Por María Julia Mayoral

Managua, 6 dic (PL) Nicaragua, Honduras y El Salvador sientan pautas en Centroamérica a favor de la paz, la cooperación y el desarrollo económico con justicia social, así lo avala el reciente diálogo presidencial sobre el Golfo de Fonseca.

Frente a históricos diferendos y corrientes de pensamiento que avivaban la confrontación, el mandatario anfitrión, Daniel Ortega, y sus homólogos de Honduras, Porfirio Lobo, y El Salvador, Mauricio Funes, ratificación la decisión de convertir el área en una «zona de paz, desarrollo sostenible y seguridad».

Hasta circularon mentiras, dijo Ortega en alusión a noticias periodísticas, fechadas en Honduras, sobre el supuesto enfrentamiento en aguas del golfo entre navíos militares de las dos naciones.

Este 4 de diciembre, tras cinco horas de conversaciones, los gobernantes dieron a conocer una Declaración Conjunta, que privilegia el diálogo y la cooperación.

Ello dio cuenta de una actitud invariable durante los últimos tiempos. En marzo de 2012 en la capital salvadoreña, los tres jefes de Estado ratificaron la Declaración de Managua, suscrita en octubre de 2007, a fin de convertir el golfo en «zona de paz, desarrollo sostenible y seguridad», igual pronunciamiento hicieron en esta oportunidad.

Con extensión de tres mil 200 kilómetros cuadrados de cara al Océano Pacífico, el Golfo de Fonseca es compartido por los tres países, constituye una de las mejores bahías naturales del mundo, sobresale por su biodiversidad, potencialidades pesqueras y turísticas.

Los dignatarios acordaron ahora crear una Comisión Trinacional con la finalidad de revisar el cumplimiento de la sentencia emitida en 1992 por la Corte Internacional de Justicia sobre los derechos soberanos de Honduras y El Salvador en esa demarcación marítima.

Asimismo decidieron actualizar e implementar el Protocolo de Actuación de las Fuerzas Navales a fin de garantizar la tranquilidad en la demarcación, propensa a operaciones del narcotráfico internacional.

También plantearon acelerar la Estrategia de Desarrollo Integral para el área, mediante un portafolio de proyectos concretos en cuestiones económicas, medioambientales y de seguridad.

Dicha Comisión Trinacional será presidida por las tres cancillerías, las cuales definirán conjuntamente grupos de trabajo y presentarán a los presidentes un primer informe en 90 días.

A juicio del gobernante hondureño, el diálogo fue «ejemplo de lo que podemos hacer conjuntamente los pueblos centroamericanos» por el anhelo común de «procurar un desenvolvimiento económico que sea de beneficio para nuestros pueblos».

Según declaró Funes, a «los tres Presidentes nos ha preocupado que hayan sectores interesados en desvirtuar la naturaleza de algunos incidentes», particularmente aquellos en los que «se han visto involucrados naves o lanchas, o guardacostas de los tres países».

«Fuimos claros», sentenció, nos anima una voluntad pacifista, «privilegiamos la solución de los conflictos por la vía pacífica y negociada, y descartamos cualquier uso de la fuerza militar para resolver estos conflictos».

«No queremos que corra más sangre por Centroamérica, queremos paz, estabilidad, seguridad, eso es lo que quieren nuestros pueblos», resumió Ortega al intervenir la víspera en la graduación del VIII Curso de Seguridad y Defensa Nacional.

Países tercermundistas como nos califican, naciones bananeras como nos descalifican, dan ejemplo de respeto al Derecho Internacional, mientras grandes potencias desatienden la ley, expuso el líder del Frente Sandinista de Liberación Nacional.

Estados Unidos, una de las principales potencias mundiales, sigue sin cumplir el fallo de la Corte Internacional de Justicia que estableció la obligación de Washington de resarcir a este país por los enormes daños materiales y humanos provocados por guerra de agresión en los años 80 del siglo XX, ilustró.

A esa indemnización no hemos renunciado, remarcó el estadista, quien evaluó las amenazas que vive la humanidad a cuenta de la política militarista del imperialismo.

El diálogo presidencial sobre el Golfo de Fonseca tributa al camino de integración a favor de los pueblos en América Latina y el Caribe, no en balde la cita fue apreciada aquí como «un buen día para Centroamérica».