Por Enrique Torres
Santiago de Chile, 16 abr (PL) El alza del salario mínimo en Chile continúa indefinida, por desacuerdos entre las bancadas de oposición y gremios obreros con el Gobierno y los legisladores que defienden la postura del Palacio de La Moneda.
El debate sobre esta problemática está ahora en manos de una comisión mixta del Parlamento, tras ser rechazada por tercera ocasión la propuesta del gobierno de Sebastián Piñera de 205 mil pesos mensuales (unos 430 dólares), salario considerado insuficiente por la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) y otras voces en el país.
Ante la Comisión de Hacienda del Senado, la presidenta de la CUT, Bárbara Figueroa, reafirmó durante los debates la postura del gremio de elevar a 250 mil pesos (unos 530 dólares) el sueldo mínimo, reclamo que estimó justo para avanzar en el piso salarial, ayudado desde el Estado para su implementación.
«Según los datos entregados por el propio Gobierno, el ingreso per cápita para salir de la línea de la pobreza es de 76 mil pesos (unos 160 dólares) y en una familia de cuatro personas, donde solo uno trabaja, debería tener un salario mínimo de 370 mil pesos (unos 780 dólares)», reflexionó la dirigente obrera.
Figueroa reconoció que tal incremento generaría un fuerte agujero en la economía nacional, de ahí su propuesta de hacerlo de manera gradual, con un reajuste del 10 por ciento, para luego avanzar hacia el mínimo salarial ideal, según los datos del Ejecutivo.
La líder gremial denunció que ha sido nula la posibilidad de debate con las autoridades, diálogo que consideró necesario no solo para cumplir con la tradición en la negociación del reajuste, sino además para no violar arbitrariamente los convenios firmados por Chile, entre ellos el 131 de la Organización Internacional del Trabajo.
«A nosotros se nos invitó a una reunión en la que el Ministro (Felipe Larraín, de Hacienda) nos informó elementos del proyecto de ley, de manera parcial (…) no esperamos que el Gobierno tenga que cogobernar con nosotros, pero si fuimos invitamos a una reunión esperábamos mínimamente tener la posibilidad de dar nuestra opinión, no fue así», exclamó la presidenta de la CUT.
Por su parte, Larraín culpa a los parlamentarios de los partidos de la oposición de retrasar el proyecto de salario mínimo, y asegura que el Ejecutivo no aumentará su propuesta de 205 mil pesos.
El titular considera que esa es la cifra de salario mínimo más alta en términos de incremento real, y ha dicho que la iniciativa es resultado de profundos análisis de expertos, quienes dictaminaron que ese es el límite al que se puede llegar sin lesionar la economía.
Lo cierto es que el empate técnico existente en ambas cámaras del Congreso sobre esta problemática mantiene aún en el limbo el alza salarial, en un año electoral.
Durante martes y miércoles el Senado estará inmerso en el debate y votación de la acusación constitucional contra el ministro de Educación Harald Beyer, sin embargo, no se descarta que en lo que resta de semana sea retomado el tema del salario mínimo, aunque las posibilidades de acuerdo siguen siendo una interrogante.
Desde la bancada progubernamental, el diputado Alejandro Santana se mostró de acuerdo en «echarle una miradita al tema de las asignaciones», que consideró un punto para poder salir adelante con el proyecto de ley.
En la votación de la iniciativa a fines de marzo en la Cámara de Diputados, fueron rechazados varios artículos, entre ellos los referidos al reajuste y a las asignaciones familiares.
La propuesta gubernamental, anuncida el 10 de marzo último, en víspera del tercer aniversario del gobierno de Piñera, representa un incremento de un 6,2 por ciento del salario mínimo actual, de 193 mil pesos (unos 408 dólares).
Los trabajadores y legisladores de oposición consideran que se debe tomar una nueva referencia para calcular el reajuste, a partir de la evolución del Indice de Precios al Consumidor (IPC) en los alimentos.
Para ello toman como base un estudio realizado por el economista Fernando Carmona, quien asegura que la fórmula empleada por el Gobierno para modificar el salario mínimo no es correcta, ya que considera al IPC como factor de variación de la pérdida del poder adquisitivo.
«Esta tasa no es relevante para el sector de la población que percibe el salario mínimo, pues se ubica bajo la línea de pobreza y, en algunos casos, bajo la línea de la pobreza extrema», argumenta la investigación.
Al respecto, sostiene que la tasa a tomar en cuenta debiera ser la variación en la canasta básica de los alimentos que mide mensualmente el Ministerio de Desarrollo Social.
La CUT a dicho que el alza anunciada por Piñera se podría aceptar como un incremento extraordinario, pero no que sea contemplada como el incremento de 2013 y paralizar el debate hasta 2014.
