Por Semanario Voz -14 agosto, 2021

Muchos votos se pierden en el escrutinio realizado en Corferias. La lista cerrada, donde el candidato es el logo, facilita el control ciudadano de los votos. Foto Canal Trece

Ante la decisión de la convergencia Pacto Histórico de presentar una lista cerrada al Senado, VOZ explica por qué esa táctica es una propuesta novedosa y sólida para disputar con éxito la cámara alta del parlamento

Simón Palacio
@Simonhablando

El colegio electoral del Pacto Histórico definió que las listas que se presentarán para disputar el Senado de la República en el 2022 serán cerradas. Según la nueva colectividad, la decisión se da luego de “deliberaciones democráticas al interior de los diferentes partidos y movimientos sociales que conforman la coalición”.

Con respecto a las listas que se presentarán para Cámara de Representantes, el Pacto Histórico propone que sean los procesos territoriales quienes decidan la táctica electoral más adecuada. Sin embargo, se sabe que se presentarán listas en los 32 departamentos del país, en Bogotá y por la ciudadanía residente en el exterior.

Como era de esperarse, la decisión del Pacto Histórico ha generado todo tipo de opiniones, reacciones y comentarios ya sean favorables o desfavorables. Para despejar algunas dudas, VOZ presenta tres razones por las cuales la lista cerrada, que no está exenta de riesgos, es una propuesta novedosa para disputar con éxito el Senado de la República.

Unidad

Para nadie es un secreto que, en tiempos de elecciones, los sectores alternativos y democráticos tienden a agudizar sus contradicciones. Lo que mucha gente llama “el canibalismo de izquierda”, es un fenómeno donde se conjuga el clásico sectarismo, la competencia electoral (muchas veces desleal) y una sobreexposición de las vanidades por encima de los proyectos políticos. La consecuencia de estos vicios ha sido la constante dispersión de las fuerzas y la imposibilidad de ganar mayorías en espacios de representación.

La fórmula de la lista cerrada le apunta a garantizar que el Pacto Histórico se presente como un proyecto de país por encima de las personalidades. Por primera vez en la historia, las fuerzas alternativas y democráticas del país se arriesgan a competir con una propuesta nueva y arriesgada que responde al momento excepcional que dejó el estallido social y que quiere garantizar la representación de la juventud, los pueblos afro, indígenas y campesinos, así como de las diversidades sexuales, sociales y culturales.

En otras palabras, dejaremos de competir y pelear como siempre, para defender colectivamente un proyecto que quiere el cambio político y profundas transformaciones sociales.

Paridad

En las curules asignadas para el Senado de la República en el 2018, de 108 congresistas elegidos por voto popular, tan solo 23 son mujeres, es decir, el 21.3%. Si bien el tema de la paridad no es la única exigencia que desde el feminismo se hace para garantizar una participación real en política, si es importante avanzar en acciones efectivas y no retóricas para equilibrar la balanza.

Con respecto a lo anterior, la decisión del Pacto Histórico de cerrar la lista al Senado y que su criterio sea la paridad por medio del mecanismo cremallera es un avance significativo, porque no solo incentiva la participación de liderazgos femeninos que hoy son protagonistas en distintos procesos políticos, sociales y culturales, sino porque asegura la composición de una bancada parlamentaria donde la mitad de sus integrantes serán mujeres.

Control de votos

Cualquier persona que haya sido testiga/o electoral o que conozca el trabajo en Corferias después de elecciones, sabe que el precario sistema electoral colombiano es ampliamente favorable para las élites que siempre ganan. El desorden en el preconteo, la confusión que generan los formatos de escrutinio cuando hay muchos partidos e infinidad de candidatos, y un largo etcétera de infiernos que se deben asumir para proteger el voto ciudadano, serán más fáciles de resolver con una votación sencilla donde solo existirá una votación homogénea por el logo del Pacto.

Además, en un país donde en las pasadas elecciones un millón de personas anularon su voto y cerca de 800 mil personas no marcaron el tarjetón, la propuesta del Pacto es que a partir de la facilidad metodológica se logren recuperar muchos votos que se pierden a la hora del escrutinio.