Por: Juan Hernández Machado, Miembro de la Unión de Historiadores de Cuba
Las épocas de recordación son buenas, siempre y cuando lo que se recuerde valga la pena y no cause dolor. Pero no es así en todas las ocasiones.
Recientemente hemos visto loas a la Doctrina Monroe y a nuestra “querida y bien ponderada” Organización de Estados Americanos por parte de representantes de aquellos a los cuales consideramos enemigos de los pueblos. En sendos trabajos anteriores nos detuvimos en analizar las dos, que sin dudas caen en la categoría de aquellos acontecimientos que nos causan dolor.
Pero también hemos visto, aquí con bastante satisfacción, las intenciones de gobiernos regionales por mejorar la cooperación y la integración en América del Sur y en el Caribe respectivamente.
Y es que solo la cooperación, integración, unidad dentro de la diversidad que podamos tener, y avance conjunto de los países del sur nos puede llevar realmente a estadios superiores de desarrollo y bienestar para nuestros pueblos.
En este contexto hay una organización que ha sido bastante vilipendiada por la gran prensa y que para nuestro gusto no ha recibido toda la promoción que debiera, debido a su importancia y resultados tangibles. Por ello trataremos de aportar algunos elementos bien resumidos para que se conozca su importante alcance.
Nos referimos a la Alternativa Bolivariana para los pueblos de Nuestra América- Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), creada en el año 2004 por los comandantes Fidel Castro Ruz, entonces presidente del Consejo de Estado y de Ministros de Cuba y por Hugo Chávez Frías, presidente de la República Bolivariana de Venezuela, con el objetivo de tener una plataforma real para la integración de los pueblos de nuestro continente, esos mismos pueblos que Simón Bolívar y José Martí veían como una sola entidad desde el Río Bravo hasta la Patagonia.
Es lógico que después del surgimiento de esta organización, los enemigos de nuestros pueblos – que tienen su sede principal en la ciudad de Washington, D.C.- comenzaron sus campañas de descrédito por el “engendro comunista” creado por los dirigentes de estos dos pueblos hermanos.
Para ellos era algo oportunista, como si la historia de nuestras relaciones no existiera.
Recordemos que Venezuela sentó precedentes en su apoyo al pueblo cubano desde la gesta independentista del siglo XIX cuando buscábamos quitarnos el yugo español. Posteriormente, a fines de la década del 50 del pasado siglo, Venezuela volvió a convertirse en un sólido apoyo para el Movimiento 26 de Julio liderado por Fidel Castro en cuanto a fondos, armas, solidaridad y retransmisión de las emisiones de Radio Rebelde, que estaba en la Sierra Maestra, para que los mensaje de los mambises del siglo XX, que era el del pueblo cubano, llegaran a más lugares.
Por ello no extrañó a ningún conocedor de la historia que el 23 de enero del mismo 1959, antes de transcurrir un mes del triunfo revolucionario, Fidel fuera a Caracas a agradecer al hermano pueblo venezolano la solidaridad brindada durante los largos años de enfrentamiento a las fuerzas de la derrocada dictadura de Fulgencio Batista.
La emoción, amistad e identificación de ambos pueblos durante los cuatro días de estancia de los cubanos en Venezuela no tuvo precedente alguno, al extremo que la prensa de la época manifestara que Fidel había tomado Caracas.
Y entre los hechos significativos ocurrido estuvo el temprano enfrentamiento a las campañas de desinformación y de mentiras (sí, porque las “fake news” inventadas por la maquina yanqui no nacieron ahora, sino que con diferentes nombres han sido muy utilizadas por los enemigos de los pueblos para tratar de acallarlos y derrotarlos) que ya se aplicaban contra la revolución cubana y su principal dirigente.
En el Aula Magna de la Universidad de Caracas el Comandante en Jefe manifestó que era necesario tener una agencia informativa al servicio de la democracia, para que defendiera a los pueblos americanos.
Y así surgió la Agencia de Noticias Latinoamericana SA (Prensa Latina) el 16 de junio de 1959. Su primer director fue el periodista argentino Jorge Ricardo Masetti y sus dos promotores principales fueron el Comandante en Jefe y Ernesto Che Guevara. Fiel a ese planteamiento de Fidel en Caracas, esta agencia se ha mantenido a la vanguardia informativa en la defensa de la revolución cubana y de todas las causas justas de los pueblos latinoamericanos, caribeños y del mundo.
Transcurrieron los años y la revolución cubana continuó desarrollándose, consolidándose y mostrando su solidaridad con todos los pueblos del continente. En Venezuela la política no fue muy diferente a la de otros países del área en cuanto a la aplicación de la “democracia representativa” a lo yanqui.
El cuatro de febrero de 1992, como respuesta a las medidas económicas neoliberales aplicadas por el entonces presidente Carlos Andrés Pérez después de ser presionado por el Fondo Monetario Internacional para que las aplicara, unos 1,500 jóvenes militares, dirigidos por el entonces teniente coronel Hugo Chávez Frías, se alzaron contra el gobierno. Gran parte de esos jóvenes pertenecían al Movimiento Bolivariano Revolucionario dirigido por Chávez, cuya plataforma política se basaba en el pensamiento del Libertador Simón Bolívar.
El alzamiento fracasó. Los militares fueron detenidos y esperaron dos años para ser juzgados, pero al asumir el poder Rafael Caldera, su causa fue sobreseída y ellos fueron puestos en libertad.
Hugo Chávez visitó Cuba en 1994 para responder a una invitación del Historiador de la ciudad de La Habana Eusebio Leal Spengler. Conoció al Comandante en Jefe en esa oportunidad, se identificaron plenamente y nació una bella amistad entre revolucionarios y patriotas, la que alumbraría nuestro continente en las primeras dos décadas del actual siglo.
Chávez se presentó a elecciones en su país, las cuales gana de forma abrumadora el seis de diciembre de 1998. Asumió la presidencia en 1999 e inició un proceso de cambios profundos en Venezuela, estrechando las relaciones con Cuba con la proyección de construir la Gran América con la cual soñaron Bolívar y Martí.
Al año siguiente vuelve el Comandante en Jefe a visitar Venezuela invitado por el presidente Chávez y al término de la visita lograron el acuerdo de colaboración más profundo entre dos países del área que se había logrado hasta el momento, el cual incluía las esferas de energía, agricultura, educación, salud, deporte y turismo, entre otras. Este ha permitido un sistemático apoyo venezolano a las necesidades energéticas cubanas mientras que decenas de miles de hijos de la patria de Martí ya han pasado por la tierra de Bolívar y Chávez para brindar su apoyo internacionalista en diferentes áreas.
En el año 2001 ambos países firman un nuevo acuerdo que, con apoyo de la FAO, preveía destinar 32 millones de dólares estadounidenses para apoyar a quienes viven y trabajan en el campo venezolano.
Una vez más, el enemigo de los pueblos al ver el desarrollo que alcanzaban las relaciones cubano-venezolanas y de ambos con otros países del área, concibe crear el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) para dar continuidad a otros acuerdos y medidas neoliberales impuestas por Estados Unidos a países de la región.
Basado en los positivos resultados de los acuerdos alcanzados entre Cuba y Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua, así como algunos países caribeños, durante la III Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Asociación de Estados del Caribe, que tuviera lugar en la isla venezolana de Margarita entre el 11-12 de diciembre del año 2001, el presidente Chávez declara que era ya el momento de constituir una alianza entre los pueblos de Nuestra América sin la participación de los Estados Unidos.
Así surgió la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América (ALBA), el 14 de diciembre del año 2004, con el objetivo de unir las capacidades y fortalezas de los países miembros en su avance hacia la Patria Grande, para producir las transformaciones estructurales que permitieran el desarrollo integral necesario como naciones soberanas y justas, pero unidas.
Ante esta medida, el ALCA estadounidense quedó en deseos.
A los dos miembros fundadores- la República de Cuba y la República Bolivariana de Venezuela- se les unió en el año 2006 el Estado Plurinacional de Bolivia; al año siguiente la República de Nicaragua; en el año 2008 la Mancomunidad de Dominica y en el año 2009 se incorporaron la República del Ecuador, San Vicente y las Granadinas, así como Antigua y Barbuda. En el año 2013 se incorporó Santa Lucía y al año siguiente se incorporaron Granada y San Cristóbal y Nieves.
Ecuador se retiró cuando el presidente Lenin Moreno se desvió del curso de la revolución democrática en ese país y se plegó a los intereses estadounidenses.
Con el ingreso de Bolivia se acuerda el Tratado de Comercio de los pueblos (TCP) con el objetivo de realizar un comercio entre los países miembros que estuviera basado en la cooperación, la solidaridad y la complementariedad. A partir de ese momento la organización se llama ALBA-TCP.
¿Qué tiene de nuevo esta organización?
La misma se diferenció de muchas otras creadas anteriormente en diferentes partes de Nuestra América porque se sustentó en principios más concretos hacia la integración de sus miembros mediante programas de comercio, energéticos, de salud, de educación, financieros, y al tener en cuenta la disparidad económica y financiera entre los países miembros, lo que ha permitido ayudar de forma concreta a los miembros de menos recursos y posibilidades.
La experiencia adquirida por Cuba y Venezuela antes de la creación de esta organización permitió llevar proyectos concretos a la misma, los que a corto plazo pudieran arrojar resultados tangibles para los pueblos de los países miembros.
Resultados de la cooperación
La Misión Barrio Adentro, que ha permitido a Venezuela, con la ayuda de Cuba, llevar la salud pública gratis a todos los rincones de su país sirvió de modelo para proyectos similares en otros países miembros y fue la base para el enfrentamiento a la pandemia de la COVID- 19; como es conocido, los miembros de ALBA-TCP tuvieron una afectación mucho menor en contagios y muertes por esa causa que otros países de la región, incluyendo el más desarrollado y de mayores recursos, Estados Unidos.
Al intercambiar los dos presidentes, Chávez y Fidel, sobre la gran cantidad de personas afectadas de la visión en los países miembros, el Comandante en Jefe se personó en el Instituto Cubano Oftalmológico Ramón Pando Ferrer (que se encontraba en reparación capital en ese momento) el nueve de julio del año 2004 y del diálogo con sus médicos y científicos surgió el acuerdo de tratar a 50 pacientes venezolanos remitidos por los integrantes de la Misión Barrio Adentro.
Ese sería el nacimiento de lo que se llamaría posteriormente la Misión Milagro, mediante la cual durante casi veinte años más de tres millones de personas de 34 países han recuperado su visión o mejorado su salud ocular, quienes, luego de ser operados, han recibido de forma gratuita los espejuelos o dispositivos que necesitaron según su padecimiento.
En el año 2005 se creó lo que se llamó Misión Milagro II para el tratamiento específicos de los habitantes en la región del Caribe.
Cuba estableció la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM) en la cual se conceden becas a estudiantes de los miembros de ALBA-TCP, así como a miembros de países africanos, asiáticos y hasta de sectores desprotegidos de los propios Estados Unidos de América para estudiar medicina, con el compromiso de que al graduarse acudan a los lugares más apartados y necesitados de sus respectivos países donde la atención médica, gratuita por demás, nunca existiera anteriormente. Más tarde se abrió una sede de la ELAM en Venezuela, con los mismos objetivos. Más de 30 mil jóvenes han concluido exitosamente sus estudios mediante este programa.
A partir de la experiencia cubana del Estudio Psicosocial, Pedagógico y Clínico- Genético del año 2001, se desarrolló el mismo en seis países miembros de ALBA-TCP, el que permitió identificar a un millón doscientas mil personas con discapacidades diversas, las cuales pasaron a recibir tratamiento mediante otros programas para atenuar su situación personal.
En Caracas, Venezuela, funciona el Hospital Cardiológico Infantil Latinoamericano, en el que se atienden pacientes pediátricos hasta 18 años de edad afectados con padecimientos y malformaciones cardíacas, todos procedentes de países de Nuestra América y en especial de los miembros de ALBA-TCP.
En el sector de la educación, uno de los principales problemas de los países miembros y de nuestra región en general era el alto nivel de analfabetismo.
Cuba había eliminado ese flagelo en 1961 y partiendo de sus experiencias, en el año 2001 se inician acciones para ejecutar el programa cubano “Yo sí puedo” a fin de alfabetizar en nuestra región, no solo en idioma español sino en idiomas indígenas como el quechua, aymara, guaraní y creole. Hubo prioridad en la aplicación del programa en los países miembros de ALBA-TCP.
Así, más de cinco millones de personas en unos 28 países se han beneficiado del programa de forma gratuita, destacando los resultados alcanzados en Argentina, Bolivia, Colombia, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, México, Nicaragua, República Dominicana, San Cristóbal y Nieves, y Uruguay.
Ya Venezuela (2005), Bolivia (2008) y Nicaragua (2009) han sido declaradas libres de analfabetismo gracias a este programa.
Como la educación física y el deporte complementan la salud, la educación y la cultura, diferentes programas deportivos se han puesto en funcionamiento para los miembros de ALBA-TCP, los cuales culminan con los Juegos Deportivos del ALBA en los cuales participan miles de atletas no solo de los países miembros de la organización sino de otros de Nuestra América y hasta invitados de otros continentes. Estos juegos sirven de preparación a los participantes para empeños mayores en certámenes centroamericanos y caribeños, panamericanos, mundiales y olimpiadas, a la vez que estrechan los lazos de amistad, hermandad y cooperación entre nuestros pueblos.
La cantidad de medallas y premios obtenidos por estos países en eventos internacionales después de puesto en práctica este sistema demuestran la validez del mismo.
La cultura tiene dos componentes que son fundamentales. Por una parte, y ampliando lo que inicialmente se lograra con la creación de la Agencia Prensa Latina, ALBA-TCP se ha creado una red de emisoras de radio del sur así como la cadena televisiva Telesur, para contrarrestar las corrientes hegemónicas de desinformación sobre nuestros pueblos y transmitir nuestra cultura al mundo entero.
De igual forma, se creó la red de Casas del Alba Cultural, diseminada por todo el continente, que sirve para promover y divulgar los valores culturales latinoamericanos y caribeños.
En el terreno del desarrollo económico, ALBA-TCP creó Petrocaribe, organización que viera la luz el 29 de junio del año 2005 durante el Primer Encuentro Energético de Jefes de Estado y de Gobierno del Caribe, que tuviera lugar en Puerto La Cruz, Venezuela.
Inicialmente firmaron el acuerdo Antigua y Barbuda, Bahamas, Belice, Cuba, Dominica, Granada, Guyana, Jamaica, República Dominicana, Nicaragua, San Cristóbal y Nieves, St. Lucía, St. Vicente y las Granadinas, Surinam y Venezuela. Luego se incorporaron otros países de la región.
Ese organismo sustituyó los viejos acuerdos de suministro de hidrocarburos en la región y sirvió para coordinar de forma conjunta las estrategias de energía, y petróleo y sus derivados de una forma más eficiente, con la asistencia tecnológica, la capacitación y la infraestructura necesarias, así como para aprovechar las fuentes alternativas de energía como la eólica y la solar. El acuerdo incluía esquemas favorables de pago para los países más pobres y de menos recursos.
Una cooperación de este nuevo tipo con rápidos resultados palpables no podía escapar al odio del gobierno estadounidense, el cual arremetió con toda la fuerza posible contra el gobierno venezolano y su industria energética, llegando hasta el robo de propiedades energéticas venezolanas oficial y legalmente constituidas en su territorio. Pero, a pesar de eso, se pudo avanzar.
Para el año 2018, Petrocaribe había facilitado 356 millones de barriles de petróleo y derivados por más de 31 millones de dólares, de los cuales la mitad es financiada a largo plazo; había creado no menos de ocho empresas mixtas con la participación de empresas estatales de 12 países miembros de ALBA-TCP y había facilitado la ejecución de unos 790 proyectos diversos en áreas como la alimentación, energía, educación, vivienda, salud, servicios públicos y saneamiento ambiental entre los países miembros.
No podemos negar la incidencia terrible de las acciones estadounidenses contra la industria petrolera venezolana, lo que incide directamente en su capacidad de poder ayudar a otros países hermanos a través de este proyecto. De igual forma, la incidencia de la COVID-19 desde el año 2020 obligó a utilizar recursos no disponibles, burlando las sanciones unilaterales impuestas por Estados Unidos, para evitar mayores daños a su pueblo, a la vez que cooperaba con otros pueblos hermanos.
Esto provocó cierto retraso en la cooperación que se ha venido recuperando desde el año 2022, a pesar de la compleja situación de emergencia humanitaria que enfrenta Venezuela. Países como St. Vicente y las Granadinas y Belice han sido beneficiados con medidas concretas a través de Petrocaribe últimamente.
Y la confianza en el presente y en el futuro está ahí, como expresara Nicolás Maduro, presidente de la República Bolivariana de Venezuela y alumno destacado del líder Hugo Chávez Frías en un mensaje en redes sociales el 29 de junio del 2022.
“Hace 17 años se creó Petrocaribe con la visión integracionista de Chávez y de Fidel, un mecanismo para la seguridad energética de los pueblos latinoamericanos y caribeños. Estoy seguro que muy pronto vamos a recuperar la capacidad de este instrumento…Con el esfuerzo de la clase obrera y la industria petrolera venezolana, lo vamos a lograr”.
También un logro sensible y palpable de ALBA-TCP ha sido la ayuda humanitaria a países miembros en casos de desastres y emergencias. Forma parte de esto el programa venezolano de Petrocasas; para el hermano pueblo de Haití se aprobó un plan de acción para la reconstrucción y desarrollo de ese país después del terremoto del 12 de enero del 2010. Varios países miembros, incluyendo Cuba, han recibido una ayuda solidaria inmediata de la organización después de sufrir desastres naturales importantes.
En el terreno político, ALBA-TCP se ha constituido en un importante foro defensor de los derechos de nuestros pueblos y de condena a las agresiones imperialistas estadounidenses en su contra. Destacan el decidido apoyo a que se elimine el brutal y asesino bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el gobierno estadounidense contra Cuba desde hace más de seis décadas; que se saque a Cuba de la espuria lista de países promotores del terrorismo, donde nunca debió haber sido incluida; las acciones de todo tipo contra Venezuela y Nicaragua; el golpe de estado que le dieran al presidente Evo Morales en Bolivia y que impidiera que ese país durante un par de años pudiera disfrutar de los logros producidos por su administración y, más recientemente, el golpe de estado parlamentario contra el presidente peruano Pedro Castillo.
ALBA-TCP es un malísimo ejemplo para el imperialismo y sus aliados. Gracias a ella donde hubo oscuridad, hoy existe luz; donde reinaba la enfermedad, los pueblos viven y trabajan con mejor salud; donde primaba la ignorancia y el analfabetismo, hoy existe educación hasta para los siempre olvidados pueblos indígenas; donde no se veía una luz al final del túnel, hoy existe la esperanza de que sí se puede vivir en libertad.
Pero, atención, la derecha en nuestro continente intenta revivir la agenda neoliberal con el apoyo de Washington.
De ahí las guerras económicas, las campañas mediáticas, la intromisión en los asuntos internos de los países y la ejecución de programas desestabilizadores como parte de la llamada Guerra no Convencional o de los Golpes Blandos, propiciados, en la mayoría de los casos por el gobierno estadounidense a través de sus diferentes instrumentos y con el apoyo de las oligarquías nacionales en varios de los países de Nuestra América.
Poco a poco nuestros pueblos se están dando gobiernos que realmente los representan y además de los tangibles resultados de ALBA-TCP, llena de satisfacción el avance que se va produciendo en otras organizaciones regionales como la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) donde se reúnen los países de nuestra área sin la presencia de los prepotentes vecinos del norte, y, más recientemente, los resultados alcanzados en la UNASUR revivida, con magníficas perspectivas para los países del sur de nuestro continente.
Y tiene que ser de esa forma porque ya lo había sentenciado el Comandante en Jefe Fidel Castro durante su visita a Chile en 1971 cuando dijo: “No somos ilusos, somos revolucionarios. Sabemos perfectamente bien que para que exista cualquier posibilidad de verdadera cooperación entre los países de América Latina, la única forma de sobrevivir en el mundo de mañana será necesario que la política de todos ellos esté al servicio de los pueblos.” [1]
Solo avanzando unidos, superando nuestras diferencias- reales o creadas artificialmente por los enemigos de los pueblos- podremos lograr el mundo mejor que todos ansiamos y necesitábamos.
Los pueblos de América Latina y el Caribe sí podemos lograrlo.
[1] Báez, Luís, Fidel por el mundo. Casa Editora Abril, La Habana, 2011, pp. 73-74.
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BLOG DEL AUTOR: Juan Hernández Machado

