marco-romeroBogotá, 28 nov (PL) El director de la consultoría para derechos humanos, Marco Romero, calificó de realistas los acuerdos logrados durante los diálogos en La Habana y agregó que tales pactos beneficiarán a las comunidades colombianas castigadas por los enfrentamientos bélicos, trascendió hoy.

Según el experto las pláticas abren la puerta para que conflictos sociales se gestionen con el debate político y no con la confrontación armada.

Como resultado de las conversaciones se proponen reformas importantes como la transformación de la organización electoral, del sistema de umbrales y personerías para los partidos, se busca también mayor representación de los territorios, dijo citado por el diario El Colombiano.

Romero resaltó la trascendencia de la reparación colectiva, promovida durante el proceso, como vía para consolidar la paz, al estar enfocada hacia la reconstrucción del tejido social.

Al ampliar sobre el tema afirmó que el campesinado ha sido radicalmente golpeado en Colombia, el desplazamiento es uno de los indicadores de los perjuicios sufridos por ese grupo.

Es imprescindible -insistió- reconstruir, restañar las heridas de ese movimiento, de los pueblos indígenas y afrodescendientes, crear condiciones de inclusión efectiva que rompan las estructuras en materia de discriminación económica, social y cultural.

Durante una entrevista concedida al rotativo, enfatizó que los convenios alcanzados entre equipos gubernamentales y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP), tienen la intención primordial de favorecer a las poblaciones.

En su opinión hay muchos contenidos que ayudarán a la sociedad colombiana, a las organizaciones, a los pobladores rurales.

Algunos critican de manera equivocada y dicen que una vez firmada la paz todo lo tiene que hacer el Estado, pues claro, es que se está hablando de políticas públicas, lo grave sería que todo lo tuviera que hacer las FARC-EP, añadió.

Ambos equipos negociadores dialogan en Cuba desde 2012 para poner fin a más de medio siglo de enfrentamientos.

El proceso pacificador persigue profundizar la democracia, las reformas rurales, cambiar la política antidrogas y reconocer a las víctimas independientemente de los mecanismos de justicia transicional que se adopten, manifestó.

Detenidas actualmente, las pláticas deberán reanudarse tras la próxima liberación del general Rubén Darío Alzate, apresado por el movimiento insurgente en el departamento de Chocó mientras transitaba por un área de operaciones de guerra.

El fin del conflicto no es el fin de los problemas, vamos para una sociedad donde las contradicciones se expresarán de manera fuerte y masiva, pero no violentamente, en el fondo la paz consiste en cambiar la guerra por la movilización social democrática, subrayó Romero, profesor del departamento de Ciencia Política de la Universidad Nacional.