
En el primer semestre del 2014, alrededor de 50 educadores han sido amenazados en Bogotá. Una cifra que ha disminuido con referencia a la misma época del año pasado, aunque el número sigue siendo alto.
Pero hay que anotar algo. Los docentes tienen miedo de evidenciar su actividad sindical. Maestros y maestras realizan su trabajo sindical en silencio o por fuera de la institución para evitar las amenazas. Así que esta es otra forma de intimidación.
Ismary Bernate, delegada de la ADE ante el Comité de Derechos Humanos, explica que la principal razón para que el índice continúe es la constante de amenaza de padres de familia o estudiantes dentro del quehacer pedagógico y el malestar por las notas negativas.
La otra fuente de peligro viene de fuera con referencia al narcotráfico, pandillas o grupos al margen de la ley que quieren imponerse dentro de las escuelas.
Ella constata que se está cumpliendo la resolución 2212 y el decreto 1782 del año pasado, respecto a la agilidad de los traslados de docentes en situación de amenazas. Sin embargo, el ambiente laboral no debería representar un riesgo para los educadores. Es de recordar que hablamos de escuelas.
La ADE asesora y acompaña al docente que se encuentra en situación de amenaza si le impide seguir prestando su servicio en su sede habitual de trabajo. En estos casos, el maestro o maestrapuede solicitar traslado a la SED por amenaza, pero antes debe cumplir unos requisitos como son interponer la denuncia ante la fiscalía, una carta de rectoría, diligenciar un formulario de la Unidad Nacional de Protección. Una vez terminado este proceso puede ser asesorado por la ADE para agilizar esa solicitud.
