Andrew Korybko *

La única razón por la que se considera a Kazajstán como complemento o alternativa a Mongolia como estado de tránsito hacia China son razones políticas.

El ministro de Energía ruso, Alexander Novak, confirmó a mediados de noviembre que “estamos considerando potencialmente con nuestros amigos chinos una nueva ruta a través de Kazajstán, que también podría representar alrededor de 35 mil millones de metros cúbicos de gas”. Esto se suma a lo que el embajador kazajo en Rusia reveló en mayo y casi igualaría la capacidad máxima del gasoducto Poder de Siberia I, de 38 mil millones de metros cúbicos de gas por año, pero sería menor que los 50 mil millones propuestos para Poder de Siberia II.

En cuanto al último gasoducto mencionado, este análisis se centró en la supuesta disputa entre China y Rusia por los precios, que, en retrospectiva, parece haber sido la razón por la que Putin no firmó un acuerdo sobre este megaproyecto durante su último viaje a Pekín en mayo. Unos meses más tarde, se hizo eco de este otro análisis sobre la posibilidad de que Rusia reorientara sus planes de gasoducto hacia Irán y la India. En resumen, China quiere precios de ganga, mientras que Rusia quiere algo mejor, y por eso no se ha llegado a ningún acuerdo.

Este dilema aún no se ha resuelto, por lo que se plantean dudas sobre la viabilidad de un gasoducto ruso a China a través de Kazajstán. Después de todo, el problema no es la capacidad de la Potencia de Siberia II, que siempre podría reducirse si se llega a un acuerdo sobre los precios. El problema persistente ha sido precisamente que no pueden resolver su disputa sobre los precios. La única razón por la que se está considerando a Kazajstán como complemento o alternativa a Mongolia como Estado de tránsito hacia China es por razones políticas.

Para explicarlo, aunque Kazajstán acaba de ser invitado a asociarse con los BRICS , este análisis de mediados de octubre, justo antes de que eso sucediera, enumeró tres análisis de los últimos 15 meses que destacan las preocupaciones de Rusia sobre la fiabilidad de ese país frente a la presión occidental desde febrero de 2022. En consecuencia, existe la posibilidad de que Rusia acepte los precios de gas de ganga que supuestamente solicitó China si esto se considera necesario para evitar que Kazajstán se desplace aún más hacia el campo de sus rivales.

Por supuesto, Rusia preferiría recibir mejores condiciones, pero un margen de beneficio mucho menor podría considerarse un costo aceptable a pagar por el dividendo político antes mencionado. Si las preocupaciones sobre la fiabilidad de Kazajstán se alivian el año próximo, por ejemplo si entra en vigor un alto el fuego en Ucrania y Occidente reduce en consecuencia parte de su presión sobre ese país de Asia Central, entonces Rusia podría estar menos interesada en este tipo de compromiso político-financiero.

En cambio, podría animarse a seguir rechazando las condiciones anunciadas por China, con la expectativa de que el acelerado “giro (de regreso) a Asia” de Estados Unidos bajo el gobierno de Trump en ese escenario podría generar más presión sobre las cadenas de suministro de energía de China y, por lo tanto, obligarla a aceptar más condiciones de Moscú. Esto, a su vez, podría conducir a un posible avance en las negociaciones del gasoducto Power of Siberia II, en cuyo caso Rusia podría incluso obtener un precio más alto del que inicialmente pactó si las circunstancias cambian.

Con toda esta información en mente, se puede concluir que las últimas conversaciones sobre un gasoducto ruso a China a través de Kazajstán son el plan de respaldo del Kremlin en caso de que Ucrania… El conflicto continúa en el futuro indefinido en paralelo con una mayor presión occidental sobre ese país de tránsito. Esto podría ayudar a evitar que Kazajstán se desvíe aún más hacia el campo de sus rivales y, al mismo tiempo, generar más ingresos presupuestarios para Rusia procedentes de China. Por ahora, sin embargo, es sólo una propuesta y no un plan serio.

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*Andrew Korybko es analista político, periodista y colaborador habitual de varias revistas en línea, así como miembro del consejo de expertos del Instituto de Estudios y Predicciones Estratégicas de la Universidad Rusa de la Amistad de los Pueblos. Ha publicado varios trabajos en el campo de las guerras híbridas, entre ellos “Guerras híbridas: el enfoque adaptativo indirecto para el cambio de régimen” y “La ley de la guerra híbrida: el hemisferio oriental”.-BLOG DEL AUTOR: Andrew Korybko *

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