Por Luis Manuel Arce Isaac
Panamá, 4 mar (PL) Si bien las obras de ampliación del Canal de Panamá registran un avance de alrededor del 53 por ciento, hay insatisfacción en el gobierno que tenía esperanzas de que la nueva ruta se estrenara en el centenario de la vía interoceánica.
El Canal fue inaugurado el 15 agosto de 1914 con el cruce del vapor Ancón y desde entonces más de un millón de barcos lo han transitado llevando miles de millones de toneladas de mercancías de un océano a otro. Desde 1999 es propiedad de los panameños.
Sin embargo, el desarrollo de la navegación y de barcos de gran calado sobrepasaron las capacidades de la vía por su ancho y profundidad limitadas a las naves de la época. Ello hizo que la mayoría de los buques modernos, sobre todo tanqueros, no lo pudieran navegar.
Surgió así una nueva denominación o clasificación en el transporte marítimo: buques panamax y post panamax, estos últimos los que por su calado les es imposible atravesar el Canal y tienen que dejar su carga en los extremos atlántico o pacífico de la vía para que un ferrocarril la lleve al otro lado.
La idea de construir un tercer juego de exclusas para permitir el paso de esas naves y las aún mayores que se puedan fabricar a partir de ahora, caló en las autoridades panameñas que en el año 2007 aprobaron la idea de la ampliación.
Después de años de maduración se aprobó el proyecto a un costo de cinco mil 250 millones de dólares con el apoyo financiero de varias instituciones, y correspondió al actual gobierno iniciar los trabajos en 2011.
Sin embargo, casi inmediatamente surgió un tropiezo técnico que ha retrasado las obras hasta ahora: la calidad del cemento no cumplía los requisitos exigidos; el gobierno demandó uno de la calidad especificada y ello demoró en siete meses el inicio de la obra.
La responsabilidad del problema sigue en debate, pues ni el gobierno ni las empresas constructoras agrupadas en el denominado Grupo Unidos por el Canal, la aceptan, y están de por medio las multas que estas deben pagar por cada mes de atraso y el millonario premio si cumplen en el tiempo planteado.
En medio de la gran discusión la idea de ambas partes era ganar tiempo al mismísimo tiempo y recuperar lo perdido, pero no ha sido así y ya incluso se habla de hasta nueve meses de atraso.
Nadie duda de que la fecha de inauguración no será posible en octubre de 2014 como se había programado inicialmente y se acepta que sea a mediados de 2015, así que tocará al gobierno que surja de las elecciones de mayo de 2014 inaugurar la vital vía.
El problema del atraso de las construcciones está instalado en los tribunales de competencia porque en medio del litigio hay una demanda de 500 millones de dólares que está planteando el grupo español Sacyr al parecer el mayor perjudicado de los tres.
Según el administrador de la vía interoceánica, Jorge Quijano, el atraso equivale a nueve meses. Las estimaciones varían, pero al parecer lo cierto es que la nueva senda no estará operativa hasta el segundo semestre de 2015.
