Caracas, 03 Jul. AVN.- Si algo conoce todo el que lleve con orgullo el gentilicio venezolano es la sensación de querencia que se erige cual Morro de San Juan cuando los compases del arpa, cuatro y maraca hacen su entrada triunfal y recuerdan que en esta tierra lo que se siente es el alma llanera.
A pocas horas de Caracas y después del omnipresente verdor que escolta la travesía por el estado Miranda y parte del sur de Aragua se arriba a las calurosas llanuras que se extienden por Guárico, estado que ostenta con orgullo el título del «corazón de Venezuela».
Allí, en medio de grandes sombreros, horizontes infinitos e inolvidables atardeceres, un grupo de cultores impulsados por el amor a la música tradicional diariamente forman a los jóvenes de la región, los cuales con esmero y dedicación prometen convertirse en orgullo patrio gracias a las enseñanzas que el proyecto musical Alma Llanera les inculca desde las aulas de clases tradicionales.
El programa, que forma parte de los métodos de enseñanzas impulsados por el Sistema de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela, conocido como El Sistema, está conformado por los núcleos de orquestas juveniles e infantiles ubicados en la capital del estado, San Juan de los Morros, así como las localidades de Calabozo y Valle de la Pascua.
La distribución del proyecto también abarca a los sectores de más difícil acceso por medio de módulos instalados en diferentes planteles de educación básica y secundaria, para así garantizar la enseñanza musical a los jóvenes que no poseen los recursos de traslado para los núcleos principales, ubicados en puntos equidistantes a sus lugares de origen.
«Este es el proyecto pionero en desarrollar académicamente la música tradicional, así como la formación histórica que sirva como base para impartir las clases. Antes solo existía el núcleo de San Juan, con 64 niños. Empezamos a trabajar desde 2005 y ya hemos formado en ese núcleo más de 1000 muchachos», explicó el coordinador regional de Guárico del proyecto Alma Llanera, Luis Herrera.
Al hacer la retrospectiva del origen del proyecto, Herrera comenta que en un principio la formación comenzó por iniciativa de diversos cultores para la profundizar los estudios musicales de los niños y jóvenes de la región; posteriormente, los resultados arrojaron diversos premios internacionales que llamaron la atención del director-fundador del sistema, el maestro José Antonio Abreu, quien motivado por la efectividad y disposición de los profesores brindó el apoyo por medio de las orquestas nacionales y el aporte del Ejecutivo Nacional. «Lo demás es historia», agregó el profesor Herrera.
El Castrero: ejemplo de constancia y dedicación
Uno de los módulos del núcleo de Orquestas Juveniles e Infantiles «Jesús María Torrealba», de San Juan de los Morros, se ubica a 40 minutos de la capital guariqueña, en el sector de El Castrero; en la escuela del mismo nombre, 140 niños reciben formación musical por parte de maestros que también fueron instruidos bajo las enseñanzas del proyecto.
Ese es el caso del profesor de la cátedra de Cuatro, Francisco Sardeño, quien con tan solo 21 años y aún en proceso de aprendizaje tiene tres años trabajando con los niños de 1º a 6º grado de primaria.
«Yo recibo e imparto clases, aprendo cada día de ellos y de los demás maestros que vienen, los cuales tienen mas de 40 años de experiencia y es mucho lo que han vivido con esto música. Hay muchos niños talentosos. Les doy una hora de clase semanal con instrumentos que se van rotando de curso en curso. Sé que hay que estudiar bien el instrumento, porque el aprendizaje es un poco más lento, pero ellos optan a agarrar otro y así van creciendo musicalmente», expresó.
Por otra parte, se encuentra el profesor de la cátedra de Maraca, Ibrahim Herrera, quien añade que para un mejor aprendizaje aplica métodos de enseñanzas sencillos por medio de flechas ascendentes y descendentes, las cuales ayudan a los niños a que memoricen las melodías.
Dentro de las experiencias que ha obtenido con la aplicación de la técnica recordó la visita de un percusionista procedente de Boston (EE.UU), quien aplicó el método de Herrera y logró ejecutar las maracas, a pesar de que no podían entenderse porque no dominaba el castellano.
Uno de los estudiantes más destacados de la escuela de El Castrero es Andrés Borrego, quien con tan solo 12 años ha logrado su puesto como solista de guitarra en la orquesta del núcleo de San Juan, aún y cuando años atrás, antes de iniciar sus estudios en el proyecto Alma Llanera, no ejecutaba el instrumento.
Así lo comenta su mamá, Yelitza Padrón, al afirmar que el jovencito solo conocía algunos acordes del cuatro producto de las enseñanzas básicas que le transmitía su papá; sin embargo, agrega llena de orgullo que Andrés demostró que con esfuerzo y dedicación logró a su corta edad la admiración de profesores y compañeros, los cuales cada día apuestan a su crecimiento musical.
Al referirse a su don musical, Andrés asume que es un esfuerzo que ha logrado producto de las largas horas que le dedica a lo que en un principio inició como un hobbie y se convirtió en su pasión. «Todos los días practico desde las 10:00 am hasta las 12:00 del mediodía y seguimos en nuestras clases normales hasta las 3:00 pm. Los jueves vamos al núcleo de San Juan, que es donde practica la orquesta en general. Yo no tenía pensado que aprendería a tocar un instrumento. Nunca me había venido a la mente, porque no sabía que tenía ese privilegio de poder tocar la guitarra», comentó risueño.
Actualmente en la escuela El Castrero se imparten las cátedras de arpa, cuatro, maraca, contrabajo, mandola, mandolina y guitarra, a las cuales asisten todos los alumnos del plantel como parte de su jornada de preparación habitual.
En abril pasado el Ejecutivo Nacional aprobó 395 mil 172 millones de bolívares para la consolidación del proyecto que actualmente tiene su sede principal en el estado Guárico, empero, ya ha iniciado su expansión a los estados Carabobo, Yaracuy, Lara, Apure y Táchira.
En aquella oportunidad el vicepresidente de la República, Elías Jaua, anunció que el proyecto incorporará a 41 mil 170 niños, niñas y jóvenes de todo el país.


