Por: Johnny Armando Sánchez Angarita *
Si un docente, u otro funcionario público, en Colombia infringe una norma que vaya en contra de la moral, la sociedad clama justicia, es sometido al escarnio público.
Es una vergüenza para los compañeros que con la doble moral exclaman: ¡él le hace daño a la institución!. ¿Qué pasa con el libertinaje de los estudiantes? Son muchos los que se vanaglorian de sus indecentes actitudes. Jóvenes que asisten a los planteles educativos sólo a interrumpir las actividades Enseñanza-Aprendizaje. ¿Y los estudiantes que estando vestidos con el uniforme del colegio, hacen desordenes y fomentan violencia callejera?, ¿los que se refugian en los parques y presentan escenas obscenas por los vicios? ¿Qué hacer? ¿seguiremos con los brazos cruzados?
Hay muchos docentes irrespetados por groseros estudiantes dentro y fuera del aula de clase, son docentes víctimas del bullying «maltrato psicológico» por jóvenes que carecen de tan importantes valores como la disciplina y el respeto al prójimo y a la autoridad.
Pero día a día, las leyes en nuestro país van desmejorando la convivencia social. La sociedad es un caos. Padres de familia que le tienen miedo a sus hijos. Son impotentes ante ellos, son incapaces de llamarles la atención. ¿Hasta cuando?
*Johnny Armando Sánchez Angarita
Docente Institución Educativa «José Eusebio Caro»
Ocaña (Norte de Santander)
