Por José Oscar Fuentes. -El líder social colombiano Narciso Beleño parecía incansable en su ardua labor a favor de las comunidades. A sus 62 años, el presidente de la Federación Agrominera del Sur de Bolívar (Fedeagromisbol) mantenía su lucha en defensa de los derechos humanos y sus esfuerzos por preservar la serranía de San Lucas.

   Descrito en los medios de prensa de su país como un hombre dedicado a buscar el bienestar y la paz, sobre todo de campesinos y mineros, su actividad en pos de esas causas quedó truncada el pasado domingo, cuando fue asesinado mientras entraba a su casa en el municipio de Santa Rosa del Sur, Bolívar.

   El crimen, que generó condenas inmediatas y peticiones de justicia, se suma a la larga lista de homicidios de líderes sociales que perdieron la vida en los últimos años en Colombia, donde la violencia continúa como una amenaza constante para quienes buscan mejorar las vidas de los más desposeídos.

ASESINATO Y REACCIONES

   De acuerdo con reportes periodísticos, el asesinato ocurrió sobre las 09:20 de la noche del 21 de abril, cuando Beleño llegaba a su vivienda ubicada en el barrio El Recreo y fue abordado por un sujeto que le disparó cuatro veces y le provocó la muerte de manera instantánea, tras lo cual el homicida se dio a la fuga con rumbo desconocido.

   La cadena Caracol Radio divulgó que, antes del crimen, Beleño había denunciado la presencia en el territorio del Clan del Golfo, nombre con el que se conoce al grupo delictivo originalmente denominado Autodefensas Gaitanistas de Colombia y rebautizado en la actualidad como Ejército Gaitanista de Colombia.

   Según ese medio, la comunidad del corregimiento de Micoahumado en la zona rural del municipio de Morales denunció que presuntos integrantes del grupo paramilitar asesinaron a dos pobladores y retuvieron ilegalmente a otro líder social.

   El secretario de Seguridad del departamento, Manuel Berrío, reconoció que en Bolívar el negocio para ese tipo de organizaciones criminales ya no es el narcotráfico, pues migraron hacia la minería.

   “Entendieron que en el narcotráfico todo el proceso es ilegal, desde el cultivo, el procesamiento y la venta del estupefaciente, mientras que, en la minería, después que ya tienes el oro en la mano, todo es legal, ya tienes la plata en la mano”, explicó.

   A raíz del asesinato, líderes de la región de Magdalena Medio reiteraron su llamado al Gobierno nacional para que garantice la vida de los pobladores y los dirigentes de la zona, quienes se ven amenazados ante el actuar de los grupos armados ilegales que se disputan el territorio.

   El diario Vanguardia afirmó que Beleño era reconocido por su incansable lucha por los derechos de las comunidades campesinas y defensor acérrimo de la serranía de San Lucas.

   Además, el periódico destacó que era un fiel creyente del proceso de paz impulsado en el país latinoamericano, al punto de convertirse en uno de los interlocutores de los diálogos con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) durante el Ejecutivo del expresidente Juan Manuel Santos (2010-2018).

   Estuvo involucrado en los procesos de paz en todo el territorio. Era reconocido por el campesinado; entregó toda su vida por la defensa de la vida y defendió esa serranía de San Lucas como un territorio propio, soñó y trabajó porque llegara la paz allá. Siempre llevó la voz de la gente en los procesos de paz, estuvo en la mesa de interlocución con el ELN y el Gobierno Nacional, ahí llevó la palabra por el sur de Bolívar, expresó al respecto Doris Flórez, líder del espacio de Trabajadores de Derechos Humanos.

   “Tenemos indignación, rabia y mucho dolor por el vil asesinato de Narciso. Los criminales y enemigos de la paz se han pronunciado por este cobarde asesinato, pero les decimos que no nos vamos a dejar intimidar, seguiremos trabajando por la Paz Total”, manifestó, por su parte el presidente de la Corporación Regional para la Defensa de los Derechos Humanos, Iván Madero.

   Este último hizo un llamado al presidente colombiano, Gustavo Petro, y a los gobernadores y alcaldes de la región, a honrar el compromiso por la vida y a instalar de inmediato una Mesa Territorial de Garantías, al tiempo que pidió a los actores armados que cesen los confinamientos y asesinatos de pobladores y dirigentes locales.    

   Una de las figuras que reaccionó tras el asesinato fue precisamente Petro, quien escribió en la red social X: “Le hemos fallado a Narciso Beleño. Tenía y tiene razón. No habrá paz mientras haya exclusión. Se me pide que no luche tanto por la igualdad, pero lo que hay es que ser más eficaces y tener menos miedo. Luchar contra la exclusión es esencial en una verdadera democracia”.

   El mandatario manifestó en esa misma plataforma que los responsables de la muerte del luchador deben ser descubiertos y resaltó la importancia de la reforma agraria que promovía Beleño en el sur de Bolívar. “Un campesinado que tenga tierra es el cimiento más fuerte de la Paz en Colombia”, agregó.

   Asimismo, el Ministerio de Agricultura subrayó en X que su esfuerzo por implementar una reforma agraria justa y digna no será en vano, y pidió a las autoridades esclarecer el caso; mientras el director territorial de la Unidad de Restitución de Tierras en Magdalena Medio, Rafael Figueroa, destacó su humildad y sus esfuerzos por encabezar y posicionar las reivindicaciones y necesidades de la población campesina y agrominera.

   En Caracas, Venezuela, en el contexto del encuentro entre el Gobierno colombiano y el ELN, se condenó también el asesinato de Beleño en el comunicado conjunto número 24; en tanto la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos repudió el homicidio y señaló que Narciso “se formó a pulso y con sabiduría defendió derechos humanos, a pesar de sufrir persecuciones y estigmatización”.

AMENAZA QUE NO CESA

   Junto a la indignación generada por este suceso en particular, el hecho vuelve a encender las alarmas sobre los homicidios de líderes sociales en el país, cuando quienes se dedican a defender a las comunidades viven en constante peligro.

   El Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz) informó que el mismo fin de semana del crimen contra Beleño fueron asesinados en total cinco líderes sociales en Colombia, lo que elevó a 51 los casos registrados en lo que va de año.  

    La agencia española de noticias EFE informó que el viernes 19 de abril fallecieron dos de esas figuras en el Valle del Cauca (suroeste), Carlos Arturo Londoño y Clarivet Ocampo, quienes fueron asesinados juntos mientras salían de un evento con autoridades locales de Tuluá.

   Ese mismo día pereció Zayra Enciso Gómez, una reconocida lideresa social de 22 años del sector de Lagos del Dorado en Miraflores, municipio del departamento de Guaviare (centro-sur), al ser atacada con arma de fuego por el Frente primero Armando Ríos del Bloque Suroriental del Estado Mayor Central, el principal grupo de disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.

   A ello se suma que el mismo domingo del deceso de Beleño unos sicarios mataron a Eliberto Chilhueso, quien fue candidato al Concejo de Caloto en el departamento del Cauca (oeste) por el partido oficialista, el Pacto Histórico.

   Un informe presentado por la Defensoría del Pueblo a principios de enero último mostró un panorama de riesgo, amenaza e inseguridad para quienes están dedicados a promover y proteger los derechos de las comunidades, puesto que durante el 2023 fueron asesinados un total de 181 líderes, lideresas y activistas en el territorio nacional, 160 hombres y 21 mujeres.

   El reporte, elaborado por el Sistema de Alertas Tempranas de esa entidad, apuntó que el pasado año hubo una disminución de un 16 por ciento de esos homicidios en relación con 2022, pero advirtió que en los ocho años que van de 2016 a 2023 tuvo conocimiento de mil 294 líderes ultimados en la nación sudamericana, con 2022 como el más mortal, con 215 casos.

   Carlos Camargo, defensor del Pueblo, sostuvo a raíz de ese documento que se trata de una situación inaceptable, cuando se registra como promedio un crimen de tal tipo cada dos días. “Cada vida perdida es una tragedia para sus familias, para las comunidades y para la defensa de los derechos fundamentales en el país”, afirmó.

   También hizo un llamado a preservar la integridad de esas personas y a no permitir que el miedo y la violencia silencien las voces valientes que luchan por una nación más justa y segura.

   Pidió a las entidades del orden nacional, los mandatarios municipales y departamentales, las fuerzas de seguridad del Estado, las organizaciones de la sociedad civil, la comunidad internacional y la ciudadanía trabajar unidos e incansablemente para protegerlas.

José Oscar Fuentes

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