
Marcela Belchior
Enfrentar el terrorismo parece haber llegado, de hecho, a la agenda de la política del Estado brasileño. Las recientes declaraciones de la presidenta Dilma Rousseff [Partido de los Trabajadores – PT], atestiguan que el Gobierno Federal está considerando consolidar la participación activa del país en los esfuerzos para prevenir y combatir la violencia terrorista tanto en el ámbito internacional como nacional. En el contexto, surge la pregunta: ¿Brasil tendría el potencial de ser un mediador en la resolución del conflicto terrorista?
En noviembre pasado, después de la serie de ataques con bombas y armas de fuego en París, en los que murieron al menos 129 personas, la presidenta brasileña sostuvo la necesidad de combate internacional «sin tregua contra el terrorismo». La mandataria expresó la «más enérgica condena contra los actos de barbarie de la organización terrorista Estado Islámico» en la capital francesa, en una conferencia de prensa durante una reunión de los líderes del BRICS.En una entrevista con Adital, la profesora Lidice Meyer, doctora en Antropología Social y coordinadora de Post grados Lato Sensu en la Universidad Presbiteriana Mackenzie, dice que, al igual que Brasil, todos los países deben posicionarse sobre la cuestión. «Todos los países, independientemente de su afiliación religiosa, deberían definirse contra las actividades terroristas, ya que, con independencia de la fundamentación religiosa, un ataque terrorista es una agresión contra el derecho fundamental a la vida humana, el uso de la violencia física o psicológica para desestabilizar una situación de orden «, explica.
La declaración de la jefa del ejecutivo repercutió internacionalmente sobre todo porque hace un año, durante la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) en Nueva York, Dilma condenó el bombardeo estadounidense contra el Estado Islámico (EI) en Siria e Irak. «Yo lamento profundamente esto. Brasil siempre creerá que el mejor camino es el diálogo, el acuerdo y con la mediación de la ON «, dijo en esa ocasión. En ese aquel momento, el discurso del presidente fue duramente criticado especialmente entre los medios más conservadores en Brasil, que actualmente dominan los espacios de la política institucional del Estado.
Preguntada sobre la imagen del Estado brasileño en las relaciones internacionales con respecto a la religión y la tolerancia religiosa, unos de los aspectos principales discutidos en relación con los ataques provocados por grupos radicales islámicos en Europa, la antropóloga Lidice Meyer señala que el país no ha construido una buena reputación en el exterior. «Desgraciadamente, nuestra imagen en el exterior no es muy buena cuando se trata de posiciones en apoyo de la tolerancia religiosa. Brasil es visto más conocido por la omisión del Estado en los casos en que hubo conflictos en el país con un tema religioso involucrado, como en el asesinato de la hermana Dorothy Stang o incluso del ecologista Chico Mendes «, dice.
Incluso antes de la insistencia de los medios de comunicación comerciales en vincular el llamado «terrorismo» a la cultura islámica, Lidice señala que ellos no están necesariamente relacionadas. «El hecho de que muchos de los grupos terroristas de hoy se identifiquen como musulmanes ha dado lugar a este tipo de conclusión errónea. Hay que recordar que muchos de los grupos terroristas en América del Sur no tienen ninguna relación con el Islam, ni con ninguna religión», enfatiza.
«Brasil, así como todos los demás países del mundo necesita posicionarse en contra de la utilización sistemática de la violencia con fines políticos, en especial contra la práctica de ataques y destrucción por parte de grupos cuyo objetivo es la desorganización de la sociedad existente y la toma del poder, lo que denota terrorismo», agregó la profesora.

Riesgos de ataques en Brasil
La antropóloga da fe de que los conflictos políticos y religiosos que ahora vive el [auto denominado] Estado Islámico con la Unión Europea, pueden de hecho llegar a Brasil. «Hay un riesgo, y desde hace una década, Brasil ha sido advertido por la CIA [Agencia Central de Inteligencia de los EE.UU.] sobre la presencia en el país de personas con estrechos vínculos con Hamas y Al Qaeda. Hay Incluso denuncias sobre individuos que en Brasil financiaron algunas de las acciones de estos grupos terroristas «, dice la profesora.
«Debido al fácil tránsito entre Brasil y los países árabes, hay también relatos sobre jóvenes que han viajado a Siria a recibir entrenamiento militar en una especie de curso de inmersión cultural. Podemos decir, por tanto, que no se trata de riesgo de involucramiento, sino más bien, que este ya se da, pero todavía en proporciones mínimas, señala Lidice Meyer.

Xenofobia en Europa
Para la profesora Rita do Val Santos, abogada y Magister en Políticas Sociales por la Universidad Cruzeiro do Sul, los ataques desencadenados por el EI en Europa, son consecuencia de las acciones que países [poderosos] de ese continente promovieron en territorios ocupados por el grupo terrorista. En un artículo de opinión, ella sostiene que la política de xenofobia de Francia, que impide la integración e acceso a los derechos básicos a los extranjeros es, en buena parte, responsable de respuestas violentas.
«la exclusión de extranjeros, principalmente de origen árabe, la prohibición del uso del velo musulmán en instituciones públicas, son solo algunos ejemplos de acciones de falta de respeto, a los musulmanes. Francia e Inglaterra son aliadas de los EUA en la organización de acciones para derrocar al presidente de Siria, es conocido que ambos países financian a grupos de oposición [armada] al gobierno sirio”, señala.
Val dos Santos, evalúa que la ideología de los grupos fundamentalistas está justificada en el combate a los infieles de los países que se oponen a la formación de estados musulmanes. «Las medidas de cercenamiento a la libertad religiosa, la propaganda hecha por occidente contra los árabes, son ejemplos del conjuntos de medidas que alimentan el odio y estimula acciones dos los grupos extremistas”, argumenta la profesora.
Sobre la participación de Brasil en las resolución de los conflictos, la abogada opina que el comportamiento adoptado por de país en relaciones exteriores está basado en el respeto, la solidaridad y en la adopción de medidas de apoyo a los países y a los pueblos que hayan sufrido conflictos internos, como es el caso de Siria. «El gobierno nacional no apoya las acciones para derrocar al gobierno de Assad, pero recibe a los ciudadanos que lleguen aquí en busca de refugio. Esta posición de respeto a la soberanía, a la diversidad religiosa y cultural, hacen de Brasil un país pacifista y esta conducta, esta imagen, nos garantiza la seguridad.
Para Val dos Santos, Brasil no corre riesgos de sufrir ataques terroristas. «Siempre que haya espacio, Brasil integra frentes de mediación de los conflictos internacionales, adopta una postura imparcial al intentar la reconstrucción del dialogo entre las naciones involucradas, como ha sido el caso de Palestina e Israel”, señala.
«La postura adoptada por Brasil asegura que el país no esté en la mira de las acciones de grupos terroristas, como es el caso del Estado Islámico. La vocación de paz y de respeto al orden internacional por nuestro país, nos pode lejos de la mira de acciones terroristas”, opina la profesora.
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