Teherán, 24 oct (PL) Irán comenzó hoy una intensa actividad de sensibilización ciudadana contra los que califica de criminales atacantes con ácido a mujeres por alegadas transgresiones de normas islámicas como evadir el uso del velo musulmán, obligatorio aquí.
La vicepresidenta iraní y jefa del Departamento de Ambiente, Masoumeh Ebtakar, señaló que la medida del Gobierno es una respuesta a los amigos que piden una reacción fuerte contra una práctica que en los últimos días provocó protestas callejeras en la región de Isfahán y otras del país.
Ebtakar recordó que en las últimas tres semanas entre ocho o nueve mujeres isfahanis (oriundas de la referida localidad) y una de Mashhad resultaron heridas cuando hombres a bordo de motocicletas les lanzaron ácido provocándoles desfiguraciones en sus rostros y lesiones en sus cuerpos.
La agencia oficial de noticias IRNA reportó que más de dos mil personas, en su mayoría féminas, tomaron desde el miércoles las calles de la histórica ciudad, situada unos 450 kilómetros al sur de esta capital, y se concentraron frente al edificio sede del Poder Judicial.
«Isfahán es nuetra ciudad, la seguridad es nuestro derecho», coreaba la multitud fuera de la sede judicial mientras agitaba pancartas con reclamo de justicia por un caso que provocó declaraciones del presidente del país, Hassan Rouhani, y que ya llevó al arresto de cuatro personas.
De modo simultáneo, decenas de hombres y mujeres se manifestaron el miércoles frente a la sede del Majlis (parlamento persa) en Teherán para protestar y pedir al gobierno que reaccionara.
Según la vicepresidenta Ebtakar, el Ministerio de Salud se involucró personalmente en el proceso de cura de las víctimas, mientras el de Interior ordenó una seria investigación de ese acto criminal y todos los ministros del Ejecutivo en pleno reaccionaron de modo responsable al respecto.
La vicemandataria subrayó que ese tipo de casos debe ser «un punto final a las acciones agresivas contra mujeres», a lo que otras autoridades recordaron que la práctica violenta en Isfahán puede dañar a uno de los mayores centros urbanos del país y de los principales destinos turísticos.
Los agresores, siempre según versiones de víctimas y grupos defensores de las féminas, les vertieron ácido siguiendo una práctica muy frecuente en otros países asiáticos como Afganistán y Paquistán para humillar a mujeres a las que consideran violadoras de normas religiosas o sociales.
En ocasiones culpan a las víctimas de ser adúlteras, pero en los casos ocurridos en esta república islámica informes colocados en redes sociales apuntaron a que eran «mujeres mal cubiertas» con el «hiyab» (velo que cubre el cabello) o el «niqab» (el velo que sólo permite ver los ojos).
Las leyes iraníes exigen el uso de ese atuendo a todas las féminas que llegan y viven en el país, incluidas las extranjeras, sean musulmanas o no.
Medios televisivos indicaron que el temor a ataques ha hecho que algunas mujeres que conducen automóviles lo hagan con las ventanillas cerradas para evitar les sea vertido ácido.
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