►Niko Schvarz
En más de 100 ciudades de Europa se realizaron marchas y manifestaciones el sábado 1º de junio contra la “troika” (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional) que con la aplicación a machamartillo de su política de austeridad está profundizando hasta lo indecible la crisis y el sufrimiento de las grandes masas del pueblo en estos países. Los síntomas más visibles de esta política (que ha merecido el certero calificativo de “katastroika”), son el crecimiento en flecha de la desocupación, particularmente en el área juvenil, los desalojos en masa, el dramático aumento de las tasas de suicidios, la retrogradación de toda la legislación laboral y social conquistada en décadas de lucha, la pérdida de soberanía nacional frente al “diktat” de los citados organismos supranacionales.
La extensión y masividad de las demostraciones del 1º de junio constituyeron una respuesta generalizada a estos planes regresivos, y una expresión de la voluntad colectiva de unir todas las fuerzas sociales, por encima de fronteras, para contrarrestarlos. El conjunto de todos estos movimientos han sido convocadas por el Grupo de Trabajo de Grecia a una Cumbre alternativa a efectuarse en Atenas los días 7 y 8 de junio bajo el lema: “Cumbre alternativa de los movimientos europeos. Por una Europa de solidaridad y de justicia social”, iniciativa adelantada por los sindicatos, organizaciones sociales, colectivos y movimientos de toda Europa. Su objetivo es analizar la crisis sistémica y el ataque del neoliberalismo y, sobre todo, coordinar las luchas de los trabajadores y de los pueblos europeos. Grecia ha sido elegida como sede porque, además de ser el cobayo de los planes antisociales de la UE, el BCE y el FMI, es también un laboratorio de la resistencia a los planes de austeridad, desocupación y pillaje de los bienes comunes. Decenas de sindicatos, de ONGs, de organizaciones sociales, ecológicas, feministas y antirracistas de toda Grecia participan en el Comité de Organización de la Cumbre alternativa. Comparten la convicción de que, si bien el ataque neoliberal se despliega a un ritmo diferente en cada país, está coordinado a nivel internacional, y por ende que la lucha común de los pueblos europeos, sobre todo de los que sufren principalmente la crisis, puede aportar resultados concretos.
Citan como ejemplos de las luchas llevadas a cabo por los pueblos europeos las decenas de huelgas generales y sectoriales en toda Europa contra la dictadura de la troika, las multinacionales y los gobiernos, los movimientos masivos en Europa del Sur por los bienes comunes, las marchas de los occupy en las plazas, las revueltas populares y de los trabajadores en Rumania y en Bulgaria, así como las grandes luchas en Grecia, de la industria siderúrgica a las movilizaciones contra las minas de oro, entre otras muchas.
En ese cuadro, las demostraciones del sábado pasado constituyen un poderoso aporte y sirven como preámbulo efectivo a la Cumbre alternativa. Abarcaron a 12 países europeos. Un punto alto fue sin duda España, donde se extendió a 40 ciudades. Vimos a los manifestantes clamar contra la política del gobierno del PP, que lleva a la recesión y a una desocupación galopante (que sobrepasa el 27%, y alcanza al 58% entre los jóvenes).Expresaron que proseguirán la lucha hasta lograr la rectificación de esa política suicida. Vimos también las manifestaciones en el vecino Portugal, bajo el lema: “¡Fuera de aquí el FMI, que trae hambre y pobreza!”. El país sufre su peor recesión desde los años 70. Las manifestaciones se extendieron a Grecia, a Irlanda, a Turquía (Estambul y Ankara).
En Londres, las demostraciones expresaron además el rechazo a los atentados racistas, registrándose choques con fuerzas policiales. En este país, el número de personas que recurre al Banco de Alimentos superó los 500 mil, según informes de instituciones benéficas, y sigue creciendo sin pausa por la recesión económica, los recortes de los salarios y de las prestaciones sociales, que coinciden con el aumento significativo del precio de los alimentos y de los combustibles. El director de la organización benéfica Oxfam declaró: “La escandalosa realidad consiste en que cientos de miles de personas recurren a la ayuda alimentaria. La reducción de la asistencia social que llegó demasiado lejos provocó la pobreza, las privaciones y el hambre a gran escala. Es inadmisible que esto suceda en el séptimo país más rico del mundo”.
También en Bruselas, Bélgica, se realizaron marchas contra la política de austeridad. En Italia, en las múltiples manifestaciones se destacó el aumento alarmante de la desocupación, que con 12,8% trepó al nivel más alto desde 1977, con la particularidad de que entre los jóvenes de 15 a 24 años se elevó al 41,9%, otro récord. El ejército de desocupados superó los 3.083.000 personas, con un aumento de casi medio millón en búsqueda de trabajo en un año.
La manifestación revistió características especiales en Frankfurt, capital financiera de Alemania. Varios miles de activistas del movimiento Blockupy (que se inspira en el Occupy Wall Street y el Movimiento 15-M español) bloquearon bajo la lluvia los accesos al Banco Central Europeo y a otras instituciones financieras como el Deutsche Bank, coreando el lema: “La humanidad antes que las ganancias” y protestando por el manejo de la crisis en Europa. Contra ellos se movilizó a la policía militarizada, con perros alsacianos y carros hidrantes, al tiempo que un helicóptero sobrevolaba la zona.
La coordinación de las luchas
Una avezada comentarista española, Esther Vivas, escribe: “Hoy la gente, harta, sale a la calle para decir claro y fuerte: ‘Troika, go home!´. Del mismo modo que en muchos países del Sur en los años 90 y 2000 vimos manifestaciones en masa contra el FMI y el Banco Mundial, ahora aquí la gente se manifiesta contra la ‘troika’. Las relaciones centro-periferia que antes se daban a nivel global, actualmente se repiten en la Unión Europea. Y los países de la periferia del continente nos hemos convertido en las nuevas colonias o fuentes de negocios del capital financiero”.
También explica, sobre esta base, cómo se van unificando las luchas en las distintas regiones del mundo. “La deuda continúa siendo el yugo que se impone a los pobres. Un mecanismo de control y supeditación de los pueblos. Un instrumento infalible de transferencia de recursos, o para ser más precisos de expolio, del Sur al Norte, ya sea a escala global o europea. Y un argumento para reducir los derechos de la mayoría y generar más beneficios al capital, recortando servicios públicos y privatizándolos de forma encubierta. El pago de la deuda que nos imponen, que, por cierto, no es nuestra, es la excusa perfecta para aplicar un plan largamente estructurado. De este modo, a la estafa se la llama crisis y al robo deuda”.
En conclusión: “A marchas forzadas hemos aprendido el significado de la ‘troika’, pero también, el de otros conceptos como indignación, rebeldía y desobediencia. Y nos levantamos hoy en más de 100 ciudades de toda Europa, como ‘pueblos unidos contra la troika’. Porque sí se puede”.
De Lisboa a los Urales, de Finlandia a Chipre
En la misma onda, el documento que convoca a la Cumbre alternativa de Atenas explicita un programa positivo: lucha por los aumentos de salarios, los seguros de desocupación y las pensiones, reducción de la edad de jubilación, cese del escándalo de los trabajos precarios y las múltiples discriminaciones contra el trabajo de las mujeres, garantía para las convenciones colectivas de trabajo y acceso gratuito a la salud y la educación para todos, con el fin de reforzar la economía social basada en la solidaridad y las inversiones públicas que proporcionen trabajo decente y de interés social. También se pronuncian por una verdadera democracia y por la defensa de la soberanía nacional. Todo ello enfrentando la dictadura de los “mercados libres” y del capital financiero, el desmantelamiento del Estado de bienestar, la imposición de la austeridad más draconiana desde la Segunda Guerra Mundial, la usura contra países enteros, los paraísos fiscales, el pillaje de los recursos naturales y la destrucción del medio ambiente, la privatización de los bienes comunes .
El documento culmina con un llamado a intensificar la lucha solidaria con los países que sufren los embates de la política de austeridad, entre los cuales nombra a Grecia, Chipre, Portugal, España, Italia, como antes lo fueron Turquía, Letonia, Rumania, Bulgaria. En consecuencia solicita a todos los movimientos sociales de los países europeos, de Lisboa a los Urales y de Finlandia a Chipre, su activa participación en la Cumbre alternativa, para debatir y manifestar juntos, y construir fuertes lazos de solidaridad e internacionalismo.
nikomar@adinet.com.uy Publicación Barómetro 06-06-13 Los contenidos de los análisis publicados por Barómetro Internacional, son responsabilidad de los autores barometrointernacional@gmail.com Follow @pbolivariana