Por: Martín López González

Desde el debate por la presidencia se desató una campaña de desprestigio en contra del ayer candidato, hoy presidente de la República, Gustavo Petro Urrego que utiliza un ejército de personas para plantar la semilla de la duda en torno a cada una de las propuestas y obras en los diferentes rincones del país. El ejemplo más reciente ocurrió con la entrega oficial de 80 Comunidades Energéticas, estrategia clave del Gobierno nacional para la disminución de la pobreza en fluido eléctrico en Uribia. La mezquindad de los opositores los llevó a invisibilizar la importancia del hecho y enviar el mensaje embaucador que el presidente no trajo nada y vino solo a proponer la construcción de un tren bala para La Guajira.

En su intervención el presidente no propuso un tren bala. Le hizo un llamado al gobernador que toca explorar las grandes potencialidades de La Guajira y se debía llegar a una concertación con el concesionario para usar la línea de tren entre Albania y Bahía Portete en el norte guajiro. Dijo por la rectitud de la línea se podía usar allí hasta trenes de alta velocidad. El senador Alfredo Deluque en su cuenta X señaló: “Qué lástima presidente! (sic) Los guajiros esperábamos que se refiriera a la base de operaciones de Sirius 2; o al anuncio de ayer de @EdpRenewables de NO continuar sus inversiones en energía eólica en el dpto! En cambio habla de un futuro tren bala….NO HAY DERECHO!”

Es de pleno conocimiento del senador Deluque que hace solo unos días el mismísimo presidente de Ecopetrol estuvo en Riohacha donde aclaró, primero que el operador del proyecto Sirius 2 es Petrobras y que por el momento solo el puerto de Santa Marta reúne unas condiciones logísticas y de infraestructura técnica necesarias para esa operación y que más adelante vendría una comisión técnica a explicar los detalles. Llama la atención que la clase política de La Guajira, entre ellos el senador Deluque que, como bien señala el Dr. Colmenares: “se rasgan las vestiduras y se dan contra el suelo en actitud soberbia para reclamar lo que nunca han llevado a cabo, porque siempre han gestionado sus intereses personales y los de su entorno familiar. Proyectos mal ejecutados, recursos desperdiciados y falta de visión a largo plazo han impedido que Riohacha y La Guajira avancen hacia el progreso”.

En lo referente a los anuncios de las empresas de energías alternativas que tiran la toalla y se van, el senador Deluque es quién más tiene la palabra sobre lo que ha pasado con estos proyectos y cómo han sido gestionados. Él bien sabe que en la subasta realizada en 2019 se les dio capacidad a los proyectos, a través de la Upme; sin embargo, hoy están en el papel, porque se desconoció que era necesario un relacionamiento social y que no podían enfocarse solo en la rentabilidad empresarial y debía ser un gana-gana. Ha sido un enfoque extractivista de estas empresas con el beneplácito de la clase política nacional y regional. La evidencia es que Colombia no ha avanzado en las fuentes renovables. Según información oficial de 2017 a 2020 las energías renovables crecieron 80%; pero, de 2020 a 2021 solo aumentó 5,4%.

La guerra deshonesta en contra de la imagen del presidente está sustentada en la manipulación de las emociones, recurriendo a información falaz y tendenciosa. Esta propaganda negativa que bordea la injuria se preocupa más de la eficacia del mensaje que de la verdad, y persigue la creación de una atmósfera de descalificación y desacreditación. Según los muchos estudios que existen sobre el tema, la gente tiende a dar más importancia a la información negativa que a la positiva. Las primeras impresiones negativas son más difíciles de cambiar que las positivas. Al parecer, el objetivo no es controvertir temas políticos o públicos, sino que va dirigido al ámbito de lo privado, a la vida personal del presidente y su familia.

Algunos odiadores del presidente a nivel regional, casi todos los días escriben en Facebook y otras redes.

X @PBolivariana