Por Edilberto F. Méndez Amador

Caracas, 3 may (PL) Cuando el pasado 31 de enero el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, anunció la activación del Consejo de Estado, cumplía así con un mandato constitucional y una necesidad de la nación.

«Hoy debo firmar y aprobar una ley orgánica para crear el Consejo de Estado, institución que nos hace falta, está en la Constitución, pero no activada, llego el momento de activarla», dijo Chávez en esa ocasión.

El estado venezolano, encamina sus esfuerzos hacia la organización de su actividad, según lo establece su sistema jurídico que comienza por lo establecido en la carta magna, opinan especialistas.

Ese Consejo, en el caso de Venezuela, tiene su origen en el pronunciamiento que hiciera el Libertador Simón Bolívar en su discurso de instalación del Congreso de Angostura, el 15 de febrero de 1819 en el cual planteó la conveniencia de un órgano similar.

Recientemente, el jefe de Estado realizó un llamado a acelerar la instalación de este mecanismo y planteó como primera tarea «redactar un documento que sustente la retirada de Venezuela de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)».

En este caso, se refirió a la decisión del ejecutivo de retirarse de ese organismo regional debido a su actuación parcializada en contra de este país.

El Consejo de Estado, es una instancia prevista en la Constitución de Venezuela de 1999 y lo establece como un órgano superior de consulta del gobierno, refrendado en sus artículos 251 y 252.

Según la ley de leyes, recomendará políticas de interés nacional en aquellos asuntos que el Presidente considere de especial trascendencia y requieran de su opinión y será presidido por el vicepresidente ejecutivo del país.

Agrega, que estará integrado por cinco personas designadas por el Presidente, un representante designado por la Asamblea Nacional (AN), uno por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y un gobernador escogido por el conjunto de mandatarios estaduales.

El pasado 15 de febrero, fue publicado el Decreto que establece las normas relativas a la competencia, organización y funcionamiento del Consejo, firmado por el dignatario. Esa norma jurídica, agregó los suplentes para el personal designado para ocupar los cargos, y precisó que ese órgano contará con una Secretaría Permanente, una ejecutiva y las demás dependencias que determine su Reglamento Orgánico.

De esta forma, con los cimientos estructurados, Venezuela se da a la tarea de poner en funcionamiento tan importante elemento de gobierno y en los últimos días se produjeron las primeras designaciones.

En Gaceta Oficial difundida el 2 de mayo, fue ratificado al frente del Consejo de Estado, el vicepresidente ejecutivo, Elías Jaua como lo establece la Constitución.

Los cinco integrantes designados por Chávez son: el periodista y exvicepresidente ejecutivo, José Vicente Rangel, los embajadores Roy Chaderton y Germán Mundaraín, el almirante Carlos Giacopini y el abogado y escritor Luis Britto.

Asimismo, fueron escogidos como suplentes, la exrectora de La Universidad del Zulia, Ismelda Rincón; la rectora de la Universidad Experimental de la Seguridad, Soraya El Achkar; el presidente de Fedeindustria, Miguel Pérez; el historiador y embajador en el Reino Unido, Samuel Moncada, y el coordinador de la Universidad de los Trabajadores, Jesús Martínez.

Con esta composición, toma forma el Consejo y, hasta el momento, faltan por decidir los representantes de la AN, del TSJ y el gobernador.

El ministro para la Comunicación y la Información, Andrés Izarra, señaló: «Creemos que con estos nombramientos del Presidente se han designado gente sabia, de mucha avidez política y mucha cultura, para que funjan un papel de Estado, den recomendaciones y consultas necesarias para el desarrollo del país».

El Consejo de Estado, como fue mencionado, tiene su primera tarea definida, pero a partir de su activación total el país contará con un órgano necesario y que se espera sea de gran ayuda a la dirección venezolana.

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