Brasilia, 3 abr (PL) El juicio contra tres acusados de asesinato de una pareja de agricultores de la Amazonía brasileña defensores del medio ambiente comenzó hoy en Marabá, en el norteño estado de Pará.
Los imputados son José Rodrigues Moreira, quien habría ordenado el crimen, así como Lindonjonson Silva Rocha y Alberto Lopes do Nascimento, presuntos autores del asesinato el 24 de mayo de 2011 de Maria y José Claudio da Silva.
La pareja fue ultimada a tiros cuando viajaban en moto por Nova Ipixuna, localidad próxima Marabá, ubicada a unos 530 kilómetros al sureste de Belém, la capital del estado.
Durante la jornada se escucharon los alegatos de fiscales del Ministerio Público, que ratificaron las acusaciones contra Rodrigues Moreira, Silva Rocha y Lopes do Nascimento.
Las investigaciones de la Policía revelan que el matrimonio era objeto de amenazas desde 2009 para que abandonara unas 22 mil hectáreas de tierras, donde vivían 500 familias y con una plantación de árboles de alto valor comercial.
La secretaria de Derechos Humanos de la Presidencia de la República, Maria do Rosário, instó al jurado a tener sensibilidad y firmeza, y defender los derechos de los ciudadanos.
Maria y Claudio da Silva eran miembros del Consejo Nacional de Poblaciones Extractivistas, una organización no gubernamental fundada por el líder ecologista Francisco «Chico» Mendes, cuya muerte en 1988 llamó la atención internacional.
Según el Ministerio Público, Rodrigues Moreira ordenó la muerte del matrimonio y alegó ser el dueño de esas tierras, con la presentación de un contrato de compra falso.
En el juicio, que deberá extenderse hasta mañana jueves, serán escuchados los testimonios de 14 testigos y 13 evidencias de la defensa.
Durante la mañana varias personas, miembros de organizaciones campesinas y del Movimiento Sin Tierra de Pará, realizaron una protesta pacífica en las afueras del tribunal para reclamar justicia y pedir la intervención del gobierno para detener de los asesinatos de labriegos por parte de terratenientes y latifundistas.
Estadísticas oficiales revelan que el número de muertes por conflictos de tierras creció un 10,3 por ciento en Brasil entre 2011 y 2012.
