podemos-pablo-iglesiasPor Miguel Lozano

Madrid, 24 nov (PL) Coincidiendo con el inicio de una semana de protestas callejeras, una nueva encuesta difundida hoy ratifica el disgusto de la población española con la política actual, que apunta a la transformación del tablero político.

El movimiento Marchas de la Dignidad anunció la movilización del 24 al 29 de noviembre de cinco millones de personas bajo el lema Pan, trabajo, techo y dignidad y contra políticas empobrecedoras de la mayoría social.

Coincidentemente, la empresa Sigma Dos difundió un sondeo realizado entre mil personas que otorga la mayor intención de votos a Podemos, un partido sin un año de creado, con demandas similares a las de la izquierda tradicional pero con un discurso novedoso.

Para muchos, el surgimiento de Podemos es resultado de la complicada situación social que ya hace dos años dio nacimiento al movimiento de los indignados y la aparición de numerosas organizaciones ciudadanas al margen de la política tradicional.

Sigma Dos le otorga el 28,3 por ciento y la mayoría de los votos a Podemos, un resultado similar al de dos encuestadoras anteriores este mismo mes, Metroscopia y el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) dependiente del Ministerio de la Presidencia.

El estimado de votos para Podemos es cuatro veces mayor que lo obtenido en las elecciones de mayo pasado al Parlamento Europeo, cuando con cuatro meses de creado ganó 1,2 millones de electores, cinco eurodiputados y se ubicó como cuarta fuerza más votada.

El estudio de Sigma Dos coloca a esa formación delante del Partido Popular (PP), con 26,3 por ciento, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) con 20,1 por ciento, la centroderechista Unión Progreso y Democracia (UPyD) con 4,5 por ciento e Izquierda Unida con 4,2 por ciento.

El barómetro del CIS dio a Podemos 17,6 por ciento de intención de voto, 14,3 por ciento al PSOE y 11,7 al PP, mientras Metroscopia otorga a la nueva formación 27 por ciento, al PSOE 1,5 puntos menos y al PP solo 20 por ciento de los votos.

En cuanto a líderes políticos Sigma Dos da también la más alta puntuación al secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, con 4,4 puntos seguido del líder del PSOE, Pedro Sánchez, y Rosa Díez (UPyD), ambos con 4,1 puntos.

Esta investigación, como las anteriores, reafirma el disgusto de la población con la política de recortes sociales, desempleo y corrupción, situación por la que se culpa tanto al PP como al PSOE, ambos gobernantes durante los recientes años en España.

Nadie duda ya hoy que quien ha podido encauzar mejor ese malestar es Iglesias, el líder de Podemos, un profesor universitario que aunque se declara de izquierdas, considera más apropiado colocar la contradicción en otro plano.

Hay una minoría arriba y una mayoría abajo, eso la gente lo entiende perfectamente. Nosotros decimos: somos los de abajo, dijo recientemente Iglesias en una entrevista con un medio local.

Su posición le ha ganado críticas de la derecha, que lo acusa de populista y de sectores para los cuales Podemos se aparta deliberadamente de la izquierda tradicional en un intento por conseguir votos.

Aún falta un buen tramo hasta las elecciones generales, cuya fecha podría ser noviembre o diciembre de 2015; o todavía más lejos, pues el PP podría aplazarlas hasta febrero de 2016 para intentar recuperar espacio con mejores resultados económicos.

El deterioro de la situación política y económica, sin embargo, podría favorecer más aún a Podemos, cuyos dirigentes confían en continuar el crecimiento explosivo y lograr una mayoría para gobernar sin alianzas.

Una muestra de que se mantienen las condiciones de disgusto de la población, como reconoció la dirigente del PSOE en Andalucía, Susana Díaz, son las protestas callejeras iniciadas con el reclamo de Pan, trabajo, techo y dignidad.

Esas cuatro demandas están recogidas en las propuestas de Podemos, como desde hace años también lo hace la izquierda tradicional, sólo que ahora el carisma del profesor Iglesias parece estar llevándolas a un plano que puede modificar el tablero político español.

De coincidir los resultados electorales con las proyecciones de los sondeos, lo mínimo que ocurrirá en España será el final del bipartidismo del PP y el PSOE, para dar lugar a un juego de alianzas ajeno a la práctica nacional en los pasados años.