Francisco Antonio Becerra Murgas
La marcha de este martes recuerda al líder popular y carismático abogado colombiano Jorge Eliécer Gaitán, asesinado un 9 de abril hace 65 años. Con pancartas con su imagen en alto y un caudal de rosas rojas en la esquina bogotana de carrera Séptima con Jiménez, justo donde fue asesinado, los colombianos rindieron honor al joven líder. La muerte de este joven de oratoria cautivadora, honesta conducta y casi seguro ganador de los comicios presidenciales por el Partido Liberal, prendió la mecha de una rebelión popular en la capital colombiana, conocida como el Bogotazo.
La revuelta contra el brutal desenlace de Gaitán y contra el gobierno conservador de Mariano Ospina dejó cientos de muertos, así como una ciudad destruida y saqueada. En esos días se encontraba en suelo colombiano para participar en un Congreso Estudiantil Latinoamericano, el entonces estudiante de Derecho y líder cubano, Fidel Castro Ruz, quien con solo 21 años se sumó a la efervescencia popular. Años más tarde, en una entrevista con el periodista colombiano, Arturo Alape (y que aparece en el libro El Bogotazo: Memorias del olvido), Fidel recordaría que «yo lo que hice fue sumarme a un levantamiento popular. Por vocación, por principios, por simpatía revolucionaria». Asimismo, evocaría su «impresión realmente buena» de Gaitán. «La tuve de la conversación con él; un hombre con su tipo indio, sagaz, muy inteligente, la tuve de sus discursos (… ) de un orador virtuoso, preciosista del idioma y además elocuente. La tuve porque se identificaba con la posición más progresista del país y frente al gobierno conservador. La tuve como abogado también, por lo brillante que era». Tras la muerte de Gaitán, Colombia se sumió en un periodo de violencia entre las fuerzas políticas tradicionales. Entre los jóvenes liberales que optaron por la lucha guerrillera contra la hegemonía conservadora se encontraba Pedro Antonio Marín (más conocido como Manuel Marulanda), quien fundaría poco más de una década después las FARC-EP

