El departamento de Boyacá no ha sido ajeno a la violencia perpetrada por grupos paramilitares y la violencia política que lleva golpeado al país desde hace más de 60 años. Aún hoy, ocurren graves violaciones a los Derechos Humanos, las agresiones, amenazas, detenciones arbitrarias y torturas cometidas contra líderes sociales en el departamento siguen siendo causa de preocupación de las organizaciones defensoras de derechos humanos.
El pasado 1 de diciembre, se cumplió un año más de impunidad, tras 13 años de ocurrida la masacre del páramo de la Sarna en Boyacá.
La masacre se perpetró el 1 de diciembre de 2001, cuando un bus de la empresa Cootracero, que cubría la ruta entre los municipios de Sogamoso y Labranza Grande, con 18 pasajeros en el sector conocido como «la sarna» sector melgarejo a tan solo 27 kilómetros de Sogamoso, fue detenida por hombres armados, quienes obligaron al conductor a descender del vehículo junto con los pasajeros.
Seguidamente, separaron a dos niños de 7 y 11 años (uno de ellos hijo del conductor) y a una mujer de 55 años y obligaron a los demás pasajeros (12 hombres y 3 mujeres) a tenderse en el asfalto para proceder a dispararles con tiros de gracia en la cabeza.
Nueve años después los desmovilizados de las ACC Josué Darío Orjuela Martínez, alias ‘Solín’, y Arquímedes Pérez Parra aceptaron ante la fiscalía haber participado en el múltiple crimen en colaboración de la fuerza pública. Sin embargo aún no existe un fallo condenatorio ni un avance en las investigaciones.
El pasado 30 de noviembre, como cada año, los familiares de las víctimas de la mano con organizaciones sociales, campesinas y defensoras de derechos humanos realizaron una vez más una peregrinación al lugar de los hechos, exigiendo verdad, justicia y reparación, rechazando la ampliación del fuero penal militar pero sobretodo exigiéndole al gobierno nacional garantías de no repetición y la necesidad de justicia social para la consecución de una paz estable y duradera.
Redacción: Diana Nítola/PACOCOL.ORG
