Montevideo, 15 feb (PL) Cientos de manifestantes ingresaron hoy a la Suprema Corte de Justicia (SCJ) en solidaridad con la jueza Mariana Mota, reconocida defensora de los derechos humanos, quien fue sorpresivamente apartada de su cargo.
Mota, quien atiende más de 50 casos de violaciones a los derechos humanos durante la dictadura (1973-1985), deberá dejar esos procesos en manos de otro juez, lo que implica, según los manifestantes, un nuevo atraso en la justicia y «una victoria de la impunidad».
La jueza, quien ha evitado hacer declaraciones, se presentó en la sede del Poder Judicial, junto a su esposo e hija, para jurar el nuevo cargo, pero eso debió ser postergado por la irrupción de varias decenas de manifestantes en el edificio y la posterior acción de la policía.
En el interior, se produjeron forcejeos y empujones entre los policías, con cascos y escudos, y los manifestantes, que no pudieron ser desalojados. Dirigentes de la central sindical PIT-CNT y otras autoridades intervinieron para impedir mayores incidentes. No se reportaron heridos ni detenidos.
Mientras, los ministros de la SCJ se encerraron a puertas cerradas y anunciaron que el acto de juramentación solo se haría cuando fuera desalojado el recinto, lo cual -pasado el mediodía- no se había logrado.
El diputado Luis Puig, del gobernante Frente Amplio, declaró en el lugar de los hechos que el traslado de Mota es incomprensible y que la actitud de la SCJ beneficia a los violadores de los derechos humanos.
Familiares de detenidos-desaparecidos y otras agrupaciones humanitarias corearon lemas relativos a un «nuevo manto de impunidad sobre los crímenes de la dictadura».
Varias personalidades del mundo cultural y político expresaron su solidaridad con la jueza Mota.
En ese sentido, el canciller Luis Almagro dijo la víspera que Mota aplicaba cabalmente las convenciones internacionales y de derechos humanos y, con su traslado de lo penal a un tribunal civil, «Uruguay pierde posicionamiento internacional».
Almagro subrayó que «pierden las víctimas», a la vez que «habrá dinosaurios contentos», pero insistió en destacar el trabajo de la jueza, que -precisó- «ha estado cerca del ideal que se pretende del derecho y la justicia».
Es, agregó, el miembro del Poder Judicial que más cabalmente entendió la dimensión del tema de los derechos humanos y la vigencia de los convenios internacionales.
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