
Bogotá, 25 dic (PL) Castigados por un largo conflicto armado los colombianos celebran hoy las fiestas navideñas con la expectativa de que 2016 será el año de la paz y la reconciliación nacional.
El propio presidente Juan Manuel Santos reconoció que desde hacía mucho tiempo los ciudadanos no vivían una temporada decembrina con tanta esperanza debido al avance de los diálogos en Cuba entre el Gobierno y las insurgentes FARC-EP.
La paz ya viene y la prosperidad la estamos construyendo, subrayó el jefe de Estado en un mensaje a la nación.
Desde 2012 representantes gubernamentales y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP), platican en La Habana con el objetivo de hallar una salida política a la confrontación, la cual dura más de medio siglo.
Como resultado de tales conversaciones lograron consensos en los temas de reforma rural integral, participación política, combate a las drogas ilícitas y víctimas, este último considerado uno de los asuntos más controversiales discutidos en la mesa de concertación.
Recientes encuestas revelaron que los colombianos confían más en el éxito de tales encuentros y consideran que es preciso insistir en la solución dialogada hasta lograr el fin de la guerra interna.
Ambas delegaciones de negociadores deberán definir ahora los términos del cese el fuego bilateral, la dejación de las armas, desmovilización y reintegración a la sociedad de los ahora combatientes.
No obstante la complejidad de las cuestiones pendientes a lo interno del país predomina el optimismo en torno a dichas gestiones.
Éstas pueden ser las últimas festividades decembrinas que celebremos en un país en guerra, comentó Santos.
En las próximas los colombianos estarán dedicados a la reconciliación y a la reconstrucción, afirmó el mandatario en una alocución esperanzadora.
El cierre del punto sobre víctimas el pasado 15 de diciembre fue calificado por analistas de hito y punto de no retorno en el actual proceso pacifista.
Hemos resuelto el tópico más difícil y sería más complicado devolverse que llegar a la orilla del fin del conflicto, manifestó el jefe de los negociadores gubernamentales Humberto de la Calle en declaraciones al diario El Tiempo.
Al referirse a la trascendencia de la Jurisdicción Especial para la Paz contenida en el reciente pacto, expresó que por primera vez, en una contienda sin finalizar, las partes voluntariamente aceptan someterse a una enorme carga de decisiones judiciales.
Tal mecanismo el cual deberá amparar por igual a agentes del Estado y guerrilleros, prevé la creación de tribunales encargados de investigar, juzgar y sancionar a responsables de la conflagración, bajo la premisa de que no habrá impunidad para crímenes de lesa humanidad pero sí beneficios de amnistías e indultos en casos de delitos políticos y conexos.
Sobre el cese el fuego bilateral con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP), el exvicepresidente explicó que faltan decisiones aún cuando han logrado progresos.
En materia de mecanismos de verificación se ha avanzado bastante, esperamos tener buenas noticias para enero, adelantó.
Al ser interrogado sobre la fecha tope fijada anteriormente para acabar las conversaciones pacificadoras De la Calle consideró que el acuerdo sigue vigente.
En la práctica estoy convencido de que es posible terminar antes del 23 de marzo, día establecido para concluir el proceso, enfatizó.
acl/ap
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