Henry Pacheco
Independientemente del tiempo que se mantenga el ataque sionista contra el pueblo palestino,
Como economía de guerra y de armamentos, EEUU tiene que utilizar sus peones de su tablero geopolítico para crear nuevos mercados de guerra y de venta de armamentos para aliviar sus graves problemas de acumulación y valorización de capital. Históricamente, desde el siglo XIX —al igual que otras grandes potencias imperialistas como Alemania, Holanda, Francia y Gran Bretaña— se ha abierto paso anexándose territorios, recursos naturales y materias primas para garantizar sus procesos de acumulación y las posteriores anexiones territoriales coloniales en distintas partes del mundo subdesarrollado y dependiente, tal y como demostró Lenin en su monumental obra: El imperialismo: fase contemporánea del capitalismo.
Es en este contexto que, La OTAN desarrolla la guerra de Ucrania y la masacre cometida por el sub-imperialismo sionista comandado por Washington y la Unión Europea, contra el pueblo palestino con un saldo de miles de muertos y heridos, además la destrucción prácticamente de toda la infraestructura urbana, sanitaria comercial, comunicacional y las viviendas familiares de la Franja de Gaza, es el resultado de la profunda crisis estructural y civilizatoria del modo de producción capitalista, planetario y de la pérdida de hegemonía-supremacía del imperialismo estadounidense a nivel global.
Si bien el capitalismo, el imperialismo y el fascismo son armas destructoras de la humanidad, el sionismo las exacerba y potencia como calamidad cuyo objetivo es la extinción de la propia humanidad. Según Sputnik al 18 de noviembre de 2023, 12.300 civiles, entre ellos más de 5.000 niños, 2.000 personas de la tercera edad y 3.000 mujeres, han sido asesinados en la Franja de Gaza desde el pasado 7 de octubre de 2023 cuando comenzó el ataque sionista masivo contra Palestina. Además, esta fuente indica que los bombardeos israelíes destruyeron 43.000 edificios residenciales, mientras que 225.000 fueron parcialmente destruidos y hay miles de desaparecidos bajo los escombros provocados por las bombas sionistas.
Los medios de comunicación y las redes sociales del occidente colectivo ocultan esta pecaminosa realidad de barbarie y limpieza étnica contra la población palestina. Convertida en el mayor campo de concentración del mundo a cielo abierto, con una población cautiva de 2 millones 260 mil habitantes y con la mayor densidad poblacional del planeta, los cobardes soldados asesinos matan a mansalva, bombardean los hospitales y las escuelas donde perecen decenas de niños y enfermos. Con el completo beneplácito de los gobernantes europeos y su jefe supremo, el presidente gringo, Joe Biden, representante de la gerontocracia norteamericana que se complace y alimenta con la matanza masiva al ritmo en que les envía a los sionistas todo tipo de armas de destrucción masiva (misiles y municiones), bloqueando, en el Consejo de Seguridad de la inservible ONU, todo tipo de propuestas presentadas por diversos gobiernos para frenar la feroz matanza de seres humanos perpetrada por el ejército de ocupación sionista.
Como apuntan diversos especialistas, el imperialismo es más peligroso en su fase decadente puesto que sus representantes, Obama, Trump o Biden, se hacen ilusiones de mantenerse como el hegemón y el verdugo del mundo remembrando la injerencista «doctrina Monroe» y el macartismo anticomunista que profesan todos los presidentes estadounidenses.
Al estarse minando los instrumentos tradicionales en los que EEUU forjó su dominación imperial después de la Gran Guerra Patria: el dólar y el Pentágono, a los que agregamos el mediático, deteriorado y precarizado «american way of life» howllywoodense, la arrogancia de la clase dominante y de los personeros representantes del Estado se vuelve cada vez más aguerrida en un mundo en profunda transformación y en ascenso caracterizado por el multipolarismo y la creciente desdolarización de la economía capitalista mundial, frente al tradicional y carcomido unilateralismo imperialista norteamericano, al cual están subordinados la mayoría de los presidentes y gobiernos neoliberales del occidente colectivo encerrados en la jaula de hierro de la OTAN.
La rivalidad entre China y EEUU por la hegemonía tecnológica en el marco de la cuarta revolución industrial y el conflicto en Taiwán, la crisis sanitaria del coronavirus, la guerra de Ucrania y el actual ataque y masacre del sionismo israelí contra el pueblo palestino, configuran el marco estructural de la geopolítica del desastre del imperialismo, que trata de contrarrestar desesperadamente por todos los medios.
Es en función de lo anterior que la OTAN apoya incondicionalmente a la entidad sionista ya que representa su bastión represor y de dominio en esa región del Medio Oriente. Si bien el ejército israelí, que desde la aviación bombardea indiscriminadamente a la población civil, se ensaña contra el desarmado pueblo palestino ante su frustración por no enfrentar directamente a las fuerzas de la resistencia, sin embargo, y frente al contubernio de los gobiernos neoliberales y de derecha del occidente colectivo, aquéllas cuentan con el apoyo de fuerzas externas como Hezbolá que ha respondido con fuego de artillería a los puestos de ocupación israelitas en el Líbano y a los del territorio de la entidad sionista, – ya los famosos colonos (paramilitares sionista) están abandonando asentamientos entero cerca del Líbano porque no son tan fuerte como lo cree la gracia divina. Así como con el apoyo yemení que a pesar de ubicarse a una distancia de más de 2000 kilómetros de Tel Aviv, ha lanzado misiles para apoyar la resistencia e impedir que el Ejército sionista concentre todas sus fuerzas en la masacre tanto en la Franja de Gaza como en la Cisjordania ocupada. Irán, por su parte, apoya al pueblo palestino sin involucrarse directamente puesto que su intervención presupondría regionalizar el conflicto y la guerra en el Medio Oriente.
De cualquier forma, independientemente del tiempo que se mantenga el ataque sionista contra el pueblo palestino, lo cierto es que la resistencia puso al descubierto el mito de la «infalibilidad» del sionismo y abrió la posibilidad histórica de la liberación de Palestina y la segura constitución de su Estado-nación soberano, independiente y con un altísimo sentido ético y geopolítico en el naciente mundo multipolar.
Sus aviones F16 ya no existen, fragatas, destructores, porta aviones, han sido atacados y con pérdidas Importantes, Sus maquinaria pesada de guerra han sido destruidas. Ya se siente la impotencia, y están clamando por una bomba atómica para la destrucción total. Su hegemonía ya no es tal. Se ha incorporado la OTAN al sionismo. Amanecerá y veremos.
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