos políticos sionistas, abogando por una solución diplomática, al no lograr las medidas estrictamente militares los objetivos para los cuales fueron concebidas.

Los medios de prensa de Israel han informado que alrededor del 60% de las unidades sionistas están  con sus capacidades operativas disminuídas, mientras que la propia inteligencia de Israel estima que el movimiento islámico  ha preservado su capacidad estratégica y sigue siendo un enemigo poderoso.

Y en esas condiciones sucedió lo que tenia que suceder.

Cientos de reservistas de diferentes unidades de la fuerza aérea, de la marina, médicos militares y miembros de unidades de inteligencia han expresado abiertamente sus críticas al gobierno de Netanyahu por continuar las acciones contra la Franja de Gaza.

Consideran que las mismas persiguen fines políticos y no están estrictamente relacionadas con la seguridad nacional. Las fuerzas de reserva están deteriodadas, se incrementan las negativas por incorporarse o reincorporarse al servicio y, lo que es fundamental en el Israel de hoy, consideran que esas acciones alejan la posibilidad de que los rehenes restantes en manos de Hamas puedan regresar con sus familiares.

Ese movimiento está siendo respaldado por centenares de académicos, por una buena parte de los colonos desplazados de los territorios que ocupaban antes del inicio de las acciones del 7 de octubre 2023 y por familiares de los rehenes aún en poder de Hamas.

Mientras, Netanyahu considera, y así lo ha expresado públicamente, que esas solicitudes de las fuerzas de reserva son financiadas por entidades extranjeras que persiguen el derrocamiento de su gobierno.

Por lo pronto, ya se ha conocido que, para poder continuar las operaciones en Gaza, Líbano, Siria y Cisjordania, las FDI están reemplazando a reservistas por soldados regulares debido a que la falta de confianza de los mismos ha comprometido los planes estratégicos del gobierno sionista.

Los propios órganos de prensa hebreos, nada simpatizantes con Hamas y con el pueblo palestino, informan que hay una seria disminución en la tasa de alistamiento y una significativa pérdida de motivación en los reservistas. Se habla de que han recurrido al convencimiento individual de soldados para garantizar su reclutamiento, que ha habido una reorganización masiva entre los efectivos de diversas unidades y que hasta han utilizado las redes sociales para convocar y convencer a reservistas.

Como se puede apreciar de todo lo anterior el estereotipo de la invencibilidad de las FDI se vino abajo. Así lo han demostrado no solo las acciones de Hamas el 7 de octubre de 2023, sino su resistencia y victoria hasta el día de hoy; a ello se suma que Israel no pudo derrotar al movimiento islámico libanés Hezbolá durante sus enfrentamientos, produciendo una destrucción masiva después de alcanzada la tregua entre ellos que Israel ha violado en centenares de ocasiones.

¿Y qué decir de los hutíes de Yemen? Soportan estoicamente la destrucción de su país y de su pueblo por parte de Estados Unidos, Gran Bretaña y otros aliados, pero todos los días lanzan varios cohetes contra objetivos en Israel como apoyo a sus hermanos palestinos.

La vida demostró, aunque trataron de ocultarlo de diferentes formas, que el gobierno de Israel y sus fuerzas armadas (incluyendo a los paramilitares residentes en los kibutz) ya no son tan eficientes ni profesionales como anunciaba su propaganda.

Por ello recurren a acciones bárbaras como el genocidio contra la población palestina.

Ya se habla de cambios estratégicos en la política militar de Israel, tema que analizaremos en nuestro próximo comentario.

18 de abril 2025.

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