Esto supone un cambio radical en la nueva Guerra Fría, ya que llevará la rivalidad de Estados Unidos con Rusia y China a un nivel cualitativamente más peligroso debido a la consiguiente hipermilitarización del espacio.
Trump firmó una orden ejecutiva para construir una Cúpula de Hierro para Estados Unidos, cuyo objetivo es defender el territorio nacional “contra misiles balísticos, hipersónicos, de crucero avanzados y otros ataques aéreos de próxima generación”. También incluirá, y es importante destacar, sistemas de monitoreo e interceptación basados en el espacio. Algunos de estos últimos también tendrán “capacidades no cinéticas”, probablemente en referencia a armas de energía dirigida (DEW, por sus siglas en inglés), pero no está claro si se desplegarán en tierra y/o en el espacio. A continuación, se presentan cinco conclusiones de esta medida monumental:
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1. La estabilidad estratégica nunca será la misma
La retirada unilateral de Bush Jr. del Tratado de Misiles Antibalísticos en 2002 impulsó a Rusia a desarrollar tecnología hipersónica para evitar que Estados Unidos se sintiera lo suficientemente cómodo con su escudo de defensa antimisiles como para que un día planeara un primer ataque después de pensar que podría interceptar el segundo de Rusia. Los planes de la Cúpula de Hierro de Trump significan que no hay vuelta atrás a la era de las restricciones mutuas en materia de defensa antimisiles, que ya era dudosa después de lo que hizo Bush Jr., lo que empeoró el dilema de seguridad ruso-estadounidense.
2. Estados Unidos acaba de acelerar la segunda carrera espacial
La segunda carrera espacial ya está en marcha desde que Trump creó la Fuerza Espacial en 2019, pero su última Orden Ejecutiva la aceleró al obligar a Rusia y China a priorizar aún más sus planes de defensa basados en el espacio, lo que inevitablemente resultará en la hipermilitarización del espacio. No hay forma de que esos dos países no se lleven bien mediante el despliegue de sus propios sistemas defensivos allí que también podrían disfrazar armas ofensivas, tal como Estados Unidos podría estar conspirando secretamente para hacer con este pretexto.
3. Las “varas de Dios” son la próxima superarma
El país que se posicione primero para realizar bombardeos cinéticos contra otros, es decir, arrojar proyectiles espaciales sobre su oponente, obtendrá el dominio. Estas armas se conocen popularmente como “ varas de Dios ” y están destinadas a convertirse en la próxima superarma, ya que pueden ser imposibles de interceptar y pueden atacar rápidamente a los oponentes debido a que orbitan amenazadoramente sobre sus objetivos o lo suficientemente cerca de ellos en todo momento. Esto las convierte en un elemento revolucionario en el ámbito militar.
4. Se trata de una jugada de poder sin precedentes por parte de Estados Unidos.
Los puntos anteriores demuestran que los planes de Trump para la Cúpula de Hierro son una maniobra de poder sin precedentes contra Rusia y China. El elemento ofensivo no oficial de las “varas de Dios” aumenta las posibilidades de que Estados Unidos pueda destruir su capacidad terrestre de segundo ataque en un primer ataque, mientras que el elemento oficial de defensa antimisiles tiene por objeto neutralizar sus capacidades restantes (basadas en submarinos). El efecto combinado tiene por objeto colocarlos en posiciones de chantaje nuclear de las que luego se les puedan extraer concesiones perpetuas.
5. El control de armas espaciales debería ser una prioridad
Rusia y China se esforzarán por contrarrestar el mencionado juego de poder de Estados Unidos y luego revelarán sus propios sistemas de ese tipo para tratar de colocar a ese país en la misma posición de chantaje nuclear en la que Estados Unidos quiere colocarlos a ellos. Se trata de una dinámica peligrosa, ya que uno de los tres podría sentir que se le está acabando el tiempo antes de que se le coloque en esa posición y que, por lo tanto, debe lanzar un primer ataque sin demora. La única manera de reducir este riesgo es mediante un pacto de control de armamentos basado en el espacio con mecanismos creíbles de vigilancia y aplicación.
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Los planes de Trump de construir una Cúpula de Hierro para Estados Unidos son un punto de inflexión en la Nueva Guerra Fría , ya que llevarán la rivalidad de Estados Unidos con Rusia y China a un nivel cualitativamente más peligroso. La consiguiente hipermilitarización del espacio que se producirá como resultado de su deseo de desplegar allí interceptores, que podrían disfrazar armas ofensivas como “varas de Dios”, aumenta el riesgo de guerra por error de cálculo. Es poco probable que en un futuro próximo se firme un pacto de control de armas espaciales entre ellos, pero es la única forma de reducir este riesgo.
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*Andrew Korybko es analista político, periodista y colaborador habitual de varias revistas en línea, así como miembro del consejo de expertos del Instituto de Estudios y Predicciones Estratégicas de la Universidad Rusa de la Amistad de los Pueblos. Ha publicado varios trabajos en el campo de las guerras híbridas, entre ellos “Guerras híbridas: el enfoque adaptativo indirecto para el cambio de régimen” y “La ley de la guerra híbrida: el hemisferio oriental”.-BLOG DEL AUTOR: Andrew Korybko
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