Buenos Aires, 2 ago (PL) Siguiendo las tradiciones de sus antepasados, hijas e hijos de los pueblos originarios argentinos rindieron tributo a la Pachamama (madre tierra) con los rituales según las costumbres en varias provincias del país.
Al hilo de la medianoche del sábado 1 comenzaron los actos y con ellos arrancó en Argentina la Fiesta Nacional de la Pachamama de los Pueblos Andinos, rescatada hace 20 años de un largo sueño.
En el corazón de la serranía cordobesa, por ejemplo, representantes del pueblo Comechingón iniciaron la mañana sabatina la larga ceremonia a las 08:00 hora local con la salida del Sol sobre Pucará del Uritorco, ancestral sitio en el parque temático Pueblo Encanto de la municipalidad de Capilla del Monte.
Pero los preparativos comenzaron antes. Marta Ceballo, «curaca» (jefa) de una pequeña comunidad de esa zona cordobesa, con otros hermanos y hermanas desde la noche del viernes comenzaron a ultimar el tributo a la Pachamama.
Entre las preparaciones se cavó el pozo, donde a las 00:00 hora del 1 de agosto se prendió el fuego sagrado y se le hizo ofrendas a la Tierra Madre.
No falta el aroma de sahumerios e inciensos, y se entonan coplas como características de esta veneración, considerada como una de las más antiguas de América del Sur y que hermana a pobladores y visitantes.
En conversación previa con Prensa Latina, Marta explicó que primero se hace la presentación de los representantes de los pueblos y comunidades ancestrales participantes para pasar entonces entre rezos al encendido de las llamas
Después se esperó a que el Sol vertiera sus rayos en la fría mañana de la serranía cordobesa para iluminar el Pucará del Uritorco para la ceremonia principal.
Mujeres y hombres chequean cómo se va cocinando la Pachamanca, el plato típico de los pueblos originarios andinos, cuya preparación comenzó en horas más tempranas pues es lenta su coción.
La Pachamanca, que significa «olla de tierra» o «comida de la tierra» puede ser solo de alimentos que esta da, como verduras y tubérculos, o también puede incluir carnes. Se cocen sin pelar en un hueco (olla natural) sobre o entre piedras caldeadas.
Más allá de una comida o de un ágape, es un rito comunitario que los descendientes de los pueblos originarios aún conservan. Una vez terminada tras larga cocción se comparte entre los presentes -o quienes desean manducar.
Como parte del ritual, se realiza el «convido», momento en el cual se alimenta a la Madre Tierra, para lo cual se abre un hueco y en él se colocan los alimentos.
La Pachamama también se celebró en otras regiones de Argentina, desde Salta, Jujuy y Catamarca, en el norte, hasta en regiones del sur.
El sentido fundamental de la celebración es siempre agradecer a la Tierra por todo lo bueno que brinda e invocar su ayuda para el resto del año.
De acuerdo con el Encuentro Nacional de Organizaciones Territoriales de Pueblos Originarios, a lo largo y ancho del territorio argentino hay presencia de 38 naciones autóctonas, la gran mayoría en el norte del país.
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