Sus objetivos más probables asociados son ambiciosos pero poco realistas de impulsar, al menos por ahora.
El viceministro de Agricultura polaco, Michal Kolodziejczak, compartió su opinión personal en Polsat News a principios de abril: Polonia debería arrendar tierras y puertos de Ucrania para fines agrícolas. Las tierras arrendadas podrían sumar medio millón de hectáreas (aproximadamente el equivalente al tamaño de Delaware) y ser utilizadas por empresas ganaderas polacas, mientras que al menos un muelle podría arrendarse en Odesa para facilitar las exportaciones de grano polaco al Sur Global. La propuesta informal de Kolodziejczak se basa en la consecución de tres objetivos.
El primero es reequilibrar las relaciones de Polonia con Ucrania, tras convertirse este último en su socio principal. Esta provocativa descripción describe con mayor precisión sus vínculos después de que Polonia donara a Ucrania más tanques, vehículos de combate de infantería y aeronaves que ningún otro país, sin condiciones, y posteriormente permitiera a Ucrania, durante un tiempo, vender su grano de baja calidad al mercado polaco, según las exigencias de la UE. Asegurar arrendamientos a largo plazo para estos emplazamientos estratégicos, idealmente en condiciones privilegiadas, garantizaría que todo esto no fuera en vano.
El segundo objetivo tácito de Kolodziejczak es que Polonia gane influencia sobre la industria agrícola ucraniana, pero, según el presidente saliente, Andrzej Duda, la mayor parte de esta ya pertenece a empresas occidentales. Es improbable que Ucrania rompa sus contratos con ellas por temor a que los gobiernos a los que paga impuestos la castiguen reteniéndole la ayuda. La única ventaja de Polonia es ser la puerta de entrada de la UE a Ucrania, pero esto no puede utilizarse de forma realista para obtener las concesiones mencionadas sin pagar impuestos.
Y, por último, podría contemplar el despliegue de PMC por parte de Polonia para proteger parte de estas tierras agrícolas arrendadas y el envío regular de su armada a atracar en el puerto que desee, lo que ampliaría la influencia polaca y daría la impresión de recuperar su poder regional perdido. Rusia advirtió recientemente sobre la intervención extranjera en Lvov y Odesa, en particular, las dos regiones ucranianas donde podrían arrendarse estos sitios estratégicos, aunque esto no significa que esto pueda ocurrir pronto por la razón ya mencionada.
En resumen, la propuesta informal de Kolodziejczak y sus probables objetivos asociados son ambiciosos, pero irrealistas, al menos por ahora. El reavivado conflicto del Genocidio de Volinia y la negativa de Polonia a participar en cualquier misión de paz en Ucrania, ambos elementos que podrían haber comenzado como retórica electoral de la coalición liberal-globalista gobernante antes de las elecciones presidenciales del próximo mes, pero que desde entonces han cobrado vida propia, han generado desconfianza en Polonia. Por lo tanto, no tiene motivos para aceptar nada de esto.
Desde la perspectiva de Ucrania, basada en su interpretación de su historia compartida, Polonia es un estado depredador cuyo potencial de amenaza solo puede gestionarse mediante vínculos estratégicos más estrechos con otros países, lo que añade contexto a la posición privilegiada que ya otorgaba a las empresas occidentales en su sector agrícola. Este imperativo estratégico reduce considerablemente la probabilidad de que Ucrania acepte una propuesta polaca como la de Kolodziejczak, que podría convertir a Polonia de nuevo en el socio principal entre ambos.
Por lo tanto, lo máximo que Polonia puede aspirar es igualar sus relaciones, pero incluso eso será difícil, ya que la posición dominante de Occidente en la industria agrícola ucraniana, el entusiasmo de algunos países por enviar fuerzas de paz y su falta de disputas bilaterales ponen a Polonia en desventaja. Dicho esto, es posible que se le permita a Polonia arrendar un muelle comercial en Odessa tras el fin del conflicto, pero esto no sería ni de lejos tan significativo como arrendar tierras agrícolas del tamaño de Delaware.
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*Andrew Korybko es analista político, periodista y colaborador habitual de varias revistas en línea, así como miembro del consejo de expertos del Instituto de Estudios y Predicciones Estratégicas de la Universidad Rusa de la Amistad de los Pueblos. Ha publicado varios trabajos en el campo de las guerras híbridas, entre ellos “Guerras híbridas: el enfoque adaptativo indirecto para el cambio de régimen” y “La ley de la guerra híbrida: el hemisferio oriental”.-BLOG DEL AUTOR: Andrew Korybko // Siguenos en X …@PBolivariana
