putin-kremlinPor Moises Saab

El Cairo, 9 feb (PL) La estancia que inicia hoy aquí el presidente ruso, Vladímir Putin, abre perspectivas de mayores lazos, cuyas bases fueron echadas por una visita del mandatario egipcio, Abdel Fattah El Sisi, a Moscú el año pasado. 

Putin y El Sisi se conocieron en Moscu en febrero de 2014 cuando el segundo hizo una visita sorpresiva destinada a concretar una compra de armas por dos mil millones de dólares que sería costeada por Arabia Saudita, según trascendidos oficiosos.

Aparte de su importancia económica, el acuerdo tuvo importancia política ya que en ese momento el Congreso estadounidense tenía congelada parte de la ayuda económica a Egipto debido al derrocamiento por el Ejército del presidente Mohamed Morsi, elegido el año anterior.

El mensaje llegó alto y claro al Capitolio estadounidense y al Departamento de Estado, cuyo secretario, John Kerry, viajó a Egipto para comenzar la descongelación de los fondos y el envío de helicópteros y partes para esas naves.

En realidad la comunicación privilegiada entre ambos países, minimizada durante los gobiernos de Anwar El Sadat y Hosni Mubarak, se reactivó en noviembre de 2013 cuando los ministros de Exteriores y de Defensa rusos, Sergei Lavrov y Víctor Shoigu, viajaron a este país.

En las décadas de los años 50 y 60 del pasado siglo, durante la presidencia del extinto Gamal Abdel Nasser, Egipto recibió una masiva ayuda soviética, e incluso durante la guerra de octubre de 1973.

El Sadat acudió a nosotros cuando el curso de la guerra le resultaba más desfavorable después de los primeros éxitos, confió a Prensa Latina un diplomático ruso al tanto de lo que calificó de «la desesperación» del entonces presidente.

Las operaciones marchaban mal para el Ejército israelí que había sido arrollado en el Sinaí, hasta que Estados Unidos intervino a su favor, sobre todo con información provista por sus satélites sobre movimiento de tropas y entrega urgente de armas de última generación.

Desde 2014 los intercambios muestran cierto crecimiento y existen noticias sobre negociaciones para la construcción de una planta de energía nuclear en el norte egipcio, además de medidas para facilitar los intercambios bilaterales, sobre todo en el turismo.

Una de las modalidades en estudio para el comercio bilateral es el pago en las respectivas divisas nacionales que por fuerza tiene que conllevar una mayor coordinación y beneficia por igual a ambos.

Egipto padece una crónica falta de liquidez en divisas fuertes por la caída de algunos de los rubros vitales de su economía, entre ellos el turismo y las exportaciones de carburante y algodón, y Rusia está sometida a sanciones por la crisis en Ucrania.

En paralelo con estos hechos, hay un factor sicológico el cual, aunque intangible, tiene peso específico notable: en las malas, cuando muchos les volvieron las espaldas, ambos se apoyaron.

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